En las calles de Elche hay viviendo más personas en la calle que hace unos meses. Así lo constata el Ayuntamiento, que pone el foco en que ese aumento de sintecho durmiendo en la calle coincide con la aprobación en Alicante de la polémica ordenanza contra la mendicidad y la prostitución, que entró en vigor hace siete meses tras ser aprobada en pleno por el PP, Cs y Vox, y que contempla multas.
El concejal de Derechos Sociales, el socialista Mariano Valera, confirma que ha habido un desplazamiento de algunas personas sin hogar desde Alicante hacia Elche. Valera, que califica la controvertida norma aprobada en la capital de la provincia como «la ordenanza de la vergüenza», señala que «algunas personas se han trasladado y estamos interviniendo».
El edil lamenta que en Alicante se esté «criminalizando» a las personas que viven en la calle por las sanciones que se les pueden imponer «por lo que la gente decide salir de allí». «Ya bastante estigma tienen con su pobreza, como para criminalizarla. Es aporofobia», señala.
Recuerda que las personas sin hogar se mueven mucho y suelen desplazarse, y más ante una situación así. No obstante, en el municipio se están atendiendo todos los casos y dándoles la atención que necesitan estas personas, muchas de ellas con adicciones, a drogas o alcohol, o con problemas de salud mental.
Este desplazamiento de mendigos también se ha detectado en la propia ciudad de Alicante, donde muchos huyen del centro y se refugian en el Tossal, donde varias personas que se asientan en la zona del Castillo de San Fernando. Y, probablemente, también suceda algo similar en otros municipios limítrofes.
Desde 2020, el Ayuntamiento de Elche cuenta con una plataforma que censa a las personas sin hogar que los servicios sociales y las diferentes ONGs, como Cáritas y Cruz Roja, detectan en las calles de la localidad. Este censo recoge las atenciones que se realizan con las personas que se encuentran sin hogar en Elche.
Es un registro muy variable, ya que la movilidad y continuidad de estas personas en los servicios de acogida o en la vía pública es itinerante. Desde enero hasta finales de octubre, en la ciudad se han realizado 439 atenciones a personas sin hogar, 278 por parte de Cáritas, 115 por los propios servicios sociales del consistorio ilicitano y 16 por Elche Acoge.
«Ya bastante estigma tienen con su pobreza, como para criminalizarla. Es aporofobia»
La mayoría de los sintecho censados en la localidad, el 56%, provienen de otros municipios de la provincia y del resto de España, mientras que un 44% están empadronados en Elche. Así, la comisión técnica de personas sin hogar del Ayuntamiento de Elche tiene localizadas, entre enero y septiembre, un total de 64 casos de personas en situación de vivir en las calles de la ciudad y de las pedanías. «Un 15% sí que ha podido aumentar en los últimos meses el número de personas sin hogar que hay en la ciudad», estima el edil de Derechos Sociales de Elche.
«En Alicante se les está haciendo más víctimas del sistema de lo que lo son ya», lamenta Mariano Valera, quien añade que «a las personas sin hogar hay que acompañarlas, ver qué les ha llevado a que estén en la calle», algo que, asegura, se hace en Elche.
La mayoría son españoles y con menos de 50 años
El censo del Ayuntamiento desvela que el 54% de los sintecho en Elche han nacido en nuestro país
Muy alejado de lo que muchos puedan pensar, la inmensa mayoría de personas que viven en las calles de Elche, tanto en la ciudad como en las pedanías, son españoles. De hecho, suponen el 54% de las personas que no tienen hogar.
Así lo desvela el registro de la plataforma del censo de personas sin hogar que tiene el Ayuntamiento de Elche. Seguido de españoles, y a mucho distancia ya, son marroquíes los que pernoctan en las calles ilicitanas, una nacionalidad que supone el 11% del total de personas registradas como sintecho por el Consistorio.
En cuanto a las edades de las personas que no tienen hogar, la mayoría cuentan con menos de 50 años. Así, un 33% de los sintecho que hay en Elche tienen entre 36 y 50 años. Preocupante es también que un 23% de esas personas sin hogar apenas tengan entre 18 y 35 años. Mientras que en la franja de edad de entre 51 y 66 años se sitúan el 29% de quienes viven en las calles ilicitanas.
De los 64 casos de personas sin hogar que constan en el registro del Ayuntamiento de Elche entre los meses de enero y de septiembre, el consistorio ha planteado la intervención y coordinación con los profesionales de los servicios sociales en 37 casos, que se han distribuido en los distintos centros sociales de la localidad.
Así, el Centro Social de Carrús ha atendido 18 casos, mientras que el Centro Social Poeta lo ha hecho con ocho. Con cinco casos de personas sin hogar se han encontrado en el Centro Social de Altabix, y en el del Raval han atendido a otras tres. Con un caso cada una de personas y familias en situación de «sinhogarismo», se han topado los centros sociales de San Antón, Palmerales y en el de Pedanías.
Todos ellos son casos que se han estudiado o derivado en la comisión técnica de personas sin hogar del Ayuntamiento de Elche y que están en coordinación con los profesionales de los servicios sociales del municipio. «Atendemos todos los casos y lo vamos a seguir haciendo, porque estas personas merecen toda nuestra atención y ya bastante están sufriendo», señala el concejal de Derechos Sociales, Mariano Valera. En nuestro país hay más de 33.000 personas que viven en la calle.
Plan Municipal
El Ayuntamiento ilicitano cuenta con medidas sociales bastante fuertes para atender a las personas más vulnerables. En el caso de los sintecho, el Consistorio tiene un Plan Municipal de Atención a Personas sin Hogar.
Este habilita dos instrumentos que permiten un trabajo conjunto y en coordinación con las diversas organizaciones y sus recursos, como son la Comisión Local de Atención a Personas sin Hogar y la Comisión Técnica de coordinación de casos. Así, la primera mantiene reuniones trimestrales con las diferentes organizaciones que participan en la misma, estableciendo la coordinación, los protocolos y los recursos necesarios para abordar la problemática de forma conjunta, coordinada y colaborativa. Es importante la labor de prevención, atención e inserción de las personas sin hogar.
En la misma están los profesionales del Ayuntamiento, que coordina, y también de la asamblea local de Cruz Roja, Cáritas, Asociación Asidali, DYA Elche, Fundación Elche Acoge, Fundación Conciénciate, la asociación Sueña de Nuevo y el Movimiento Acción Comunitaria.
La comisión técnica, por su parte, mantiene reuniones mensuales donde hay una coordinación técnico profesional en la intervención de los casos, lo que permite optimizar los esfuerzos entre entidades. La forman, además del Consistorio, Cáritas, Elche Acoge, Cruz Roja y Conciénciate, esta última fundación desde el mes de octubre.
«Estamos dando muy buena respuesta en comparación con otros ayuntamientos», indica Mariano Valera a este diario, y se congratula de que Elche cuente con «un escudo social muy fuerte». Para el edil, en momentos como el actual, de crisis, « tenemos que estar al lado de quienes más lo necesitan».
El concejal explica que, a través del acercamiento y encuentro para cubrir las necesidades básicas de los sintecho, el Ayuntamiento y las ONGs entran en contacto con esas personas para ver su situación «y empezamos a trabajar con ellas». «No solo necesitan un techo, también una rehabilitación integral como personas, de acompañamiento y de recuperación de habilidades», indica.
Lamentablemente, no todas ellas quieren recibir la ayuda que se les presta de inserción social.
Los gorrillas, un caso aparte y sin solución
Quienes aparquen habitualmente en Candalix o en el entorno del Hospital General y de los juzgados, se habrán topado con los gorrillas, esas personas que, a cambio de señalar una plaza libre y de ayudar a aparcar, piden alguna moneda, que todo el mundo paga no vaya a ser que no se encuentre el coche en el estado en el que lo deja.
Son muy insistentes y muchos consideran lo que hacen una coacción, sin que se le ponga remedio más allá de que la Policía Local pase de vez en cuando por las zonas donde proliferan y estos se marchen... hasta que desaparecen los agentes, claro.
En Alicante, la mayoría de las actas de sanción de su controvertida Ordenanza Cívica contra la mendicidad y la prostitución ha sido, precisamente, a esos «aparcacoches». En Elche no hay una ninguna norma contra esta molesta actividad de los gorrilas que funcionan con demasiada impunidad.
Centro de acogida
El Ayuntamiento trabaja en coordinación Cáritas, a través de un convenio de 270.000 euros. La institución interparroquial dispone en la ciudad de un centro de acogida y pernocta y también de trabajo continuado de personas sin hogar. En las plazas de acogida y alojamiento pueden estar un máximo de tres días cada tres meses.
No obstante, cuenta también con plazas residentes para una intervención desde un enfoque psicológico, social y educativo cuyo tiempo de estancia está en función del proyecto de desarrollo personal que se establece con cada participante.
Estas plazas, así como los pisos de emergencia que tiene el Ayuntamiento están ocupados actualmente. «Estamos intentando poner remedio a ese incremento de casos y atendiendo todos los que vemos. El que quiere ser atendido, lo está», asegura el edil.
Por otro lado, se evita también que otras personas puedan acabar en la calle con motivo, por ejemplo, de un desahucio, dándoles una alternativa habitacional o negociando un alquiler social. En este sentido, el Ayuntamiento ha hecho 8.700 actuaciones este año relacionadas con la Unidad de Protección.
Por su parte, la asamblea local de Cruz Roja acaba de poner en marcha en la localidad una caravana preparada para realizar funciones como Centro de Día Móvil y que itinerará por las zonas de intervención donde Cruz Roja trabaja con las personas sin hogar y en situación de infravivienda.
El vehículo está provisto de duchas, botiquín, almacén con alimentos, calzado y ropa. Voluntariado de Cruz Roja y personal técnico cualificado formarán parte de los equipos de atención itinerante, y realizarán talleres en materia de salud a través de la necesidad de higiene y prevención de conductas adictivas, así como informarles y formarles en el ámbito social.
