El pregón de la Navidad en Elche, un homenaje a los abuelos y a los artesanos belenistas

Mariate Bolívar muestra su deseo de que esta dedicación sea Patrimonio de la Humanidad y teje un discurso que conecta con las escenas de la infancia

La pregonera de la Navidad de Elche, Mariate Bolívar

La pregonera de la Navidad de Elche, Mariate Bolívar / Áxel Álvarez

La pregonera de la Navidad de Elche, la periodista y presidenta de la Asociación de Informadores de Elche Mariate Bolívar, ensalzó esta noche de lunes la labor altruista de los artesanos belenistas y mostró su deseo de que esta costumbre sea reconocida próximamente y en general como Patrimonio de la Humanidad. Asimismo dedicó el mismo a sus abuelos, aunque también a todos los abuelos en general, además de tener un recuerdo importante para las familias ucranianas que tanto están sufriendo.

«Si antes me refería al regalo que podría ser para la Asociación de Belenistas la declaración de Patrimonio Cultural Inmaterial, tengo que decir alto y claro que el verdadero presente navideño es el que esta familia de artesanos nos brinda cada año a toda la sociedad ilicitana», apuntaba la pregonera en unos primeros compases, en referencia al colectivo que preside José Pérez Albert.

La periodista, tampoco quiso ponerse una venda en los ojos ante la realidad que se vive: «Estas especiales circunstancias, y la situación atroz que nos está tocando vivir, guerras e invasiones de territorios incluidas, nos tienen que reconciliar con valores como la empatía, la generosidad y la solidaridad con quienes lo están pasando peor, especialmente la población más vulnerable. Personas mayores, mujeres y niños. Y hoy, más que nunca, nos sentimos más cerca de estos últimos y sobre todo de los niños y niñas ucranianos, que vivirán sus Navidades más oscuras y frías por la invasión rusa». 

Durante su alocución, también empleó palabras de Eduardo Galeano para pedir un deseo: que inculquemos a nuestros hijos el aprecio a los valores de la justicia social y la pluralidad en esta sociedad cada vez más compleja.

Bolivar recordó a los presentes, sobre todo pensando en aquellos que no tienen graves problemas, la casi obligación moral de ser ahora felices, y sobre todo después de lo que vivimos en plena pandemia.

«Cómo anhelábamos compartir mesa y mantel con los nuestros, cantar villancicos junto a los más pequeños y disfrutar de una velada entrañable cargada de complicidad y alegría. Estas Navidades tenemos la oportunidad de resarcirnos», dijo.

Recuerdos de niñez

La pregonera, en un Gran Teatro donde se concitaron momentos de emoción contenida, no pudo evitar desvelar cómo vivía de pequeña las Navidades en familia, en la cual se montaba literalmente un Belén viviente al ser cinco hermanos.

Con los recuerdos de la infancia, con el sonido del sorteo de la lotería, los anuncios de turrones y de las muñecas de Famosa, la lectura los libros de «Los Cinco» de Enyd Blyton o los primeros cascos de radio que le trajeron los Reyes Magos, la protagonista fue tejiendo un relato con el que prácticamente todo el público asistente se fue identificando. 

Público asistente al pregón de Navidad

Público asistente al pregón de Navidad / Áxel Álvarez

Hasta confesó que un cuento de Navidad tuvo que ver en parte con su vocación de periodista: «El de la cerillera, de Andersen ¿lo recuerdan? La niña descalza que caminaba por la nieve y encendía los fósforos para calentarse en plena calle en Nochebuena, a la que nadie ayudó. Esta historia que encierra tantos valores ligados a la Navidad como la bondad, la caridad, la empatía y la solidaridad fue una de las despertó en mí el interés por escribir». 

Mariate Bolívar, que dedicó sobre todo el pregón a sus abuelos Pepe y María y a Chon y Antonio, y a todos los abuelos en general, destacó todo lo que le enseñaron cada uno de ellos, además de mostrar añoranza por lo vivido en Granada, de donde es parte de su familia, y de poner en valor a su familia política de València.

Precedida por las siempre adecuadas palabras de Reme Sanz, María Teresa Bolívar también aseguró que su hija pequeña prácticamente empieza a vivir la Navidad en septiembre, pensando en cómo va a decorar el árbol y el belén.

Su paso por el periódico La Verdad, ya extinto en la provincia de Alicante, le permitió rememorar cómo en sus 23 años en este rotativo Elche recibió varias lluvias de millones «de pesetas y de euros», cómo cubría las noticias navideñas más habituales e incluso tuvo un recuerdo para Víctor Sánchez, el desaparecido presidente de la Asociación de Belenistas. 

«Ya entonces descubrí a esta familia y la gran labor que realizan, pero ahora he tenido la oportunidad de vivir en primera persona ese milagro que obran cada año, el arte de conservar esta tradición popular a través de las múltiples iniciativas que promueven», señaló la pregonera quien instó finalmente a abrazar la Navidad y a pedir deseos: «Seguro que se cumplen».