La venta de sandías para la Nit de l’Albà se dispara con la misión de cumplir con una tradición paralizada dos años, y todo a pesar de la subida de precios que ha sufrido este fruto en los últimos tiempos por la bajada de producción debido a las olas de calor. Se llegan a pagar más de 1,2 euros por kilo cuando el año pasado una familia la pagaba por menos de un euro el kilo.
Ana y Carlos regentan desde hace una década una frutería del centro donde el melón y la sandía de Carrizales son el producto estrella. Reconocen que este año no está siendo un «boom» en la venta del producto aunque en los últimos días notan bastante más movimiento que de costumbre para adquirir este fruto y tienen 40 encargos de familias.
«La alegría es cortarla y comerla con las manos todos juntos alrededor de la mesa y los más pequeños se comen el corazón, que es lo más dulce», señala la propietaria de su negocio, conocido como «Carrissals».
Al tiempo, indican que al vender un producto de proximidad los precios no han sufrido tanto desajuste ya que los costes derivados del transporte no les afectan «y si ha subido algo es por el calor, que el cultivo lo ha notado». Las altas temperaturas que se sufren este verano también afectan a la hora de que los clientes consuman.
Desde uno de los puestos de frutas y verduras del Mercado Provisional referían ayer que en lo que iba de mañana habían vendido unas 15 sandías cuando cualquier otro viernes del verano, y fuera de las Fiestas de Agosto, llegan a vender unas cuatro o cinco como máximo, y muchas veces troceadas, señala Vanesa Girona, de frutas Mateo.
Francisco Rabasco desde su puesto contabiliza unas 25 vendidas en la jornada de ayer, a contar sólo hasta el mediodía, mientras que tenían una previsión de vender hasta esta noche unas 70 más. Aún y así, entiende que las jornadas están yendo algo flojas en comparación a otros años y que está llegando muy poco género de Carrizales «que se ha estropeado del calor», por lo que sobre todo están recibiendo sandías manchegas.
Lo que está claro es que esta noche está considerada una de las más especiales para los ilicitanos, que escogen terrazas o incluso se llevan sillas y mesas a la vía pública para contemplar el espectáculo de luz y sonido, como podría ser el Pont del Bimil.lenari. En el postre no puede faltar la sandía, que gracias a su poder hidratante permite aliviar a todos aquellos a los que la pólvora les reseque la garganta.
