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Una empresa del Parque Empresarial de Elche crea perros robots lazarillos y militares

El can robótico, gracias a un proyecto coordinado por la UA, distingue las luces de los semáforos o los pasos de peatones - Ejércitos como el de Indonesia ya han encargado decenas de unidades de un modelo más avanzado para sus misiones - La empresa especializada en inteligencia artificial vende un robot al día capaz de servir platos y atender a los clientes por la falta de profesionales en el sector de la hostelería, no sólo en España

Una empresa del Parque Empresarial de Elche crea perros robots lazarillos y militares

Una empresa del Parque Empresarial de Elche crea perros robots lazarillos y militares Áxel Álvarez

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Una empresa del Parque Empresarial de Elche crea perros robots lazarillos y militares Rubén Míguez

Se levanta para saludarte, se mueve con felicidad al verte e, incluso, hace la croqueta, como cualquier perro bien enseñado, pero este no tiene pelo. Es un robot diseñado para vigilar, como un can doméstico, para misiones militares, y también como guía de personas invidentes, como los perros lazarillo. Su software e inteligencia artificial cambia para adaptarse a la misión que tenga encomendada. El perro robot lo ha diseñado una empresa ubicada en el Parque Empresarial de Elche, y ya cuenta con pedidos de distintos ejércitos y también de empresas para vigilar sus instalaciones. El perro lazarillo tendrá que esperar aún a ser usado por una persona ciega, ya que aún no lo han puesto en el mercado, pero desde la empresa Bumerania, su CEO, Isidro Fernández, nos adelanta que están ultimando su tecnología y ya han hecho las pruebas pertinentes para sacarlo en producción en dos meses.

El perro lazarillo diseñado por la empresa, que se lleva atado con una correa. Áxel Álvarez

El perro robot lleva incorporadas 14 cámaras y es capaz de subir escaleras. En cuanto al proyecto de perro lazarillo, lo está llevando a cabo esta compañía en coordinación con la Universidad de Alicante (UA). Así, han desarrollado un sistema para que las cámaras, que lleva incorporadas el robot en la parte frontal y en los laterales, lean las señales visuales de los semáforos y pueda saber si está en rojo, ámbar o verde. También identifica los pasos de peatones y otras señales viales, así como si un coche se acerca a gran velocidad. «Una persona sin visión le indica una dirección y el perro robot te llevará al sitio con toda seguridad», explica Fernández. Incluso, se le incorpora una correa tal y como si fuera un perro de carne y hueso. 

En cuanto a la versión militar del can robótico, es de mayores dimensiones y es capaz hasta de sumergirse bajo el agua, lo que hace que sea muy útil para las misiones de los ejércitos. Este perro robot militar puede cargar hasta 80 kilos e, incluso, llevar encima a una persona. Algunos ejércitos del mundo ya se han interesado por este portento de la tecnología, como el de Indonesia donde la empresa ha vendido 124 unidades, a 60.000 euros cada una. 

El perro robot es capaz de subir escaleras. Áxel Álvarez

El ejército de España también quiere los suyos. Así, en este caso, han pedido al departamento de investigadores de esta empresa que incorpore a los perros robots un sensor de armas químicas. Todo, en combinación con un dron militar conectado al can robótico. Ambos mantienen una comunicación y, si el perro detectara algo extraño, lo indica al dron, que puede estar a varios kilómetros de distancia, que escanea la situación. También se programan para actuar como antidisturbios, lanzando bolas de gas pimienta, aunque el CEO de Bumerania señala que exigen en el contrato que no se instalen armas. El ejército español también encargó unos robots capaces de evaluar el estado emocional de sus soldados. Parece de ciencia ficción todo, pero es algo ya muy real. 

Referente

Esta empresa tecnológica es actualmente un referente europeo en robótica social, a pesar de su corta edad. Creada en 2020 hizo sus primeros pinitos en Distrito Digital en Alicante. La mercantil surgió a través de una idea de su CEO que quiso plasmar gracias a los conocimientos de los alumnos y profesores del grado de Robótica de la Universidad de Alicante. De hecho, muchos de los primeros han sido ya «fichados» para trabajar en esta compañía, explica Isidro Fernández mientras muestra un vídeo de uno de los perros robots bailando flamenco en sus instalaciones mientras toca un guitarrista. «Se le puede programar para hacer lo que queramos», señala orgulloso. Sus robots camareros fueron los primeros y los que abrieron el camino del éxito a esta empresa. 

En las instalaciones, sus ingenieros no se despegan del ordenador. Ahora trabajan en un robot recepcionista de hotel, capaz de hacer el registro al llegar los clientes. Ya hay cadenas hoteleras interesadas. Además, sus inventos están haciendo de guía en un parque temático de la naturaleza, de presentadores en eventos e, incluso, de vendedores en un concesionario de coches. 

Pueden trabajar 24 horas y nunca se cansan ni se ponen malos. ¿Esto supondrá menos empleo?, le preguntamos al CEO. Su respuesta es que «en términos absolutos sí, en relativos no», y explica que «si en un restaurante hay muchos clientes y los camareros están saturados, el robot puede ayudar a sacar platos, por ejemplo. «Esto hace que el restaurante sea más productivo y al dueño le interese contratar más gente para la cocina o para otras tareas», dice. «El país más robotizado del mundo es Corea, y es el que menos tasa de paro tiene», defiende. «Se trata de ser productivo», zanja. 

Temi, el robot para cuidar de la salud y entretener a las personas mayores. Áxel Álvarez

La compañía también se ha especializado en los llamados robots sociales, que cuidan de personas mayores y dependientes. Los primeros prototipos eran más básicos, pero ahora la inteligencia artificial con la que funcionan es mucho más avanzada. Además de cuidar la salud, entretienen. El dispositivo se conecta al reloj digital que lleva en la muñeca el usuario para poder comprobar en tiempo real diferentes parámetros como la presión arterial y monitoriza el ritmo cardíaco . Además, otro accesorio permite tomar el oxígeno en sangre y la temperatura. Si comprueba una descompensación de cualquiera de los niveles alerta a la persona. Incluso, puede detectar si sufre una caída y llama al 112. «Los robots están medicalizados y son capaces hasta de pedir cita a un facultativo», explica el CEO de Bumerania. Así, crea una huella de la salud, controlando todo lo que le pasa al usuario a diario. «También puede llamar al médico para que con una videollamada compruebe la salud de la persona», explica Fernández. 

Combatir la soledad

El objetivo de este robot colaborativo con inteligencia artificial, llamado Temi, es combatir la soledad no deseada. «El robot, de forma proactiva, anima a hacer ejercicios o a entretener si nota bajo de ánimos al usuario». El robot, además de a residencias, también se alquila a particulares por 125 euros al mes con el servicio de telemedicina incluido, un precio muy ajustado. 

Este robot colaborativo totalmente autónomo tiene un metro de altura. Destaca por el nivel de inteligencia que lleva integrado en su software, que le permite esquivar objetos y personas gracias a que realiza un mapa 3D de su entorno y de las personas que se encuentran a su alrededor. Su diseño incorpora una bandeja que soporta cinco kilos. 

Los ingenieros de la empresa con los ordenadores donde desarrollan las innovaciones de los robots. Áxel Álvarez

Ahora , dentro del programa «Geras», que en la mitología griega era la personificación de la vejez, se trabaja con la Universidad Politécnica de Cartagena para diseñar toda la parte de domótica. Que el robot encienda el aire acondicionado al comprobar que sube la temperatura o que levante las personas, con la vista puesta en personas con poca movilidad.

Y con la Universidad de Murcia se trabaja la psicología. Que el robot reconozca las emociones. «En base a tu estado de ánimo, hará unas cosas u otras, como ponerte una canción que sabe que te gusta», explica el CEO de Bumerania. Además, cuenta con una red neuronal, a través de la inteligencia artificial, que aprende tus gustos y aficiones. «Cuando una persona tiene un robot al lado no se siente dependiente», asegura. 

A falta de camareros...

La empresa especializada en inteligencia artificial vende un robot al día capaz de servir platos y atender a los clientes por la falta de profesionales en el sector de la hostelería, no sólo en España

«La gente se tiene que reinventar, aquellos puestos que no aportan valor tienden a desaparecer». Así de contundente se muestra el CEO de Bumerania, la empresa que está revolucionando el mundo de la robótica. Sus modelos más vendidos son los que hacen de camareros. Empezaron sirviendo para llevar y traer platos, pero los últimos diseños han evolucionado y ahora son capaces de ser interactivos. Estos días están recibiendo una avalancha de pedidos, reconoce Isidro Fernández. La falta de camareros, no sólo en España, también en muchos otros países, están llevando a los empresarios de la restauración a querer hacerse con uno de esos empleados robóticos que no se van a quejar por el sueldo o por los horarios. 

Esta compañía, ubicada en el Parque Empresarial de Elche, vende actualmente una unidad al día de sus robots camareros, de los que ya hay distintas versiones más o menos avanzadas. El robot es capaz de hablar 17 idiomas. En cada bandeja, hasta cinco, puede llevar platos a distintos lugares que se le programen. Además, interactúa con el cliente y pide paso si alguien se le interpone en el camino. «Estoy a punto de llegar tarde, por favor, déjenme hacer mi trabajo, no se pare delante de mí», dice el invento robótico. 

Faltan camareros en toda España, y la provincia de Alicante no es una excepción. Es difícil cuadrar los turnos este verano en algunos negocios. Los hosteleros señalan que hay una tremenda falta de profesionales en el sector, cuyas causas, aseguran, van más allá de los horarios y los sueldos. Fernández explica que muchos se fueron a otros sectores con la pandemia y no han vuelto. «Y un robot puede atender perfectamente un restaurante con diez mesas». 

Distintos modelos de los robots camareros que tiene Bumerania en sus instalaciones del Parque Empresarial, dotados con bandejas. Áxel Álvarez

«Room service»

También están siendo muy demandados en los hoteles, con la posibilidad, en este caso, de conectarse a una máquina de vending que lleva a los clientes a su habitación los productos que pida. «Sube al ascensor, hace una llamada al móvil desde el que se haga el pedido y lo sirve, un ‘room service’ completo», explica Fernández.

Unas mesas digitales donde se muestra toda la carta y reconoce si es un adulto o un niño para enseñar el menú más adecuado, es la última creación de esta compañía. Se instalarán en un restaurante de Madrid en unos días. «También se puede leer el periódico o ver vídeos para entretener a los niños mientras se espera la comida o se come». 

«Todo lo que no sea robotizar, es quedarte en la Edad Media»

Isidro Fernández - CEO de Bumerania

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Isidro Fernández defiende que estos robots no sustituyen la contratación de trabajadores, pero sí sirven de mucha ayuda a los restauradores. «¿Quita empleo un lavavajillas?», se pregunta, y él mismo se responde, «sí, porque antes había alguien para lavar los platos, pero nadie quiere lavar platos», manifiesta. Critica que Hollywood haya hecho tanto daño con sus películas «de robots que van a exterminar humanos», porque, insiste, es «un electrodoméstico más», eso sí, con inteligencia artificial. 

Lamenta que en Asia y en Estados Unidos vayan muy por delante de Europa en inteligencia artificial. «Hay un déficit y hay que arreglarlo porque, de lo contrario, las empresas de aquí serán menos competitivas», señala. «Las industrias y los negocios se tienen que modernizar», añade. Porque «todo lo que no sea robotizar, es quedarte en la Edad Media», zanja el CEO de Bumerania. 

De facturar 200.000 € a estimar 10 millones en 2022


La línea ascendente del negocio demuestra el éxito de una compañía creada en 2020


Bumerania nació en plena pandemia, en 2020, cuando su CEO, Isidro Fernández, quiso ayudar a personas mayores, como sus padres, a sentirse acompañados. «En esos momentos, con las restricciones, no se podía ir a ningún sitio, y acudir al médico era un suplicio, por lo que quería inventar algo que les sirviera a los mayores», explica. Su experiencia de 15 años en asociaciones benéficas y de ayuda le llevaron también a iniciar este proyecto. Nació así Bumerania (de búmeran, objeto que se lanza y vuelve, e «ia», iniciales de inteligencia artificial).

Su modelo de negocio, basado en el alquiler y venta de robots con inteligencia artificial centrados, principalmente, en el ámbito social, han llevado a la compañía, que cuenta con 80 personas, a pasar de facturar 200.000 euros en 2021 a tener unas estimaciones de ingresos de 10 millones al cierre de este año, tras haber superado en mayo la facturación de todo el año anterior. Su plantilla está previsto que se amplíe hasta las 125 personas este año. Cuentan con distribuidores en nueve países, con oficinas comerciales en Emiratos Árabes Unidos, Suiza, Portugal, Perú o en la India, donde abrirá pronto en Nueva Delhi, además de en todas las comunidades autónomas de España.

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