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Elche

Cuatro cajas con huesos serán analizadas para lograr identificar a los fusilados de la Guerra Civil

Los arqueólogos custodian los restos más sensibles y en días los mandarán a la Universidad Complutense para estudiar si el material genético coincide con el de los familiares - La administración espera obtener resultados al final del verano

Trabajos de investigación una vez extraídos los huesos en el Cementerio Viejo, hace unos días. | ÁXEL ÁLVAREZ

Los arqueólogos que han desarrollado la segunda fase de exhumaciones en el Cementerio Viejo de Elche trasladarán a laboratorios de Madrid entre tres y cuatro cajas con huesos para determinar si se corresponden con algunas de las 14 víctimas del franquismo de Elche, Crevillent y de Aspe, que fueron fusiladas en 1939 y arrojadas al aljibe del camposanto ilicitano.

Semanas después de que hayan concluido la primera etapa de investigación en esta fosa, a cinco metros de profundidad, ahora los especialistas han ordenado en cajas los restos óseos que se descartan y los que son más sensibles de tener relación con los represaliados.

Así las cosas, en total se han sacado hasta el último momento del aljibe, que en tiempos remotos funcionó de osario, un total de 150 cajas, por lo que sólo una ínfima parte de los huesos son los que se van a estudiar ya que en los otros no se hallan evidencias científicas de que sean de esa época en cuestión.

Entre los seleccionados se ha arrojado algo de luz pero debe asegurarse si son de antes, durante o después de la Guerra Civil. Hay que tener en cuenta que los investigadores han tenido que trabajar sobre la pista de estas víctimas entre miles de huesos.

Cuatro cajas con huesos serán analizadas para lograr identificar a los fusilados de la Guerra Civil

En este osario del siglo XIX se han depositado hasta los años ochenta, por ejemplo, restos mortales de personas que, falleciendo con causas judiciales, ocuparon nichos provisionales que al no reclamarse por los familiares terminaron vaciados en esta zona.

Álex Calpe, codirector arqueológico de ArqueoAntro, la segunda entidad contratada para terminar con las exhumaciones, señala que el siguiente paso, ahora que hay una muestra acotada, es evaluar si hay viabilidad a la hora de hacer pruebas de ADN.

Por lo tanto los especialistas tendrán que comprobar que ese material pueda ser válido para un estudio genético. Ya de entrada se sostiene que esta es una labor compleja ya que siempre se procura que el hueso conserve toda su estructura y que tenga consistencia, pero al existir signos de violencia, porque hay evidencias de proyectiles y cartuchos de pistolas, puede ser que los restos óseos no conserven un estado óptimo y que ese material genético se haya perdido.

Tal y como indica es especialista, ahora será otra empresa validada a nivel estatal por la comisión forense la que se encargue de los siguientes estudios. Por ahora los restos están custodiados en la ciudad pero está previsto que en el corto plazo, que puede ser cuestión de días, se manden al laboratorio que tienen de referencia antropológica en la Universidad Complutense de Madrid.

Tal y como explican desde ArqueoAntro se detalló así en la licitación que sería otra entidad, que cuenta con más capacitación de maquinaria, la que se encargue de estos estudios genéticos hueso por hueso.

Aunque podrían dilatarse durante meses, la idea es que a finales de verano pueda haber alguna conclusión, ya que ese es el plazo marcado por la administración para concluir la investigación, según los arqueólogos. Aún y así, entienden que en caso de que los trabajos se dilaten habrá cierta flexibilidad para llegar al final del camino.

Hace una semana los técnicos vaciaron el aljibe y se realizó un cribado. El equipo de arqueólogos explica que a partir de ahora la administración local tendrá que concretar una zona donde tal ingente cantidad de restos puedan volver a ser inhumados, ya que el aljibe no debería volver a tener ese uso de osario, señalan.

Calpe apunta que este trabajo también está aflorando ciertos sentimientos entre los profesionales. «Para mi es un alivio ver como se abren las fosas, lo ves cuando tienes a gente mayor, es como que pueden descansar, cuando ven que esto no va a parar, aunque busquemos algo doloroso», señala.

Fases

El trabajo desde que la nueva empresa inició los trabajos hace cerca de dos meses ha tenido tres fases. En la primera se realizó la extracción de tierra y de huesos; después, al lado del aljibe se hizo el cribado y una selección que los forenses usaron para un estudio previo. Todo un proceso con desenlace incierto pero que llena de esperanza a los familiares de las víctimas.

Tener pistas cuando la memoria falla

Uno de los aspectos que complican este tipo de investigaciones es que haya incongruencias en el testimonio de los familiares. Explican los arqueólogos que en muchas ocasiones las pistas vienen de testimonios con más de ochenta años que no son primarios. Como ya manifestaron a este diario, han trabajado con la principal hipótesis de los descendientes de los represaliados, que es que se estrenó el osario con los cuerpos de las víctimas. 

Sin embargo, hay otras familias que creen que igual en el cementerio ilicitano solo se enterraron a las seis víctimas de Crevillent porque a los seis de Elche se les dio sepultura de forma individualizada y uno de los dos vecinos de Aspe fue trasladado. 

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