Ecologistas aseguran que el actual servicio de limpieza mecánica de las playas de Elche acarrea graves consecuencias ambientales y el deterioro a medio y largo plazo de los arenales. Margalló Elche le pide al concejal de Limpieza, Héctor Díez y al de playas, Carles Molina, la sustitución del actual servicio de limpieza mecánica por limpieza manual. “El cribado que diariamente se está realizando con tractores conlleva la alteración del equilibrio de la biodiversidad existente en las playas".
Desde el colectivo entienden que se está retirando indiscriminadamente materia orgánica natural proveniente del mar, como restos de posidonia y de otras fanerógamas marinas, lo que repercutiría en una disminución del desarrollo de microorganismos y fauna intersticial, y que, además, se estarían desprotegiendo los sedimentos marinos, "lo que puede conllevar a corto y medio plazo la pérdida de arena en la propia playa”, afirman desde Margalló. “Esta pérdida de arena se está acelerando con el aumento de la frecuencia de temporales que azotan nuestro litoral y con el incremento de su virulencia, todo ello a consecuencia del cambio climático.
Indican que este proceso ya se está contemplando de primera mano en zonas del litoral como El Pinet o La Marina. "Se criban diariamente con maquinaria pesada zonas que, al estar alejadas de accesos y tener por ello muy poca afluencia de bañistas, no cuentan prácticamente con residuos. Además, en el caso de La Marina, por la estrechez de la franja de playa, se criba cerca de las dunas, descalzando el pie de su talud, y en zonas de arena húmeda, donde nunca se debiera realizar limpieza mecánica”.
Para Margalló, la alternativa a la actual gestión pasa por la limpieza manual de las playas y la concienciación de los usuarios. “La limpieza manual es más selectiva y permite dejar en la propia playa los restos naturales de especies como la posidonia, que, como se sabe, protegen la propia playa ante temporales.
”Por lo que respecta a conseguir una mayor concienciación de los usuarios, desde Margalló recuerdan que, entre los requisitos para lograr la distinción como bandera azul, se cuenta el proporcionar una adecuada información ambiental a los usuarios y la organización de actividades de educación ambiental en las propias playas, “algo que no tenemos constancia que se esté haciendo. Una mayor concienciación de las personas que acuden a disfrutar de nuestras playas redundaría en menos residuos abandonados en ellas y por ende en playas más limpias. Y además, una adecuada información sobre, entre otras cosas, el papel que juegan los restos de posidonia en la arena, evitaría críticas como las vertidas hace escasos días por vecinos y usuarios de nuestras playas” , afirman.
Conservar la tortuga boba
Por último, desde el colectivo ecologista añaden que la tortuga boba (Caretta caretta), también forzada por el cambio climático, está comenzado a desplazarse hasta nuestras costas para anidar. "Para garantizar su supervivencia, va a ser necesario conservar adecuadamente lugares para que depositen sus huevos, lo que implica la conservación de las escasas zonas naturales que aún nos quedan en nuestro litoral”, sostienen desde Margalló. Para el asentamiento de la especie entienden que debe haber un cambio en la gestión de las playas, para que no primen únicamente criterios estéticos a la hora de diseñar dicha gestión.
"La limpieza mecánica de éstas rompe con la tranquilidad que las tortugas necesitan por la noche para poder anidar. El trasiego continuo hasta bien entrada la madrugada de los tractores, alumbrando la playa y con gran estruendo, las ahuyenta y aleja de la zona". Alertan de que si alguna, pese a todo, consiguiera anidar en las pocas horas que quedan entre la finalización del trabajo de la maquinaria de limpieza y el amanecer y no se localizara el nido, "lo que sucede con mucha frecuencia, la compactación de la arena producida por la maquinaria pesada malograría la puesta”.
