¿Qué supone volver a celebrar el Misteri d’Elx en agosto?

Para nosotros implica mucha emoción. Es cierto que el año pasado cantamos en octubre y fue importante, pero creo que nunca nos parece igual hacerlo en agosto. El Misteri d’Elx es propio del calor y de celebrarse junto a las fiestas de agosto. Recuperar el Misteri en su fecha es muy emotivo para todos los cantores y lo estamos preparando con mucha ilusión.

¿Han preparado alguna novedad para este año?

Con respecto a la representación de octubre, vamos a recuperar el número de judíos en el Cadafal. El año pasado se redujo. Este, sin embargo, saldrá el máximo número posible de cantores. Además, también hemos incidido este año en el ritmo durante la interpretación de la judiada. Este momento es uno de los más difíciles de interpretar y vamos a intentar que no se pierda el ritmo. Los cantores tienen que luchar, correr y el ritmo es diferente al de la música, por lo que hemos practicado durante todo el año para ver si conseguimos no perder el ritmo. Hemos trabajado muchísimo para hacer la pelea y la escenografía sin perder el ritmo de la pieza.

Usted lleva más de dos años como mestre de capella suplente a la espera de la elección del mismo. ¿Qué ha aprendido en estos años?

He aprendido, sobre todo, que no todo es música y saber cantar. Es muy importante la parte humana, ya que el Mestre de Capella trabaja con 120 personas o más. Niños, padres, cantores… Esto implica mucha tensión, sobre todo cuando se hacen las listas para cantar. Es un momento en el que hay niños a quienes les cambian la voz y no pueden salir.

Otros no interpretan el papel que les gustaría o salen menos de lo que quieren. También sucede con los adultos y hay que calmarles, y ponerse en la postura del cantor, del niño y de los padres. Este es el trabajo de ser Mestre. No es solo elegir quien sale y canta. También es estar con los niños que lo pasan mal. Ser Mestre me ha enseñado a estar al lado de ellos y a escuchar.

¿Cómo se ha sentido en este tiempo como Mestre de Capella Suplente?

He trabajado con muchísima ilusión. Una de las cosas que más me ha emocionado ha sido que los cantores han aceptado todo lo que yo hacía y me han visto como el Mestre de Capella. No como el suplente. Y han hecho todo lo que les he dicho. Esta actitud me ha emocionado, me ha dado fuerza y me ha permitido poder exigirles lo máximo. Además, creo que el Mestre de Capella no debe dejar su nombre escrito en ningún sitio, sino que lo que debe perdurar es su trabajo. Un trabajo que queda para la posteridad.

¿En qué ha incidido durante este tiempo como Mestre?

Yo estoy trabajando mucho los ritmos. Mi antecesor trabajó el nivel vocal y consiguió alcanzar un nivel elevadísimo. Yo estoy complementando este trabajo después de estar 18 años dentro de La Festa.

¿Cuál es el momento más duro para usted durante las representaciones del Misteri?

La mayor tensión la tengo con los niños. Cuando María ya está en El Cadafal y lleva mucho tiempo de rodillas, por ejemplo. En ese tipo de momentos te fijas en la cara de los niños para ver si está bien o no, si está pálido. También en El Ángel y Araceli sufro mucho y, hasta que no pasamos una serie de notas, no me relajo.

¿Han preparado este año algún tipo de medida de prevención contra el calor?

Estamos haciendo un protocolo para poner por escrito una serie de sugerencias que los participantes deben seguir para evitar episodios como son los mareos. Es importante hidratarse y comer fruta, y tenemos que hacer mucho hincapié en estos puntos. Además, hemos pedido que en todas las salas haya agua a disposición de todos.

Este año participarán tres jóvenes que formaban parte del Coro Juvenil. ¿Qué ha supuesto esta «sección» para La Festa?

Ahora es cuando estamos viendo el resultado del Coro Juvenil. Hemos hecho una especie de escuela de canto gracias a la que tenemos a jóvenes que aprenden una técnica desde la Escolanía y son los que interpretarán los papeles más importantes de la Festa en el futuro. Algunos ya lo están haciendo. Además de la técnica, los miembros del coro juvenil hacen conciertos fuera de España y tienen las tablas necesarias de saber estar en un concierto, tener la postura y elegancia adecuadas…

Las Campañas que hacen, normalmente en enero y febrero, para traer a niños a la Escolanía. ¿Cómo funcionan? ¿Son suficientes?

Este año no nos ha dado tiempo a hacerlo, ya que queríamos grabar un spot publicitario para redes sociales y no fue fácil. Lo terminamos en Semana Santa y no tenía sentido hacer la campaña en esas fechas. Por ello, este año hemos pensado en hacerla en septiembre y octubre para que los padres piensen en el Misteri d’Elx como una actividad extraescolar. Estamos preparando una buena campaña.

No obstante y además de estas campañas, nosotros estamos en contacto con los profesores de música y las escuelas de música del municipio. Y lo que siempre funciona es que los padres traigan a sus hijos. En la actualidad en la Escolanía somos 25, pero me gustaría tener 30 o 35.