El aire acondicionado provoca el 20% de catarros en verano y afecta al timbre, sonido y calidad de la voz
Son, sin lugar a dudas, el elemento más buscado en verano y sobre todo, en los últimos tiempos en los que las olas de calor están haciendo estragos. Los aparatos de aire acondicionado se venden como churros en periodo estival y hasta llegan a agotarse o a tener que esperar hasta más de un mes para conseguir que un instalador nos lo coloque en la casa y pasemos de sufrir un «infierno» a poder dormir por las noches. No podemos vivir sin ellos y acudimos a restaurantes o tiendas buscando aliviar la asfixiante temperatura de la calle. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce y la climatización puede provocar algunas molestias asociadas, como advierten los expertos.
Varios aparatos de aire acondicionado en un edificio de viviendas de la provincia.
La logopeda del Hospital Universitario del Vinalopó de Elche, Elena Gras, alerta de la afección del aire acondicionado sobre «el timbre, sonoridad y calidad de la voz», ya que «al respirar aire seco, que es el que produce la climatización, se resecan las mucosas de faringe y laringe».
Estas molestias se deben a que una faringe seca causa exceso de carraspeo y tos, y esto provoca un choque brusco de las cuerdas vocales, que puede irritarlas y alterar la voz, sobre todo el timbre y sonoridad, según explica la logopeda.
Cambios bruscos
Gras advierte también sobre los cambios bruscos de temperatura y su afección sobre la voz. «Pasar de las altas temperaturas del exterior al ambiente refrigerado de un interior con aire acondicionado puede producir inflamación de la faringe que, a su vez, produce una alteración en la calidad de la voz», explica. El cambio brusco de temperatura entre el exterior y el interior climatizado puede propiciar los catarros.
De la misma forma se posiciona la neurologopeda del grupo Ribera, Marta Romero, del Hospital Virgen de la Caridad de Cartagena. «El cuerpo tiene un sistema natural que regula la temperatura y depende del equilibrio entre la producción y la pérdida de calor», asegura. Por ello, es importante estar en lugares con una temperatura adecuada «para que no se resienta nuestra garganta».
Los especialistas recomiendan no dormir con el aire acondicionado puesto.
Estas dolencias en la faringe y la laringe se suman a que el aire acondicionado origina uno de cada cinco procesos víricos del verano, según el doctor Roberto Valdés, jefe del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Ribera Povisa de Vigo, quien señala que hasta un 20% de catarros, laringitis, faringitis y procesos bronquíticos en esta época del año se producen como consecuencia del aire acondicionado.
La doctora Lorena Sanz, jefa del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital de Torrejón, asegura que las variaciones de temperatura entre espacios cerrados y las altas temperaturas de la calle y el abuso del uso de los aires acondicionados «aumentan los problemas de garganta durante los meses de más calor del año».
Rinitis y neumonía
La neurologopeda de la Unidad de Daño Cerebral del Hospital Ribera Virgen de la Caridad (Cartagena), Marta Romero, añade problemas como rinitis, amigdalitis, tos y neumonía asociados a los aires acondicionados. «El aire acondicionado disminuye la humedad del ambiente y reseca la garganta, y un mal uso genera problemas de salud», apunta Romero, mientras que el doctor Valdés recuerda que «cuanto más caliente es el aire, más humedad admite y más cantidad de polvo, gérmenes u otro tipo de sustancias orgánicas se acumula en los filtros».
Por ello, insisten en la necesidad de limpiar de forma periódica los filtros porque, de lo contrario, se favorece la irritación, inflamación o infección de las vías respiratorias.
«El frío tiene impacto sobre las defensas del organismo y su capacidad para combatir las enfermedades», asegura la neurologopeda, quien explica que virus como los del resfriado común se propagan más fácilmente por el cuerpo cuando la temperatura en la cavidad nasal es inferior a la de los pulmones, es decir, unos 36,5 grados centígrados, la temperatura corporal normal.
Dos aparatos de aire acondicionado.
Lo mismo opina el doctor Valdés. «Por un lado, los virus pueden sobrevivir y reproducirse más fácilmente en el aire seco y frío, y por otro, frente al calor, el frío en esta época del año hace que la gente pase más tiempo en interiores, haciendo más fácil que los virus se puedan propagar en los espacios cerrados», añade.
El jefe de Otorrinolaringología recuerda, sin embargo, que aunque algunas investigaciones de laboratorio sugieren que las temperaturas frías pueden hacer que las células inmunitarias sean menos eficaces, «son los virus los que ocasionan las enfermedades y no la temperatura del aire».
Así que mejor seguir los consejos de los expertos que recomiendan poner el aire a no menos de 24 grados y evitar cambios bruscos de temperatura entre el interior y el exterior.
Consejos para evitar disgustos al poner la refrigeración: el aire, a 24 grados
Los especialistas en Otorrinolaringología y Logopedia del grupo Ribera, que gestiona el Hospital del Vinalopó, recomiendan regular la temperatura del aire para que sea adecuada al entorno (alrededor de 24º), evitar dormir con el aire acondicionado encendido (o nunca a una temperatura inferior a 25-26°C) y mantener una buena humedad en el ambiente (entre 40% y 60%).
Además, aconsejan limpiar los filtros periódicamente para evitar la acumulación de polen y ácaros, hidratarse correctamente, beber entre 2 y 3 litros de agua, evitar carraspear (si se nota la garganta seca es preferible beber agua), realizar lavados nasales para eludir respirar por la boca y limitar la exposición directa al aire acondicionado, en especial a las salidas del aire.
Una estancia climatizada no debe ser un congelador.