Muletas "tuneadas" para despertar una sonrisa a los niños en rehabilitación del Hospital General de Elche

El Hospital General Universitario de Elche ha recibido la donación de unas muletas infantiles decoradas para los niños en rehabilitación. Esta iniciativa solidaria para del Colegio Salesianos y forma parte del proyecto "Smiling". Los alumnos aprenden así los contenidos del grado medio de FP de carrocería y, al mismo tiempo, contribuyen a hacer sonreír a los más pequeños.

El alumnado y profesorado de FP del Colegio Salesianos de Elche ha visitado este jueves el Hospital General de Elche para donar 10 pares de muletas personalizadas con motivos infantiles.

Una iniciativa puesta en marcha por medio centenar de estudiantes del departamento de vehículos del ciclo formativo de grado medio de FP de carrocería del Colegio Salesianos, que consiste en decorar y personalizar elementos ortopédicos infantiles con la intención de arrancar una sonrisa y mejorar el bienestar emocional de jóvenes sin recursos, enfermos o con minusvalía.

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El profesor Pedro Sempere explica que este proyecto nació cuando el equipo docente del ciclo formativo, mientras usaba la técnica de hidroimpresión, observaron en los patios a niños y niñas con diferentes elementos ortopédicos como muletas o férulas. "Así, nos planteamos junto a nuestros alumnos y alumnas de carrocería, la posibilidad de personalizar diferentes elementos para hacerles mucho más llevadera esta situación y poder hacerles sonreír, de ahí el nombre del proyecto, Smiling", indica el docente.

De esta forma, el alumnado adquiere contenidos curriculares y es evaluado mediante este tipo de instrumento, "por lo que aprenden de una manera eficiente y motivadora, a la par que adquieren valores tales como la empatía, la solidaridad e implicación como agentes activos de la sociedad", continua el profesor.

En definitiva, se concentra sobre un elemento ortopédico infantil, y de manera transversal, diferentes módulos de 1º y 2º curso que han de desarrollar de manera minuciosa y exigente para conseguir un gran trabajo de embellecimiento y personalización "que nos permita conseguir entre los niños y niñas muchos 'Smiling'". Y así se consiguen los objetivos de los módulos aplicando los resultados a un producto final de gran impacto social.

Según señalan los responsables del Colegio Salesianos, "los alumnos desean ver estos elementos en la calle y están muy ilusionados con esta entrega".

Subvención

La recepción de las muletas se ha llevado a cabo en el servicio de Rehabilitación, al frente del cual está la doctora Camila Maciá y a la misma ha asistido la edil de Sanidad del Ayuntamiento de Elche, Mariola Galiana. De hecho, la concejalía de Sanidad ha colaborado con el colegio Salesianos y el Hospital General para impulsar, a través de una subvención de 3.000 euros, el proyecto "Smiling".

La edil, que ha agradecido la implicación y labor del profesorado y alumnado, ha destacado que "con este proyecto pretendemos que los alumnos apliquen sus conocimientos de innovación al ámbito sanitario y al mismo tiempo contribuyan a hacer sonreír a los más pequeños que necesitan estos elementos ortopédicos".

Trasfondo social

Por su parte, la doctora Maciá señala que desde el servicio de Rehabilitación del Hospital General de Elche les facilitaron varios artículos de ortopedia para personalizar, incluso alguno de ellos se está actualmente usando en su gimnasio. "En esta ocasión, desde nuestro servicio nos encargaremos de gestionar esta donación y distribuir estas muletas, además de entre nuestros pacientes, entre los distintos servicios del Hospital General que las soliciten, Urgencias por ejemplo, ya ha manifestado su interés en contar con algún par", continúa la especialista.

La doctora subraya el importante trasfondo social de esta iniciativa. "Normalmente, el material ortopédico tiende a ser neutro, discreto, como si tuviera que esconderse, y ello puede reforzar la repercusión psicológica negativa generada por la limitación funcional que hace precisar su uso", indica. El hecho de embellecerlo, volverlo divertido, "sin duda arrancará una sonrisa a los niños pero también supone un paso más en la normalización de la discapacidad", concluye la doctora Maciá.