La reforma de Porfirio Pascual costará 7.500 euros a cada familia y no habrá desalojo con las obras

El alcalde confía en licitar los trabajos en el segundo semestre de 2023 y garantiza que los vecinos vulnerables estarán exentos de los pagos

El alcalde, el conseller de Vivienda y el gerente de Pimesa, explican a los vecinos de Porfirio Pascual el proyecto.

El alcalde, el conseller de Vivienda y el gerente de Pimesa, explican a los vecinos de Porfirio Pascual el proyecto. / Matias Segarra

A. Fajardo

A. Fajardo

La rehabilitación de las 300 viviendas de Porfirio Pascual que va a llevar a cabo el Ayuntamiento, gracias a los casi diez millones de fondos europeos Next Generation recibidos, no contempla a priori el desalojo de los vecinos mientras duren las obras e inicialmente estima la aportación de alrededor de 7.500 euros por familia hasta alcanzar en total el millón de euros previstos, a pagar en un plazo de 15 años. Las que acrediten, a través de un informe social y económico, que están en situación de vulnerabilidad recibirán una ayuda excepcional de la Generalitat para afrontar el pago.

El equipo de gobierno presentó este jueves el proyecto de regeneración de los 18 bloques situados a orillas del Vinalopó al conseller de Vivienda, Héctor Illueca, y el secretario autonómico de Vivienda, Alejandro Aguilar. Durante el recorrido aprovecharon para responder a las inquietudes de unos residentes que antes de junio de 2026 van a ver renovar la estructura, los pilares, los balcones, las cubiertas, hasta la colocación de ascensores en la fachada, de placas solares para abastecimiento comunitario, un nuevo aislamiento térmico y una reurbanización de las calles.

Durante el encuentro, la empresa municipal Pimesa, que ya ha iniciado la licitación del proyecto de rehabilitación y la dirección de obra, por la vía de urgencia, aclaró a las familias que darán mayor puntuación a las empresas que menor molestias generen a los más de 700 residentes que no se moverán de sus casas, mientras ejecutan los trabajos, una cuestión muy habitual en las reformas que desarrollan los hospitales. 

Los vecinos de Porfirio Pascual verán rehabilitar sus viviendas con fondos europeos.

Los vecinos de Porfirio Pascual verán rehabilitar sus viviendas con fondos europeos. / Matias Segarra

El objetivo municipal es que la actuación de Porfirio Pascual sea modélica y un ejemplo a seguir por otros municipios, por lo que, además de primar el hecho de que se ocasionen los menores perjuicios a los vecinos, también se valorarán que las empresas que opten a realizar las reformas presenten soluciones innovadoras para realizar los trabajos. Por lo pronto, el pleno del lunes aprobará definitivamente la ordenanza para posibilitar esta opción en edificios donde no sea posible instalarlos dentro.

Plazos y detalles

 En este sentido, habrá que esperar a que el Ayuntamiento tenga en sus manos el proyecto de rehabilitación para conocer el detalle de las obras. El alcalde, Carlos González, ha apuntado al primer semestre de 2023 para tener listo el proyecto y para licitar las obras, lo que permitirá concretar el número de elevadores que se van a necesitar, el coste real de una reforma integral que se ha estimado en 13 millones de euros, así como las cantidades totales que tendrá que poner cada familia, ya que, está previsto que las que no hagan uso del ascensor por vivir en planta baja, no tengan que asumir el coste de los elevadores.

De cualquier manera, la intervención prevé además de las ayudas aprobadas por 9.963.980 euros, una aportación del Ayuntamiento de Elche de 1.965.654,09 euros y de alrededor de 600.000 euros por parte de la Generalitat.

No obstante, la ayuda lograda por el Consistorio ilicitano es compatible con otras, por lo que si saliera una convocatoria específica para la mejora de la accesibilidad de los edificios, ya sea europea o del Plan Estatal de Vivienda, Pimesa tiene pensado concurrir con Porfirio Pascual, lo que permitiría rebajar la aportación que tengan que realizar los vecinos.

Con todo ello, el primer edil indicó que el objetivo que se propone la Generalitat y el Ayuntamiento es convertir «en un barrio del siglo XXI, moderno, funcional, accesible, eficiente y cómodo, de la mano de los vecinos y vecinas».