Aquellos años dorados del cine pasaron de largo. La televisión generó ese fenómeno de la individualidad y lo que antes era todo un acontecimiento quedó relegado a los fanáticos. El cineclub Luis Buñuel, toda una institución en Elche, cumple medio siglo de historia con las pilas bien cargadas para que la población no olvide, y precisamente este sábado han organizado una ruta guiada por algunos de los principales edificios de la ciudad que un día funcionaron como cine.

Treinta salas antes, ahora al mínimo

Y es que conforme pasa el tiempo las huellas de aquel pasado se van difuminando más. Si en la década de los sesenta había una treintena de salas en todo el término municipal, con gran peso en el Camp d'Elx, ahora esa cifra es muy testimonial ya que sólo ofrecen proyecciones l' Aljub, los cines Odeón, mantenidos por el Ayuntamiento, y el propio cineclub.

Reconvertidos en discotecas o tiendas de ropa

¿Y qué ha pasado con los cines en Elche? Pues es la pregunta que muchos se harán, y que hoy efectivamente también se ha hecho el grupo de visitantes que han querido hacer la ruta. Pues bien, hay espacios que terminaron reconvertidos en discotecas porque los tiempos cambiaron y el negocio del ocio nocturno se abría camino. Los hay que directamente están prácticamente derruidos, abandonados o que funcionaron como supermercado, como el Altamira, o como gran tienda de ropa y que ahora están a la espera de un nuevo uso como el Capitol.

Falta de protección

José Francisco Cámara, vicepresidente de esta asociación de amigos del séptimo arte, señala que tanto este teatro, que funcionó de cine, como otros como el Alcázar llegaron a tener un millar de butacas, algo inimaginable en nuestros días. Si bien, desde el colectivo alertan que, pese a la relevancia arquitectónica, no tienen la protección debida dentro del catalogo de edificios protegidos, que hasta la fecha sigue sin renovarse. Precisamente esa falta de protección administrativa ha terminado lastrando un patrimonio que, en la práctica mayoría de casos, ha terminado vulnerado.

Visita del cineclub Luis Buñuel por el antiguo Capitol este sábado en Elche Matias Segarra

La primera parada comenzó junto a la sede del cineclub en el edificio de la Fundación Mediterráneo. Allí Cámara explicó a los asistentes que el edificio del Gran Teatro, de los más emblemáticos que queda en pie, y que fue rehabilitado, tuvo un uso cinematográfico. Por ello, entienden que toda la carga histórica debería respaldarse con la declaración de Bien de Interés Cultural del edificio. También se recorrió el Ideal y la peña Madridista

Aniversario

"El aniversario es muy importante porque quedan muy pocos cineclubes en la Comunidad Valenciana y este es de los más antiguos y que llevemos cincuenta años combatiendo por ver películas en una sala grande es muy importante y sobre todo vinculado a las salas de cine, tenemos la suerte de que quedan muy pocas y se conservan", señala Cámara.

Como explicaron en la jornada, el cineclub Luis Buñuel tomó el nombre del director español exiliado durante la dictadura por la admiración que en la época tuvieron sus cintas. En los próximos meses el colectivo ilicitano tiene pensado realizar algunas otras acciones como exposiciones, aunque la programación está perfilándose.

Orígenes

Aunque la historia está cargada de detalles, de modo resumido explican que el origen vino con la gran afición en la década de los setenta por el cine, "y coincide con el momento en el que al cine Ideal llegan las películas que estaban censuradas que no se estrenaban en España, y la cantidad de socios viene porque al final había una necesidad de ver una serie de películas que no se veían en los cines comerciales".

En los momentos álgidos el cineclub llegó a tener 1.000 socios y ahora 220. "Vinieron los videoclubs, el video doméstico y la gente empezó en su casa a ver las películas", además de cambiarse el día de proyecciones del viernes al jueves.

Tal fue el declive que, como anécdota, incluso la directiva hace décadas llegó a optar por financiarse con la incorporación de un bingo, aunque en la actualidad la financiación parte de la aportación de socios, del Grup Valencià de Cultura, ayuda municipal y de la Fundación Mediterráneo, que facilita la sala.