¿Por qué han desaparecido las esquelas de las calles de Elche?

Parte de la ciudad se queda sin negrológicas después de que los tanatorios hayan informado de su prohibición por una orden municipal - El concejal de Limpieza aclara que su colocación sigue estando permitida y que todo ha sido un «malentendido»

Una mujer viendo una esquela en la puerta de una iglesia de Elche, en imagen de archivo

Una mujer viendo una esquela en la puerta de una iglesia de Elche, en imagen de archivo / Matías Segarra

A. Fajardo

A. Fajardo

Una advertencia lanzada desde los tanatorios de Elche hacia los familiares de los difuntos en las últimas semanas ha dejado muchos puntos de la ciudad prácticamente «limpios» de esquelas por un extraño motivo. Avisar en el portal del edificio donde residía el fallecido de su deceso, o bien en su lugar de trabajo o en cualquier otra zona que acostumbraba frecuentar, es una tradición extendida desde épocas inmemorables en este y en un sinfín de municipios del país. Sin embargo por unos días esta práctica popular se ha visto un tanto amenazada.

¿La explicación? La empresa responsable de los servicios funerarios asegura que el inspector de limpieza del Ayuntamiento les instó a dejar de facilitar necrológicas a las familias, como parte de los servicios que prestan, porque hay una ordenanza municipal que prohíbe la colocación de cualquier cartel en las fachadas de los inmuebles. Apuntan, además, que recibieron la amenaza de ser sancionados pero que, no obstante, siguieron facilitándolas a los familiares avisándoles de la orden municipal. Además, lo pusieron en manos de sus servicios jurídicos para saber cómo actuar ante este difícil dilema.

¿Qué han hecho los ilicitanos?

Boquiabiertos se quedaron algunos e incrédulos otros porque hasta ahora a nadie se le había impedido en Elche colocar estos «avisos fúnebres» prácticamente en ningún sitio. 

Tras aquel mensaje hubo quienes hicieron oídos sordos, pidieron las esquelas a los tanatorios y las pegaron donde vieron oportuno, mientras que otros optaron por evitarse un problema. 

Casualidad o no, ayer resultaba imposible dar con una sola esquela en el centro de la ciudad, donde habitualmente se pueden encontrar, incluso en la propia fachada del Ayuntamiento.

La fachada del Ayuntamiento de Elche donde se colocaban esquelas

La fachada del Ayuntamiento de Elche donde se colocaban esquelas / Matias Segarra

Todo un misterio

Frente a la situación generada, el edil del área, Héctor Díez, aclaró que todo ha sido un «malentendido» y que el consistorio seguirá siendo flexible, como lo lleva haciendo al menos desde 2015, haciendo una excepción con una costumbre tan generalizada en la ciudad. Es más, el concejal de Limpieza negó que se haya sancionado a nadie y que haya algún tipo de intención de multar de ahora en adelante por esto «porque las esquelas no suponen ningún problema de orden público».

Según el edil socialista, el origen de esta «confusión», que al final ha acabado consiguiendo un efecto disuasorio en la ciudad al menos por un tiempo, fue solamente pedirles a los tanatorios que informaran sobre la prohibición de colocar esquelas en dos casos concretos que estaban generado una preocupación en el Ayuntamiento: el edificio consistorial en la Plaça de Baix y la fachada del inmueble que funciona como sede de la Universidad Miguel Hernández (antiguas oficinas bancarias), situado en la misma plaza. Dos puntos del casco histórico donde habitualmente se concentran este tipo de notas con la foto y los datos del fallecido. 

Y es que, el hecho de que desde tiempos pretéritos haya tradición de pegar esquelas a ambos lados del arco del Ayuntamiento ha comenzado a erosionar la piedra de este inmueble histórico que data del siglo XV y es una de las casas consistoriales más antiguas de la Comunidad Valenciana.

Más allá de estas dos localizaciones puntuales que son las únicas sobre las que, según el edil de Limpieza, se quiere limitar, se acaban las dudas de las esquelas en Elche: «hay flexibilidad para colocarlas como siempre se ha hecho como una excepción en la ordenanza», reiteró Héctor Díez, entre otras cosas porque entienden que su presencia es efímera.

La incógnita que queda ahora, tras la justificación oficial es si alguien se pudo extralimitar con sus advertencias para que se haya generado una situación desafortunada y sobre todo de incertidumbre para aquellos que se han visto recientemente en un momento de duelo. Los tanatorios recibieron ayer un nuevo aviso municipal: la orden del inspector de limpieza quedaba anulada.