Hace doce el Ayuntamiento reservó dos espacios de expansión de la ciudad para que cada niño que naciera en Elche tuviera una palmera con su nombre. Un lustro después, estas zonas, ubicadas en Altabix-Universidad y frente al Hospital del Vinalopó, pasaron a ser uno de los mayores focos de picudo de la ciudad. Entre los dos puntos hay más de dos millares de ejemplares. Controlado el problema, el Ayuntamiento prometió hace cuatro años para uno de los jardines de los Niños y Niñas de Altabix un parque de juegos, de perros y un merendero, pero se quedó en el tintero. Desde un proyecto a otro ha pasado casi una década, cuatro equipos de gobierno y una lluvia de quejas vecinales por el vandalismo y la degradación de estas zonas verdes.

El jardín de los niños 12 años después

Ahora ambos huertos de palmeras sobreviven ya sin las placas con los nombres de los niños y buena parte de sus ejemplares se están utilizando para repoblar otros puntos del municipio donde se han producido talas.

El jardín de los niños 12 años después

Según el edil de Parques y Jardines, Héctor Díez, las palmeras se plantaron muy juntas en su día porque eran pequeñas, pero al crecer han acabado chocando entre ellas y han ido imposibilitando el paso. Por eso, estos espacios han acabado convirtiéndose en una especie de vivero municipal.

El jardín de los niños 12 años después

Recientemente, el Ayuntamiento también ha retirado alcorques que estaban partidos, como consecuencia del crecimiento de las palmeras, lo que daba una imagen de abandono en la zona.

El jardín de los niños 12 años después

El equipo de gobierno asegura estar realizando limpiezas rutinarias, como la última que se ha realizado en los últimos días, mientras que vecinos siguen pidiendo más mantenimiento para mejorar la imagen de estos pulmones verdes.

El jardín de los niños 12 años después