La pesadilla del miedo nocturno en los niños

El grupo de investigación Aitana de la Universidad Miguel Hernández inicia un estudio sobre los temores infantiles de noche y busca padres con hijos de entre 3 y 8 años para detectar las causas de sus ansiedades con la oscuridad, ofreciendo terapias

El despertarse por las noches o no poder dormir por miedo a la oscuridad es un problema serio.

El despertarse por las noches o no poder dormir por miedo a la oscuridad es un problema serio. / Antonio Amorós

Rubén Míguez

Rubén Míguez

Despertarse a mitad de la noche, no querer dormir solo, alargar la hora para irse a la cama, sobresaltarse y despertarse de repente, buscar la cama de los padres... Seguro que a muchos progenitores les suena una o más de estas situaciones con sus hijos. Los miedos nocturnos infantiles son más frecuentes de lo que pudiera parecer a priori y llegan a ser un problema serio si se alargan en el tiempo. Los expertos coinciden en señalar que hay que atajarlos. Y, precisamente, el grupo de investigación Aitana de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche ha iniciado un estudio para saber qué les causa ese miedo por las noches a los niños, detectar los casos más graves que haya en la provincia y darles una solución. 

Los investigadores buscan a padres con hijos de entre 3 y 8 años, edades en los que son más frecuentes los miedos infantiles nocturnos, para que contesten a una encuesta con la que saber si tienen temores nocturnos, qué se los causa y sus hábitos de sueño.

El estudio está liderado por los catedráticos del Área de Tratamiento Psicológico de la UMH, José Pedro Espada y Mireia Orgilés. «Dormir es una necesidad diaria y, por eso, los que no concilian el sueño fácilmente tienen ansiedad, y también a los padres que no saben cómo manejarlo», explica Orgilés. El miedo a la oscuridad puede generar un sufrimiento para los niños y sus familias e interferir también en su funcionamiento escolar y social. 

¿Duerme bien tu hijo por las noches? Es la pregunta que se hacen los psicólogos de la Universidad Miguel Hernández que han iniciado un pionero estudio para saber cuáles son los principales miedos nocturnos que tienen ahora los niños de entre 3 y 8 años y a cuyos padres se les ofrecerán pautas para evitarlos y, en los casos más graves, una terapia psicológica gratuita basada en juegos y cuentos.

La participación de las familias consiste en completar un cuestionario en la página web del grupo de investigación Aitana de la UMH con la pregunta «¿duerme bien tu hijo por las noches», tras el cual los participantes reciben una serie de pautas para ayudar a sus hijos ante posibles signos de miedos nocturnos.

En aquellos casos en los que se detecten niveles altos de ansiedad o miedos problemáticos, los psicólogos de la universidad les ofrecerán a los padres distintas alternativas de intervención psicológica de manera gratuita para que sus pequeños puedan superarlo.

«Muchos miedos están relacionados con la sobreprotección de los padres, lo que evita al niño superarlo»

Mireia Orgilés

— Catedrática de Psicología de la UMH

La intervención consiste en una rápida formación que los padres harán en la universidad y que trasladarán a su casa con una terapia a base de juegos y una serie de cuentos que tienen que leer con el niño, para que poco a poco superen ese miedo e inseguridad durante la noche. «Es una intervención originaria de EE UU y que se ha demostrado efectiva en muchos países», explica Orgilés. El grupo de investigación Aitana, de hecho, está especializado en la evaluación y tratamiento de los problemas psicológicos de la infancia y la adolescencia. 

Y es importante hacer la intervención cuanto antes mejor, porque se ha demostrado que algunos menores mantienen los miedos nocturnos en su adolescencia, con 14 y 15 años, lo que supone un grave problema de autoestima.

Hábitos

Los hábitos del sueño pueden estar muy relacionados con el problema de los miedos nocturnos infantiles. «Muchas veces, cuando un niño no puede dormir, es porque tiene malos hábitos a la hora de dormirse ya que no se acuesta siempre en su cama, ni a la misma hora o no está cómodo», señala la psicóloga. 

De bebés, los niños no tienen miedo a la oscuridad porque carecen de capacidad de imaginar, pero a los 4 o 5 años le cogen miedo porque empiezan a tenerla y, al mismo tiempo, no son capaces de diferenciar la realidad de la fantasía. «Es cuando empiezan a tener miedo durante la noche a monstruos o seres nocturnos, y puede provocar que el momento de dormir sea para ellos aversivo y tratan de evitarlo, intentan retrasar el momento de ir a dormirse o tienen rabietas porque no quieren irse a la cama», explica Orgilés.

«Por la noche, al no tener visión nocturna los humanos, nos sentimos más vulnerables», añade. La catedrática también pone el foco en la inconveniencia de una sobreprotección de los padres con sus hijos. «Es contraproducente porque el niño evita superar lo que le da miedo ya que ya están ahí los padres que lo ayudan en exceso y produce vulnerabilidad», explica. 

Con la encuesta, en la que puede participar cualquier padre o madre de la provincia, los investigadores de la UMH pretenden que los progenitores les digan qué creen que le asusta al niño cuando es de noche y está acostado, si escucha ruido o se acuerda de algo, si llama a los padres, si tiene pesadillas o si dice que ha visto a un monstruo. Qué es lo que le asusta. «También queremos saber qué hacen cuando el niño tiene miedo, si se acuestan con él, lo llevan a su cama o le encienden la luz, porque son medidas que mantienen el problema», alerta.

¿A qué se teme?

De momento, con los resultados obtenidos hasta ahora, aunque la encuesta seguirá disponible dos semanas más, se demuestra que el problema está muy extendido y es frecuente que los niños tengan miedos nocturnos. Eso sí, están cambiando esos miedos.

Los terrores cambian con la época y la edad, antes se temía al hombre del saco y ahora a seres de videojuegos

Si hace 30 años se le temía a aquellos personajes malvados de los cuentos y libros como al hombre del saco o al lobo de Caperucita, ahora los más pequeños están muy condicionados con lo que ven en la televisión, en internet o en los videojuegos. «Pasa mucho en Halloween cuando los niños ven anuncios sobre sus fiestas o escuchan historias de miedo o películas que se estrenan de esa temática, algunos son capaces de controlarlo y se les pasa, y otros no», advierte la psicóloga. 

Así, los principales miedos detectados hasta ahora son, en el caso de los más pequeños de 3 a 5 años, el estar solos en su habitación por la noche; los de 6 y 7 años temen a seres imaginarios como brujas o monstruos; y los de 8 y 9 años tienen miedos reales, que pueden ocurrir, como que un ladrón entre en su casa mientras duermen.