Los negocios de alquiler de coches y parkings se disparan junto al aeropuerto Alicante-Elche sin tener un futuro claro

El Altet y Torrellano concentran ya 75 empresas mientras el Ayuntamiento trabaja desde hace dos años en un plan para regularizar su situación y el sector urge acabar con la incertidumbre

Coches estacionados en el entorno del aeropuerto de Alicante-Elche

Coches estacionados en el entorno del aeropuerto de Alicante-Elche / INFORMACIÓN

A. Fajardo

A. Fajardo

 El número de empresas de alquiler de vehículos y aparcamientos se ha disparado en el entorno del aeropuerto Alicante-Elche mientras su futuro no está claro por un plan especial del Ayuntamiento ilicitano para tratar de regularizar negocios de este tipo porque están ubicados en suelo no urbanizable. La Concejalía de Aperturas ha contabilizado en una inspección reciente 75 mercantiles desplegadas en terrenos de El Altet y de Torrellano, cuando hace dos años estimó que existían 55 firmas. La proliferación de campas llega a tal punto que ya se acercan al Parque Empresarial e incluso a Santa Pola.

Mientras se da esa masificación con miles de coches estacionados en las inmediaciones del aeródromo, motivada por la recuperación del turismo tras la pandemia, los responsables de estos negocios viven con la incertidumbre de tener que bajar la persiana algún día. Y es que hace dos años el equipo de gobierno impulsó un plan para evaluar cuántas de las empresas allí asentadas durante décadas, algunas con licencias provisionales y otras sin ellas, van a tener cabida en las inmediaciones del aeropuerto internacional.

Las mercantiles alegaron en su día a ese documento provisional que elaboró el área de Urbanismo y defendieron la supervivencia de unos negocios que describen como una «necesidad para el aeropuerto» siempre y cuando cumplieran con todos los requerimientos medioambientales. Sin embargo, después de aquello, todavía no ha visto la luz esa medida para tratar de regularizar estos negocios, la cual va a estar condicionada por la ubicación de segunda pista del aeropuerto, la conexión ferroviaria y los nuevos accesos al aeródromo.

Ante las dudas por el futuro que les depara, desde la Asociación Empresarial de la Comunidad Valenciana y Región de Murcia de Vehículos de Alquiler (Aecoval) urgen al Ayuntamiento ilicitano a que clarifique su situación. Una de sus principales reivindicaciones es que las campas que estén abiertas en la zona donde se ha proyectado la nueva pista del aeropuerto puedan permanecer allí con permisos condicionados hasta que esto ocurra porque se desconoce la fecha de las obras. Lo mismo piden con las parcelas ocupadas por «rent a car» que vayan a verse afectadas por la llegada del tren al aeropuerto, cuyo trazado también es una incógnita para estos empresarios.

Situación enquistada en Elche

En este contexto, el departamento de Urbanismo, dirigido por la edil Ana Arabid, está trabajando para tratar de poner orden a una compleja situación enquistada en el tiempo en la que el impacto ambiental choca con la importante actividad económica de estos 75 negocios.

Según la regidora socialista, en lo que han estado trabajando estos dos últimos años tras presentar el documento inicial del Plan Especial es en tratar de delimitar una zona donde estas empresas puedan trabajar de forma totalmente regular. «Se está consensuando con la Generalitat, que es la que tiene que dar su aprobación final, los pormenores de este plan para tratar de agilizarlo en la medida de lo posible», aseguró Arabid a este diario. 

De este modo, la Concejalía realizó hace unos meses una inspección en la zona para actualizar la cifra exacta de negocios que hay ya en el término municipal y las condiciones en las que se encuentra cada uno, tal y como indicó la edil. Una vez se tenga concretada la delimitación, el equipo de gobierno tiene pendiente de convocar a una reunión para los propietarios de las empresas, así como a los vecinos de la zona que han venido trasladando sus quejas por problemas de tráfico y vertidos originados por esta actividad. 

Un informe municipal de 2018 reveló que el Ayuntamiento de Elche dio la oportunidad en el año 2003 a los negocios de operar en suelo no urbanizable y no permitido por el Plan General. Si cumplían con una serie de condicionantes, el ejecutivo local les concedía una licencia provisional. Esa permisividad desembocó, tal y como reconoció el propio Ayuntamiento, «en la ocupación incontrolada del terreno, generando un impacto negativo sobre el entorno». Con esta regularización, Elche también pretende evitar el impacto de los negocios en terrenos sensibles que rodean al aeropuerto como son el Clot de Galvany y el saladar de Agua Amarga. a.f.