Soportes Plásticos Pincho, una empresa familiar de Elche, tuvo hace 8 años la feliz idea de patentar un invento para uno de los grandes quebraderos de cabeza de cualquier bañista que llega con su familia a la playa: colocar la sombrilla sin posibilidad alguna de que se le caiga haga el viento que haga. El producto, con patente internacional y que venden las primeras marcas comerciales en España y Europa, principalmente en mercados turísticos de sol, no deja de ser relativamente barato por su fabricación y eso lo hace especialmente interesante y hasta fácil para su copia.

Este verano, la competencia desleal le ha costado a la firma, calcula, 600.000 euros después de que el Cuerpo Nacional de Policía haya decomisado hace siete días en dos naves de dos polígonos de Crevillent cientos de copias de su pincho y, lo que es más importante para la mercantil, los moldes para su fabricación. Hasta 2.200 de estas piezas se podían realizar a diario, según testigos. Si uno calcula que la temporada comenzó en junio se alcanza esa cifra de daños porque a través de las declaraciones efectuadas en sede policial se asegura que la mercantil que los vendía de forma fraudulenta distribuía unos 900 a diario.

Uno de los moldes y pinchos falsificados decomisados por la Comisaría de Elche INFORMACIÓN

Los populares pinchos de playa, que la mercantil ilicitana sigue mejorando y modificando a fin de evitar que alguien patente algo parecido pero que no sea lo mismo y se lo permitan, se venden en grandes superficies de conocidas marcas, pero las copias se estaban distribuyendo a través de grandes almacenes multiprecio en otras provincias y desde ahí a pequeñas tiendas tipo "todo a 100", aunque también desde muchos negocios de productos turísticos o playeros. La copia tenía prácticamente la misma utilidad, pero no la misma calidad y, además del perjuicio económico que supone perder una parte de las ventas de un producto patentado, siempre está el de la pérdida de imagen que se recibe porque el cliente final no ha recibido el producto fiel.

La empresa supo de la falsificación con algo tan sencillo como entrar a una tienda el pasado mes de julio y ver que un pincho que era una fiel copia del suyo se estaba vendiendo al por mayor por menos de tres euros. Con la experiencia que da año tras a año que se suceda este tipo de problemas de copias, la mercantil acudió a un investigador de Elche porque con la temporada encima lo que más prisa corría era detectar dónde se fabricaban y paralizar la actividad. El investigador tiró del hilo y localizó en Crevillent dos almacenes, en uno de ellos se fabricaban las piezas, mientras que en el otro, se realizaba la distribución por toda España. Ya sólo quedaba poner en manos de la Comisaría estos hechos y todas las pruebas obtenidas por el profesional contratado. El pasado martes, 30 de agosto, los agentes del Cuerpo Nacional de Policía realizaron con autorización judicial dos registros donde señalaban las denuncias. En uno de ellos incautaron 1.400 pinchos falsificados, así como cartones para la venta del producto y en el segundo se localizaron dos moldes para la fabricación.

El pincho original de Elche que ha sido falsificado y distribuido desde Crevillent INFORMACIÓN

En alguna de las declaraciones se asegura que desde esta nave han salido este verano 18 palés con pinchos para Mallorca e igualmente muchos otros se han repartido por almacenes de distribución de productos multiprecio. Juan Carlos Almira, el gerente de la empresa e hijo del inventor de este producto de solución feliz para el verano, que ha generado en menos de una década un negocio próspero en Elche, asegura que ya tienen mucha experiencia en este tipo de problemas. "Habitualmente vemos llegar desde China, principalmente, 5.000 o 6.000 copias de los pinchos, pero a través de nuestro abogado conseguimos que paren la producción y entiendan que nosotros tenemos ese producto patentado", explica el responsable de Soportes Plásticos Pincho. Ahora solo les queda esperar la siempre lenta y farragosa instrucción judicial.