Conservar en buen estado la Basílica de Santa María y garantizar su supervivencia. Este es el objetivo que se han marcado desde el Obispado Orihuela-Alicante, propietario de la construcción, para proteger uno de los símbolos de la ciudad y que es un inmueble histórico y monumental, declarado BIC y, al mismo tiempo, dedicado al culto religioso. Todo ello, además, se combina al ser también el escenario de numerosas actividades religiosas, culturales y sociales que han hecho que la Basílica sea un elemento central en el patrimonio local y de la memoria colectiva de los ilicitanos.

Entre los usos más importantes se encuentra el de ser el «teatro» del Misteri d’Elx. En concreto, es el único templo de orbe católico con un permiso papal (Urbano VIII, 1632) que lo convierte en el escenario tradicional de la Festa, y en su interior también se acogen actos de las fiestas anuales de la Venida de la Virgen o conciertos corales, de música sacra o de órgano durante todo el año.

De este modo, el Plan Director contemplará el estado del edificio, pero también incidirá sobre los usos religiosos y culturales del templo, teniendo vital importancia la parte dedicada al inventariado y catalogación de los bienes muebles, entre los que se encuentran imágenes, retablos, ornamentos o vasos sagrados.

La obra más urgente es la reparación del pararrayos a 40 metros de altura. Sergio Ferrández

«Habrá también un apartado o ficha detallada del estado que presentan todos estos objetos que forman parte de la colección museográfica de Santa María, con recomendaciones de uso, restauraciones y conservación», indica el archivero de la basílica, Joan Castaño. Un último apartado muy importante para el Plan Director será el del patrimonio inmaterial, con el Misteri d’Elx a la cabeza. «Afecta al uso del templo, con los espacios que se han tenido que acondicionar para las representaciones, como las terrazas, las casetas o la sepultura de la Virgen», indica.

Primeras actuaciones

Entre las primeras actuaciones que han empezado, la basílica ha cambiado ya algunas de sus más antiguas redes de protección colocadas ante posibles desprendimientos como son las de la puerta de entrada al Museo de la Virgen, en la plaza Santa Isabel, y la de la puerta del órgano, en la plaza del Congreso Eucarístico. Aprovechando esta labor preventiva, el templo va a colocar testigos exactamente en los mismos puntos donde ya los incorporaron en su día los arquitectos Coquillat o después, Antonio Serrano Peral, a lo largo de los años cuarenta.

La obra más urgente que va a coger el templo ilicitano es la reparación de la base del pararrayos, situado a 40 metros de altura, para lo que será necesario poner un aparatoso andamio que cubra buena parte de la cúpula. Aunque el Ayuntamiento ya concedió la licencia a la basílica para ejecutar esta obra en septiembre del pasado año, finalmente, el rectorado de Santa María ha decidido esperar a enero de 2023 para comenzar con unos trabajos que se prevén que serán sencillos, pero, por contra, pesados.

Los terremotos de 1746 y 1829 aumentaron los daños estructurales que ya presentaba el edificio desde su construcción.

La inversión prevista para conservar el templo es, según un informe reciente de los responsables del templo, de más de tres millones de euros, dinero que se dedicaría, entre otras iniciativas, a la restauración de la portada de la plaza de Santa Isabel, que da acceso al Museo de la Virgen, o la de las cornisas de la calle de La Fira, es una de las intervenciones señaladas como más urgentes.

El esperado Plan Director será el instrumento encargado de canalizar las diferentes intervenciones que se tienen que hacer en el templo. Desde hace años son visibles los desperfectos de la Basílica que han afectado a la vía pública, lo que ha generado una preocupación por la toma de medidas para su acondicionamiento. A pesar de las remodelaciones realizadas en el siglo XX hace falta un mantenimiento continuo para que se preserve en buenas condiciones.

Las restauraciones de 1903 y 1939 de la Basílica de Santa María de Elche

El trabajo de conservación del templo se ha prolongado a lo largo del tiempo y las intervenciones en el edificio han sido frecuentes para subsanar las deficiencias y peligros escondidos. En este sentido, cabe recordar algunas de las iniciativas más importantes llevadas a cabo a lo largo del siglo XX.

Los terremotos de 1746 y 1829 aumentaron los daños estructurales que ya presentaba el edificio desde su construcción. En la restauración realizada entre 1903 y 1907 por el arquitecto Marceliano Coquillat i Llofriu se sustituyó la cúpula y cubierta introduciendo el hierro en sus nuevas estructuras. Se convirtió en una de las primeras obras de restauración monumental del levante español empleando estructuras mixtas de hierro y ladrillo. El incendio de 1936 provocó graves daños dando lugar a otra gran restauración dirigida por Antonio Serrano Peral quien introdujo atados en la base de la cúpula y sustituyó las bóvedas de la nave y crucero.

Además de los sismos y el incendio, «el deterioro provocado por agentes meteorológicos y la contaminación ha sido especialmente virulento en el caso del material pétreo empleado en la construcción de este edificio. Todo ello ha propiciado necesarias y continuas intervenciones en el templo que han ido modificando no sólo su aspecto original sino también los sistemas constructivos y estructurales», según se apunta en el artículo «Las restauraciones de 1903 y 1939 de la Basílica de Santa María de Elche. Incorporación de nuevos sistemas constructivos» firmado por Y. Spairani-Berrio; S. Spairani-Berrio; D. Torregrosa-Fuentes; y J. A. Huesca-Tortosa.

De este modo, la primera intervención de 1903 contempló las siguientes actuaciones de conservación: «Cimbrado de los cuatro arcos torales»; «Andamiaje superior y apeo de la cúpula», «Refuerzo de los arcos torales y sus apoyos»; «Derribo de las bóvedas y arcos de la nave» y «Reparación del tambor y reconstrucción de la cúpula». El arquitecto ilicitano Marceliano Coquillat i Llofriu fue el encargado de proyectar las obras de restauración que necesitaba el edificio en 1902. Los trabajos comenzaron en mayo de 1903 y se prolongaron durante 4 años.

El trabajo de conservación del templo se ha prolongado a lo largo del tiempo.

La iglesia de Santa María fue incendiada el 20 de febrero de 1936, quedando muy dañada, por lo que necesitó una intervención. En 1939 se creó para ello la Junta restauradora del Misterio de Elche y de sus Templos que encargó a Antonio Serrano Peral el proyecto y dirección de las obras de restauración. El incendio agravó problemas estructurales que venían desde antes, creando problemas nuevos y acabando prácticamente con toda la ornamentación interior de la iglesia.

Los graves daños provocados por el fuego en las bóvedas pétreas hizo que Antonio Serrano Peral interviniera en el edificio reconstruyéndolas con sillería caliza y mortero de cemento portland. En la base del tambor de la cúpula se introdujo un zuncho de hormigón armado para reforzar dicha zona frente a los esfuerzos de tracción.

«También Antonio Serrano Peral intervino en las cornisas exteriores del edificio además y repavimentó la Basílica con mármol blanco y negro según su propio diseño dejando su impronta en el Templo de una forma visible. Las losas de piedra que conformaban el pavimento original las reubicó en las aceras que rodean al edificio», según se expone en el artículo «Las restauraciones de 1903 y 1939 de la Basílica de Santa María de Elche. Incorporación de nuevos sistemas constructivos».

La iglesia de Santa María fue incendiada el 20 de febrero de 1936.

Los significados de la Basílica en el Misteri d’Elx

Elche se convierte en Jerusalén y es el escenario del recorrido de la Virgen durante sus últimos días de vida.

1. El Andador. En la primera parte del Misteri, representa la ciudad de Jerusalén, sus calles, y es el recorrido y tránsito que realiza la Virgen María hasta su casa después de sentirse mal. Es la Vía Dolorosa y, haciendo una abstracción, simboliza las calles de Jerusalén. En la segunda parte, también representa las calles de Jerusalén pero el entorno no es de la casa de la Virgen sino el de la sepultura.

2. Las columnas: Representan diferentes episodios. Así, la primera es el el Huerto de Jetmesí, mientras que la segunda columna es el Monte Calvario y la tercera es el Sepulcro.

3. Las puertas de la Basílica. Desde ellas acceden al templo los discípulos, encontrándose de forma accidental. Las puertas son La Mayor, la de San Juan (de la Resurrección) y la de San Agatángelo.

4. El cadafal: En la primera parte, es la casa de la Virgen María y, más en concreto, es su habitación. En ella hay una cama y es donde ocurre toda la escena. Allí recibe a las marías.

5. Cúpula: Es el plano vertical de la Basílica de Santa María. Su simbología y significado no cambia a lo largo de la representación. Hace referencia al cielo en todos sus ámbitos tanto en el físico como en el espiritual. El cielo del Misteri también tiene puertas.

6. Foso: Representa la parte opuesta al cielo. Es de la misma anchura que las puertas del cielo y permite que el Araceli penetre hasta el subsuelo, desapareciendo a la vista de los asistentes y del público, haciendo que la escena sea mucho más limpia. Este tipo de foso es único, ya que no existe nada similar.

7. Campanas: El volteo de campanas marca las vespras de la representación y sirven para dar las glorias y avisa de la apertura del cielo.

8. Terrazas: En la terraza hay trabajando alrededor de 30 personas y desde ella se lanza la pirotecnia o cohetería, como era en la actualidad. La terraza también sirve para guardar el vestuario y el material.

9. El corredor derecho: En este espacio se guarda durante todo el año el cielo del Misteri.

10. Balconadas: su construcción revela cómo la Basílica también fue diseñada para que en ella se representara la Festa.