En punto muerto. Así es como se encuentra la negociación del convenio del sector del calzado, que en la provincia afecta a 17.000 trabajadores y 1.700 empresas. Los sindicatos presentes en la mesa de negociación, CCOO y UGT, exigen que se contemple una subida salarial acorde a la inflación para la que los trabajadores no pierdan poder adquisitivo. Así, piden que el incremento vaya ligado a la evolución de la inflación y que se incluya una cláusula de revisión que permita igualar la subida al IPC, sin topes, que es lo que quiere poner la patronal.

Protesta con un bote de huno rojo. Áxel Álvarez

Además, los trabajadores también reclaman una reducción de la jornada laboral anual, fijada actualmente en 1.788 horas, y eliminar medidas de flexibilidad que consideran innecesarias, y que tan vinculadas han estado siempre al sector del calzado, como los contratos fijos discontinuos.

La patronal, por su parte, está dispuesta a una subida salarial del 11,5% en cuatro años, pero rechaza incluir la revisión del IPC sin un límite, que propone topar en dos puntos. Esto último es lo que mantiene a ambas partes sin posibilidad de llegar a un acuerdo y con la negociación del convenio colectivo en punto muerto meses después de iniciarse.

Los sindicatos han elevado sus protestas y anuncian una huelga para el próximo 1 de diciembre, con paros de 24 horas en el sector, si antes no se llega a un acuerdo en el convenio. Este jueves han llevado sus protestas a la sede de la Asociación Valenciana de Empresarios del Calzado (Avecal) en el Parque Empresarial de Elche.

Allí, cerca de un centenar de trabajadores convocados por CCOO y UGT se han concentrado con pancartas en las que se podía leer "Por un convenio justo del calzado y hormas" y "Salario o conflicto en el convenio del sector calzado". Y han hecho llegar a la patronal que están dispuesto a elevar sus protestas si no se alcanza un acuerdo con consignas como "Si esto no se arregla, ¡guerra, guerra, guerra!" o "¡Basta ya de abuso patronal".

Una representación sindical ha sido recibida por la presidenta de Avecal, Marián Cano, a la que han podido reiterar sus peticiones respecto al convenio pero sin que ambas partes hayan, de nuevo, llegado a ningún acuerdo ya que la patronal pide topar la revisión del IPC, algo en lo que los sindicatos se niegan a negociar. El convenio del calzado afecta a 54.000 personas en toda España, unas 17.000 en la provincia de Alicante, la mayoría en las comarcas del Vinalopó y en la Vega Baja.

Así, los representantes de los trabajadores piden una revisión salarial del 4% para este año, un 3% en 2023, un 2,5% en 2024 y un 2% en 2025, con una cláusula de revisión al IPC real. Además, exigen reducir la jornada laboral, que consideran "un despropósito" por ser una de las más altas del sector manufacturero con 1.788 horas, aumentar la cobertura de los accidentes de trabajo, adaptar la redacción de los contratos fijos-discontinuos a la reforma laboral o eliminar la flexibilidad innecesaria aumentando el porcentaje desde la primera hora.

Por su parte, la patronal ofrece un incremento del 4% desde el 1 de julio de 2022, cifra que superaría la subida salarial establecida por el Gobierno de España para los funcionarios del 3,5% en 2023, un aumento del 3% para el próximo año, de un 2,5% para 2024 y de un 2% más para 2025, que sería revisado en función del IPC real al finalizar la vigencia, topada al 2%.

En suma, una subida salariar de 11,5 puntos, que podría llegar al 13,5% en base a ese tope del 2%. "Es una propuesta más que sensata y razonable, y por encima de lo que ofrece el Gobierno a los funcionarios", señala la presidenta de Avecal, Marián Cano.

Los representantes de CCOO y UGT han sido recibidos por los de Avecal tras la protesta. Áxel Álvarez

Sin embargo, los trabajadores concentrados este jueves, llegados desde todas las localidades zapateras de la provincia y de la albaceteña de Almansa, expresaron su oposición a perder poder adquisitivo, que es lo que aseguran ocurrirá con la propuesta de la patronal.

Además de en Elche, el sector del calzado también ha protagonizado hoy protestas en otras localidades zapateras como Arnedo en La Rioja o Fuensalida (Toledo). "Lo que nos ofrece la patronal es una tomadura de pelo, porque el coste de la vida está subiendo, pero no los salarios", lamenta Carmen Palomar, Secretaria General de CCOO Vinalopó-Vega Baja.

Los sindicatos insisten en defender que el incremento vaya ligado a la evolución de la inflación y que se incluya una cláusula de revisión que permita igualar la subida al IPC. "No vamos a permitir que los trabajadores seamos los paganos, ya bastante precarizado está el sector del calzado", señala Ismael Senent, secretario general de UGT en la Muntanya, Vinalopó y Vega Baja.

Sin relevo generacional

Todo, en un contexto de un sector con una media de edad que supera los 55 años y con dificultades para el relevo generacional, que los sindicatos achacan a las malas condiciones laborales y los "salarios mileuristas", además de la flexibilidad. "No es un sector atractivo para los jóvenes", indica Carmen Palomar, algo que asiente Ismael Senent. "Si no se pone un convenio con condiciones dignas, nunca será un sector que tenga efecto llamada", advierte Senent.

No obstante, Avecal, que asegura seguir dispuesta a negociar y llegar a un acuerdo, pide que los sindicatos se atengan a la realidad del sector, que asegura ha pasado por una de las mayores crisis por la pandemia y que se enfrenta a un futuro con mucha incertidumbre porque, insisten desde Avecal, la pérdida de renta de las familias por la subida del coste de la vida (precios, luz o gasolina) al primer sector que afecta es al de la moda. "La gente, en lo primero que recorta es en el consumo de moda", asegura Marián Cano.

Sin embargo, los sindicatos aseguran que las empresas del calzado "están exportando más que nunca, en torno a 900 millones, están desbordados de trabajo, no es verdad que vendan a pérdidas", asegura Manuel Domínguez, responsable de la negociación colectiva del convenio del calzado de CCOO.

Otro punto que enfrenta a la patronal y a los sindicatos es la reforma laboral, ya que fuerza al calzado de la provincia a pasar a fijos a 15.000 trabajadores. El sector alerta de que se va a ver empujado hacia los ERE, por lo que reclama al Ministerio de Trabajo que tenga en cuenta su temporalidad. Las empresas exigen mantener la figura del trabajador fijo discontinuo "porque es imprescindible para nuestro sector", señala Cano, quien añade que la Inspección de Trabajo está llevando a cabo "unas rigideces que están constriñendo la situación e imposibilitando la flexibilidad que el sector necesita".

Un momento de la protesta de los trabajadores frente a Avecal. Áxel Álvarez

Un punto de vista completamente distinto tienen los representantes de los trabajadores, quienes alertan de que un trabajador que está 60 días en desempleo "es en realidad un fijo con vacaciones de 30 días más otros 30 días", indica Carmen Palomar, mientras que Ismael Senent sentencia que "no es posible mantener lo de los trabajadores a la carta".

Así que las posturas se mantienen actualmente muy enfrentadas y sin posibilidad de una vía de diálogo por el momento, con la cláusula de revisión salarial como causa del bloqueo de la negociación. Si no se acercan posturas, el 1 de diciembre el sector del calzado en toda España mantendrá un parón de 24 horas como inicio de otras acciones de presión.