Joan Fuster, del que en este año se cumple el centenario de su nacimiento, en uno de sus textos más recordados al hablar del Misteri nos dice: «Elx canta la seua Festa, com una litúrgia estrictament local. Però Elx, quan la canta, canta per tots nosaltres» y aunque en este texto se refiere expresamente a la amplitud de la geografía de la lengua, podemos ensanchar mucho más el sentido de esa liturgia universal.

La fiesta nace de las entrañas más profundas del pueblo y en la fidelidad en representar cada año la Festa, manifiesta el pueblo de Elche el sentimiento de identidad, el de sentirse partícipe de una comunidad humana y en la que su fiesta se convierte en un símbolo universal y es que profundizar en la identidad de los pueblos, nos lleva a comprender que aquello que entendemos que es lo más propio, es lo que compartimos con los otros.

La representación del Misteri es el modo en que los ilicitanos celebramos la fiesta de la Asunción de la Virgen y cada vez que la llevamos a cabo estamos actualizando la pervivencia del teatro religioso europeo en el que en tantos lugares de España y de Europa occidental, proliferaron las representaciones asuncionistas, pero la fiesta de la Asunción nos remite a una tradición más antigua como es la propia liturgia de la Iglesia que ya en el siglo VI en el mundo del Oriente cristiano, se oficializó y en el siguiente siglo se impuso en el Patriarcado Occidental.

Manuel Rodríguez Maciá, ex alcalde d’Elx, vocal del Patronat de la Festa.

En la representación del Misterio se encierra la tradición de muchas comunidades que con diversas denominaciones, como del Tránsito de María, la Dormición, la más común entre nosotros como es la de la Asunción, es celebrada en muchos pueblos, entre ellos los de la Europa de Oriente y especialmente quiero recordar a aquellos que se encuentran en una situación tan dramática como la que proviene de la invasión de Ucrania. Tanto en este país como en Rusia la fiesta de la Asunción de María es de suma importancia en su calendario festivo, ya sea de las confesiones mayoritarias como las ortodoxas, como de la Iglesia Católica Romana.

Cada vez que representamos el Misteri estamos manifestando las tradiciones comunes que compartimos. Ante el virus de los nacionalismos excluyentes que no deja de amenazarnos, la fiesta crea un sentido de patria abierta. La fiesta es un lugar de encuentro. Para alentar las divisiones no están faltando los argumentos de tipo religioso y frente a ello, creo que en la fiesta de la Asunción tenemos un punto de referencia que nos une a los pueblos de Europa, tanto de Oriente como de Occidente.

Sin duda en esta situación tan dramática que vivimos puede parecer una ingenuidad hablar de las tradiciones comunes, pero lo cierto es que un mundo sin tradiciones, sin mitos, sin fiestas, se convierte en un lugar muy inhóspito. Frente a un mundo de destrucción y de muerte la fiesta de la Asunción transmite el mensaje de la salvación de lo material y de lo espiritual, que el mundo que vivimos lo tenemos que cuidar y mejorar, que las personas están por encima de las ideologías, que en muchas ocasiones revelan los intereses inconfesables de los poderosos…

La representación de la Festa contribuye a fomentar la paz y el diálogo entre los pueblos; ese era el sentido que se le dio cuando creamos en el año 1990 el Festival de Teatro y Música Medieval y Renacentista que tenía como eje la celebración bianual del Misterio el 1 de noviembre; la participación de grupos de varios lugares de la Europa Occidental, así como la participación de los coros de las comunidades bizantinas, fueron un ejemplo de cómo la fiesta de la Asunción es un espacio común en el que encontrarnos todos los pueblos y de modo especial los de Europa.

Tal vez en estos momentos en los que resurge el fantasma de la guerra con sus secuelas de destrucción y de muerte, adquieren pleno sentido aquellas palabras del pintor Salvador Dalí en el que resumía el mensaje del Misterio de Elche tras haber asistido a su representación: «Asunción es lo opuesto a la bomba atómica. En lugar de la destrucción de la materia, nosotros aspiramos a la integración, a la reconstitución del cuerpo real y glorioso de la Virgen en los cielos».