Se hace difícil -este año- escribir estas líneas como rector todavía resonando en mí, desde el pasado mes de noviembre, los ecos del “Gloria” y por haber vivido y disfrutado con la designación como portaestandarte para las representaciones extraordinarias -y tan esperadas- del Misteri d’Elx.

Es verdad que conocía la Festa, pero sentir el Misteri desde ese punto privilegiado, al final del andador y a un paso del cadafal, es emocionante e indescriptible. He quedado impactado, una vez más, del cariño con el que esta ciudad corona a su Patrona. Abruma la sinfonía de detalles y gestos que la familia del Misteri despliega para poner en marcha cada una de las representaciones y el cariño que le ponen.

Realmente sobrecoge pensar que no hay otro templo en el mundo que acumule con más cariño miles de miradas apretadas apuntando al cielo. De algunas de esas miradas cae alguna lágrima en recuerdo de alguien que subió más arriba del cielo que oculta la tramoya. Conmueve la admiración con la que los ilicitanos, o quienes presencian una representación, guardan en sus manos unos retazos de oropel o con qué orgullo atesoran un trocito de la palma de San Juan. He podido comprobar que los ilicitanos van al Misteri cargados de recuerdos y entre canto y canto, esponjan el alma. No cabe duda que es el Misteri d’Elx la fiesta que mejor encapsula tradición, cultura, historia, fe, devoción, emoción y recuerdos.

Se entiende ahora perfectamente por qué, a pesar del calor, brotan de manera desbordada tantas emociones y tantos sentimientos: Porque es la misma fiesta que conocieron sus padres y sus abuelos.

Alguien escribió en una ocasión que la fiesta de un pueblo es su medida, y no se equivocaba el autor en la precisión de esta cita. Al asistir a una representación del Misteri se puede ver el tamaño del alma de la gente de esta ciudad. El compromiso que la gent d’Elx desde hace más de cinco siglos ha contraído con las generaciones presentes y venideras de cuidar de la Festa. De hacerla y de compartirla. Y precisamente eso fue lo que motivó a la UNESCO en la concesión de su máximo galardón al tesoro que guardamos en la Basílica de Santa María y recorre las calles de Elche cada 15 de agosto. Si bien otros patrimonios repartidos por el mundo son monumentos hechos y levantados en piedra, este es especial porque está hecho de los corazones de miles de ilicitanos y detrás de ellos está la voluntad de un pueblo que se enorgullece de esta tradición y que lo transmite y lo cuenta como si fuera un milagro.

Juan José Ruiz Martínez, rector de la Universidad Miguel Hernández y portaestandarte de las Representaciones Extraordinarias del Misteri 2021.

Desde la Universidad Miguel Hernández seguiremos cuidando y difundiendo esta joya, a través de la Cátedra Misteri d’Elx, como no podía ser de otra manera. Por supuesto, en estrecha colaboración con el Patronato y comprometidos con la ciudad y con toda la familia de La Festa.

Os deseo lo mejor para estos días. Disfrutad de este tiempo de fiesta. Es en Elche – y sólo en Elche– donde en este día puedes cruzarte con ángeles por las calles. La ciudad que en diciembre mira al mar y en agosto mira al cielo ya se prepara y se viste de fiesta. Elche espera a Moros y Cristianos, a Pobladores, a Reinas y Damas y a esas dos noches de silencios imposibles de Albà y de Roa. En definitiva, Elche es una gran fiesta que nos convoca y nos llama y que desde ya nos está esperando.

¡Bon Misteri! y ¡Felices Fiestas!