¿Se puede diseñar el urbanismo de una ciudad en función de los sonidos que percibimos? Parece ciencia ficción, pero no lo es. Así lo consideran varios expertos universitarios especializados en acústica que han diseñado unos «paseos sonoros» para captar las percepciones que tienen los ciudadanos a los sonidos que les rodean y estudiar el paisaje sonoro en la arquitectura.

El experimento, a través de dos métodos novedosos, el «Daumal» o arquitecto ciego (con los ojos vendados) y el ISO 12913 (grabación en 360 grados del sonido espacial), se ha llevado a cabo en Elche con motivo de la celebración del 53º Congreso Español de Acústica «Tecniacústica» que ha acogido el Centro de Congresos. Elche se une así a Granada y a Madrid, las únicas ciudades en las que este proyecto de investigación ha recogido muestras de campo.

Una de las captaciones de sonido ambiental al paso de uno de los participantes en el paseo sonoro. | MATÍAS SEGARRA

Un grupo de 12 ciudadanos, de distintas edades y sexo, han realizado esos paseos sonoros en Elche, tanto por la mañana como por la tarde, para captar las reacciones en dos ambientes distintos, ya que está demostrado que no percibimos los sonidos de igual manera en todos los momentos del día. «En Granada comprobamos cómo el ruido de una misma moto molestaba más por la tarde que por la mañana a las personas que participaron en la investigación», explica Jerónimo Vida, profesor de la Universidad de Granada, el representante en España del método ISO 12913.

Una de las participantes con los ojos vendados es guiada por la ciudad. | MATÍAS SEGARRA

Los participantes en este experimento científico realizaron un recorrido de casi dos horas parando en hasta ocho puntos emblemáticos de Elche, como la Glorieta, la Basílica de Santa María, el Parque Municipal o la Avenida de la Estación. Debían señalar en unas encuestas qué sonidos percibían, de dónde provenían, cuáles les molestaban más y cuáles les eran neutros, agradables, simbólicos o a preservar.

Incluso, si alguno de los sonidos que escuchaban o que les iban poniendo deberían formar parte del Patrimonio Cultural Inmaterial Sonoro de Elche. Además, debían reseñar qué ruidos y sonidos predominaban, entre los de tráfico, obras, conversaciones, cantos de pájaros o campanas, entre otros.

«Cuando recorres un espacio sin verlo, todo aumenta, incluso la sensación sonora»

Francesc Domenec - Profesor de la Universitat Politècnica de Catalunya

En el caso de las personas que iban con vendas también debían reconocer, guiándose únicamente por el sonido, si estaban en un lugar que frecuentaban. El método «Daumal» se realizó en grupos de tres personas, con un lazarillo que llevaba a quien hacía de ciego, y otra que iba tomando nota de lo que percibía. «Van a percibir los sonidos de la ciudad, qué sensaciones acústicas tienen los ciudadanos en lugares que ya conocen y recorren habitualmente, pero sin ver, porque cuando recorres un espacio sin verlo, todo aumenta, incluso la sensación sonora», señala el profesor de la Universitat Politècnica de Catalunya, Francesc Domenech, autor del método «Daumal».

En el caso del método ISO 12913, los participantes sí podían ver e iban acompañados de toda una serie de aparatos a la vanguardia de la acústica. Una cámara que graba en 360 grados, un micrófono ambisónico que capta el sonido espacial, y una cabeza que simula un oyente patrón y toma el sonido binaural, el que reciben los dos oídos y lo graba tal y como lo percibimos las personas, fueron las herramientas usadas.

Ruidos

El objetivo de la investigación no es reducir los ruidos, como se ha hecho hasta ahora, y se seguirá haciendo, como las mediciones de los mapas de ruido que son complementarias. Se buscan los sonidos que resultan más agradables a los ciudadanos con el objetivo de diseñar ciudades con mayor calidad de vida. «Hasta ahora la lucha contra el ruido se ha basado en bajar los decibelios, pero hay muchos sitios donde hay mucho ruido y la gente está bien, como una fuente de un parque que genera mucho ruido o los niños jugando en el parque, que pueden generar 70 u 80 decibelios, y eso no nos molesta», explica el profesor Jerónimo Vida.

«La ciudad que queremos no está basada en lograr menos decibelios, sino en los que nos hacen felices»

Jerónimo Vida - Profesor de la Universidad de Granada

Por ejemplo, cómo diseñar una plaza o una calle, sabiendo lo que le gustaría a la gente o una fuente que le sea agradable por el sonido que genera. «La ciudad que queremos no está basada en lograr menos decibelios, sino en los que nos hacen felices», añade Vida.

La intención de los resultados que se obtendrán de estas mediciones y percepciones de los ilicitanos que han participado es diseñar la ciudad a través del sonido. «Por primera vez, en la gestión del urbanismo y de las ciudades, y en la gestión del ruido, se tiene en cuenta la opinión de la gente», destaca.

Mezclando la subjetividad de las percepciones que han tenido las personas participantes sobre los sonidos que escuchaban con las mediciones objetivas de las herramientas acústicas, los autores sacarán conclusiones con propuestas e indicadores que les servirán a los técnicos de los ayuntamientos y a las autoridades municipales para diseñar mejor sus ciudades. Los resultados se remitirán al Ayuntamiento de Elche.