Una ordenanza municipal prohíbe en Elche dar de comer a a las palomas, a excepción del Parque Municipal, entre otras cosas, para evitar que se reproduzcan. Las multas por quebrantar esta normativa van desde los 60 hasta los 600 euros. Sin embargo, todavía hay gente que lo desconoce o que directamente prefiere saltarse las reglas y alimentarlas, lo que provoca que estas aves se sigan multiplicando y originando mucha suciedad en los lugares donde se concentran. 

La proliferación de estos animales y sus consecuencias en edificios patrimoniales va llegar al debate del pleno del próximo lunes porque Ciudadanos (Cs) presentará una moción para plantear que se declare plaga a las palomas. 

La formación naranja va a reclamar una actuación «contundente» por parte del equipo de gobierno para frenar los daños causados por el aumento de la población de palomas, más allá del pienso anticonceptivo que la Concejalía de Sanidad anunció desde hace meses consciente del problema que hay tanto en el casco urbano, como en las pedanías. En los lugares donde se han detectado focos, el Ayuntamiento ha tenido que colocar señales para recordar la prohibición de alimentar a las palomas.

Sin embargo, la portavoz de Cs, Eva Crisol ha lamentado que los vecinos de Elche «llevemos años asumiendo las incomodidades y riesgos para la salud que supone la excesiva cantidad de palomas existente como consecuencia de la falta de actuaciones por parte del Ayuntamiento, que está perjudicando al patrimonio municipal y también a ciudadanos y a empresarios».

La necesidad de atajar este problema es una reclamación de hosteleros de distintos barrios de la ciudad, según la representante de Cs, y no solo del centro donde una franquicia, situada en la Glorieta, denunció recientemente que las palomas se metían hasta la cocina. De hecho, más negocios de esta céntrica plaza han tenido que recurrir a colocar figuras de búhos para ahuyentar a las temidas palomas que frecuentan sus terrazas.

«Todos coinciden en la necesidad de tomar medidas debido al aumento de la colonia de palomas y el grave perjuicio que provocan en el mobiliario urbano, que siempre está sucio, lo que dificulta el uso de elementos como bancos y afea todos los espacios públicos», señaló la portavoz de Ciudadanos.

Edificios del casco antiguo, como por ejemplo en el Ayuntamiento, la basílica de Santa María y el palacio de Altamira son lugares muy castigados por los excrementos de estos animales. Tampoco se salvan plazas como la de l’Algeps (Chimeneas) o la calle Reina Victoria, entre otros ejemplos.