Antonio Ortega Fernández, San Juan del Misteri -1970, 1980- ya está cantando ante la Virgen, que le muestra su alegría por estar con Ella… le entrega la palma -símbolo de la victoria sobre la muerte- y desde ese momento sale al andador para decirle -decirnos- a los apóstoles, aquí os espero, no me ha importado la cantidad de veces que me he sometido a intervenciones quirúrgicas, porque la Virgen estaba conmigo. 

No comprendíais la conformidad y paciencia para conllevarlo, pues la Madre del Cielo me transmitía la fe para esperar este gran momento de volver a estar con Ella.

Si cada agosto en el Cadafal le ofrecía lo mejor de mí, ahora he recibido la gran recompensa de gozar la eternidad junto a la Mare de Deu y su hijo nuestro señor.

Antonio, un amigo muy especial, pendiente de los suyos: esposa, hijos, nietos y de los amigos con los que, en 1956, formó la Peña La Tranquilitat. Ocurrente, y con esa voz que en las reuniones nos regalaba las arias y romanzas clásicas y canciones mejicanas que con su peculiar sentimiento modulaba.

Como ya estás en el regazo de nuestra Madre, junto a Dios, no puedo desearte más, sólo una petición: aún te necesitamos, ¡¡desde el Parnaso Celestial, sigue acordándote de los tuyos, encomiéndanos!!