Baños sin duchas en las habitaciones, sin estar adaptadas, puertas rotas, carencia de servicios y equipamientos... Todo ello ha sido una realidad en el Hospital General Universitario de Elche hasta no hace tanto tiempo. El centro hospitalario, inaugurado en 1978, pecó durante años de una falta de mantenimiento y de algunos servicios médicos que obligaba a los pacientes a desplazarse a otros hospitales, lo que generó las quejas de usuarios y asociaciones reclamando un centro del siglo XXI.

Algo a lo que ha aspirado en estos últimos siete años gracias a la inversión realizada por el Consell, que ha incrementado desde 2016, de manera sustancial, las partidas presupuestarias en este centro hospitalario y en todo el Departamento de Salud de Elche para darle un completo lavado de cara.

Desde 2016 hasta este año 2022, se han ejecutado un total de 28.344.083 euros en inversiones. Así, se han destinado 12.262.424 euros a obras y el resto a equipamiento y suministros, algo más de 16 millones de euros. Dichas inversiones han permitido realizar un cambio fundamental en el departamento con las mejoras en el hospital, en los centros de salud y consultorios, tanto en las infraestructuras como en el equipamiento sanitario y mobiliario de los centros para facilitar los diagnósticos y tratamientos de los pacientes.

Ya ha culminado la transformación de siete de las ocho plantas de hospitalización. Su reforma ha sido integral, hasta el punto de que todas disponen ya de baños completos con ducha en las habitaciones, algo de lo que carecían la mayoría.

Además, se ha reformado la planta baja de entrada, el primer sótano con las nuevas Urgencias, tanto generales como obstétricas, y el área de radiodiagnóstico, lo que eleva a nueve las plantas reformadas en su totalidad.

Además, también han recibido cambios los controles de enfermería, los despachos y los almacenes, que se han mejorado y ampliado. Se han creado salas de informes anexas a los controles de cada hemiplanta. Cada una de las plantas reformadas cuenta con dos baños adaptados para pacientes con escasa movilidad, que tampoco había.

La reforma no se ha quedado en las plantas, también ha abarcado a los 17 aseos públicos para personal no ingresado, a los seis ascensores centrales, a la climatización (que tenía muchos problemas), a las cubiertas del edificio, a la sustitución de las calderas a gas natural o a los nuevos vestuarios para el personal. Un lavado de cara integral que pone en evidencia las múltiples carencias que tenía tras cuatro décadas de funcionamiento.

Por su parte, el Ayuntamiento de Elche ha reformado los accesos al hospital, buscando una mejor comodidad y seguridad para los usuarios en la entrada principal, donde hay un nuevo intercambiador que facilita el uso del transporte público y el paso de los peatones.

Además, se ha mejorado el diseño del acceso de pacientes que llegan en vehículos y el de carga y descarga para las ambulancias. También se ha dispuesto, recientemente, un nuevo aparcamiento para patinetes.

A la espera de contar con un nuevo bloque quirúrgico en 2023


La mayor inversión realizada en el Hospital General de Elche es la que le dotará de un nuevo bloque quirúrgico. Su construcción, que está en marcha, cuenta con un presupuesto de más de once millones de euros y está previsto que pueda finalizarse la obra en el segundo semestre de 2023.

El nuevo bloque va a permitir incrementar la actividad quirúrgica. Contempla la ejecución de un nuevo volumen sobre el bloque norte existente, con trece quirófanos y todas sus áreas anexas. En la primera planta se ubicarán los quirófanos (uno de ellos híbrido), una Unidad de Recuperación Post Anestésica (con 20 boxes para adultos y dos pediátricos), zona de apoyo de quirófanos, de logística y de personal.

La ubicación de esta actuación en el entorno del Palmeral ha requerido prestar especial atención a la integración paisajística del conjunto.

Equipamiento

En cuanto a equipamiento, el centro hospitalario ilicitano ha dado un salto cualitativo en los últimos años. Cuenta con un nuevo quirófano local para oftalmología, dos sillones para maxilofacial, una sala de curas para dermatología, una nueva unidad del dolor, una sala para la preparación de medicamentos, otra de hemodinámica y también una de electrofisiología, además de las nuevas instalaciones de litotricia y suelo pélvico. Estas últimas tienen un nuevo quirófano.

Además, se ha ampliado y mejorado el equipamiento de la unidad de endoscopias. También se ha invertido en el nuevo servicio de oncología radioterápica.

La modernización del hospital también incluye la adquisición de nuevo equipamiento sanitario. Así, destaca la compra de nuevos equipos de hemodinámica y de electrofisiología, un Acelerador Lineal, tres TAC, un neuronavegador para neurocirugía, un mamógrafo de última generación, un microscopio quirúrgico 3D para Oftalmología, diferentes ecógrafos, monitores, respiradores y desfibriladores.

Además, se ha cambiado el mobiliario general y clínico: camas, sillones, carros, mesas y lámparas para quirófano. En cuanto a instrumental, la Conselleria de Sanidad ha invertido en cajas de cirugía, instrumentos para quirófano y retractores. También en la renovación de los equipos informáticos.

En definitiva, un completo lavado de cara para transformar un viejo hospital en uno moderno. Aunque aún queda mucho por hacer.