Han sido designados por su pasión y trabajo por y para el Misteri, motivos que han llevado a los miembros del Patronato a escoger a Jesús Murgui, Ramón Cano y José Luis Úbeda como portaestandarte y cargos electos, respectivamente. Entre ellos suman muchos años de vida y de dedicación desinteresada por uno de los grandes amores de sus vidas. Una labor que se ha sumado a la de sus predecesores y que, año a año, hacen que el Misteri sea una celebración más internacional, más intimista y más reconocida.

Jesús Murgui, portaestandarte del Misteri d’Elx

Jesús Murgui, ex obispo de la Diócesis de Orihuela-Alicante al dejar la Diócesis hace unos meses tras alcanzar la edad obligada de jubilación, ostenta este año este máximo cargo honorífico. Durante el momento de hacer público su elección, Murgui agradeció a los responsables de que se le dé la oportunidad de disfrutar de las representaciones de una forma especial, reconociendo que se sentía «indigno» del cargo «porque quiénes se lo merecen son los electos y tanta gente que hace posible que el Misteri sea una preciosa realidad». Para terminar, puso en valor La Festa «en medio de un año de guerra el Misteri será un oasis de paz».

Ramón Cano, cargo electo

El canónigo de la Catedral de Orihuela, Ramón Cano, natural de Letur (Albacete), ejerció desde 1993 de organista en la Basílica de Santa María para las representaciones. Recordó durante su presentación que al tocar los preludios se emocionaba en el momento de la coronación porque se vive la concordia de un pueblo. De igual forma, evocó la frase: «en Elche todos los años muere la virgen para que viva un pueblo».

José Luis Úbeda, cargo electo

El canónigo doctoral y secretario del Cabildo de la Catedral de Orihuela, José Luis Úbeda, natural de Catral, fue nombrado en 2014 vicario general de la Diócesis Orihuela-Alicante. Recuerda cómo la Mare de Déu es capaz de mover la creatividad y la voluntad de las personas, resaltando que «ese valorar la historia para recordar que el Misteri lo ha hecho la ciudad, que sale del alma de la ciudad que es la fe».