Los coches de nuevas propulsiones, ya sean eléctricos, híbridos, híbridos enchufables, con gas natural comprimido, licuado, incluso con hidrógeno, están ganando más protagonismo en las carreteras. El parque automovilístico en España ya incorpora un 35% de ese tipo de vehículos, sobre todos híbridos y eléctricos, que tienen muchas ventajas como contaminar menos, exenciones fiscales o circular por zonas vetadas a los de gasolina y diésel. Pero, como todos los vehículos, pueden incendiarse.

El problema es que apagar un fuego en un coche eléctrico o de gas es una tarea bastante más complicada a la de hacerlo con uno de motor de combustión, y requiere de unos procedimientos de intervención específicos y gran pericia.

En los incendios de coches eléctricos o de gas son necesarias dos líneas de extinción. Antonio Amorós

Bomberos de todo el mundo han alertado de la dificultad de sofocar un incendio de un coche de nueva propulsión. Si no se tienen los conocimientos suficientes, ese vehículo puede estar ardiendo durante horas, incluso días, debido a sus características. No existe un protocolo específico a nivel general, algo a lo que los bomberos del Consorcio Provincial le están poniendo solución.

Sus efectivos de los 13 parques de la provincia se están formando con un curso de intervención en vehículos de nuevas propulsiones que están impartiendo unos expertos formadores de la plantilla que se han especializado en esta materia. De hecho, es un curso pionero en el país. «Tenemos la escuela española de extinción de este tipo de vehículos en el Consorcio de la provincia», señala, orgulloso, Alan Clemente.

Este oficial, experto en rescate en accidentes de tráfico e incendio de vehículos, comenzó hace años a mostrar interés por los problemas que podían surgir en un incendio de un coche movido por baterías de ion litio. Fue en 2015 cuando, adelantándose a la proliferación de este tipo de vehículos que hay ahora, marchó a Francia, donde se encuentra la Escuela Europea de Intervención. Allí adquirió los conocimientos necesarios que pondría en práctica y que, incluso, le ha hecho colaborar después con ese centro aportando propuestas y soluciones a los problemas que ha visto que surgían. «Esto está evolucionando cada día, cada vez más marcas comercializan estos vehículos eléctricos e híbridos. Y ojo al hidrógeno, que está en camino y va a ser el futuro de las propulsiones y ya estamos adelantándonos también en su formación», explica.

La clave en la extinción está en ir al punto exacto de la batería o depósito donde se inicia el fuego. Antonio Amorós rubén míguez

Así, transmitió sus conocimientos a otros instructores de los bomberos de la provincia, que son quienes también están al frente del curso. Es tan específica, concreta y pionera la formación que el Consorcio Provincial de Bomberos de Alicante está recibiendo una avalancha de peticiones de parques de todo el país para recibirla.

"Un Tesla tiene unas 8.000 pilas. Imagina una botella de lejía que tienes debajo del fregadero, no es peligrosa, pero un accidente de un camión que lleva un palé de botellas sí lo es"

Iván Lloret - Bombero y formador del Consorcio Provincial de Bomberos de Alicante.

De momento, han formado en extinción de incendios de nueva propulsión a efectivos de la Comunidad de Madrid y de Albacete. «Tenemos cola de peticiones», señala Clemente. Y no es de extrañar porque las redes sociales están inundadas de vídeos que muestran cómo los bomberos las pasan canutas intentando apagar un fuego de un coche eléctrico, que arde y arde sin fin.

Incendio de un vehículo cuando circulaba por una carretera de la provincia de Alicante.

La clave es llegar al punto exacto donde está la combustión. El problema es que los paquetes de baterías y el cableado del circuito van protegidos con cápsulas herméticas y, a veces, inaccesibles. Saber dónde se sitúa el cableado de desconexión de cada modelo es fundamental. Es lo que les enseñan a los bomberos que estos días están haciendo el curso. Acudimos a una de las formaciones esta semana en el parque de Bomberos de Elche. Allí, los instructores Iván Lloret y Juan Guijarro explican el protocolo que se debe seguir, mientras los efectivos practican sofocando un incendio provocado en un coche con gas licuado. «El problema es que muchos fabricantes de vehículos no piensan en las emergencias y nosotros tenemos que implementar sistemas nuevos de extinción», lamenta Lloret.

"La técnica de extinción de estos vehículos es distinta a una extinción con un vehículo diésel o gasolina, porque hay que enfocar hacia la batería"

Alan Clemente - Oficial del Consorcio Provincial de Bomberos de Alicante

Así, cuando los bomberos llegan a un accidente lo primero que deben hacer es conocer las características del vehículo . La centralita ya les habrá avisado del tipo de vehículo que es, ya que forma parte del protocolo preguntar si es de nueva propulsión y el modelo. Los vehículos eléctricos tienen sistemas de desconexión que actúan en caso de colisión. «Enseñamos en el curso a mostrar dónde están esos sistemas en distintos modelos», explica. También cuentan con una aplicación, «Euro Rescue», donde al poner el modelo del vehículo muestra dónde están las baterías, qué peligros tiene y dónde están los puntos de desconexión.

Protocolo de intervención

Al llegar al coche incendiado, lo primero es no acercarse mucho y dejar el camión de Bomberos a una distancia prudencial, porque puede estallar. Los vehículos eléctricos y de gas combustionan de manera muy acelerada y con una fuerte llamarada, que puede estar muchas horas sin apagarse. Ahí es dónde deben actuar los efectivos con celeridad. Eso sí, tienen que usar dos líneas de extinción con agua, y no una como basta para sofocar un fuego en los de motor de combustión. Dos mangueras, una dirigida a la zona específica donde se ha iniciado el fuego, la batería que suele estar en la parte delantera o el depósito de gas en la trasera, y otra al resto del vehículo.

Bomberos del curso con un camión de basura de Elche propulsado por gas. INFORMACIÓN

Y aquí llega una de las dificultades. Se ha demostrado que apagar un coche eléctrico puede suponer la utilización de 15.000 litros de agua. Es la capacidad de un camión nodriza y de otro más pequeño, por lo que son necesarios dos vehículos de Bomberos y bastantes más efectivos que para sofocar un incendio de un coche de gasolina o diésel. Las baterías de los coches eléctricos son muy grandes y almacenan mucha energía, y, cuando alguna pila se rompe por accidente, el electrolito, que es húmedo, se seca y aumenta la temperatura y produce la combustión. Es la llamada aceleración térmica. "Un Tesla tiene unas 8.000 pilas. Imagina una botella de lejía que tienes debajo del fregadero, no es peligrosa, pero un accidente de un camión que lleva un palé de botellas sí lo es", explica Iván Lloret.

"En los vehículos eléctricos el problema es que tienen una batería de alta tensión, y son muy peligrosos porque tienen mucha energía almacenada"

Iván Lloret - Bombero y formador del Consorcio Provincial de Bomberos de Alicante.

Cuando los vehículos están en carga rápida, hay algún que otro calentamiento, pero en la gran mayoría de los casos es del poste de carga. Para evitar estallidos en los coches de gas, llevan a cabo un protocolo que es enfriar los depósitos donde se acumula.

En la provincia ya han acudido a varios incidentes con estos vehículos. En Torrevieja con un vehículo de gas que tuvo una fuga, y obligó a cortar una carretera, en Elda hubo un accidente entre un vehículo híbrido y otro de gas o una fuga en una gasinera en Crevillent.

¿Se incendia con facilidad un vehículo eléctrico? Desmontando bulos


El curso también sirve para alejar falsas creencias y enseñar los nuevos dispositivos de extinción


La formación que estos días están impartiendo los bomberos del Consorcio Provincial también pretende desmontar bulos. El más común, que los coches eléctricos se incendian con más facilidad que uno de motor de combustión. Algo que es falso. No existe un mayor riesgo de incendio en un coche eléctrico que en uno de combustión interna, es menor y así de contundente se muestra el oficial Alan Clemente: «Por cada uno que se incendia, se queman 100 de combustión convencional, sobre todo gasolina». 

Los vehículos eléctricos tienen sistemas de seguridad que desconectan el circuito en caso de accidente. Solo cuando hay un gran impacto afecta a la batería y las células reaccionan y se produce el incendio del vehículo. Los vehículos eléctricos se suelen incendiar la mayoría de las veces por un accidente y no tanto por fallos técnicos. «El problema, muchas veces, es la inaccesibilidad de la batería por el blindaje que lleva», lamenta el bombero y formador Juan Guijarro. 

Además de la extinción con agua hay otros métodos para apagar el incendio de un coche eléctrico o híbrido. Hay una manta ignífuga con superficie reflectora que lo que hace es controlar las llamas, pero no las extingue. También hay una lanza que penetra en la batería, la perfora y la inunda de agua. Y parques de bomberos europeos han adquirido un contenedor para sumergir el coche y extinguir el fuego por inundación. 

En la provincia, el Consorcio adquirirá material. «Estamos viendo la manta y un dispositivo que se conecta al enchufe del vehículo eléctrico para ponerlo en seguridad y hacerle una desconexión total. Y un agente encapsulador, el F500», explican.

Ahora, están preparados para afrontar el nuevo reto de apagar con celeridad un incendio de los vehículos de nueva propulsión.