¿Qué le pasa a los pinos en Elche?

Un informe del Consell a petición de los ecologistas dice que la parte marrón de los árboles responde a la llamada fisiopatía del pino carrasco, y afecta sobre todo a Elche y Santa Pola

El estado en el que se encontraban los pinos que bordean la Primera Elevación de Riegos de Levante en enero.

El estado en el que se encontraban los pinos que bordean la Primera Elevación de Riegos de Levante en enero. / Sergio Arroyo / AHSA

María Pomares

María Pomares

Fue en enero de este mismo año cuando Amigos de los Humedales del Sur de Alicante (AHSA) lanzaba la voz de alerta. Había detectado que, en los últimos meses, centenares de pinos carrascos de las comarcas del Baix Vinalopó y la Vega Baja se estaban viendo afectados por no sabían muy bien si una enfermedad o plaga que hacía que se secaran las hojas de sus copas, dándoles un tono marrón en la parte alta. Lo peor es que, entre esos ejemplares, se encontraban algunos monumentales con diámetros que superaban los dos metros y que bordeaban el canal de Riegos de Levante aguas abajo de la Primera Elevación, en el término municipal de San Fulgencio, cerca de El Hondo.

Por eso mismo, los ecologistas pedían al Consell que visitara la zona y evaluara la situación sanitaria de esos pinos. Una respuesta -la del Servicio Territorial de Medio Ambiente- que acaba de llegar recientemente y que abre una puerta a la esperanza: el estado de los árboles es consecuencia de lo que denominan fisiopatía del pino carrasco, pero los ejemplares no sólo no llegan a morir sino que, por lo general, acaban rebrotando. Algo que, como celebra el presidente de AHSA, Sergio Arroyo, ha ocurrido en esos ejemplares centenarios, que parece que se han ido recuperando.

Una vista de la zona por donde discurre la Primera Elevación de Riegos de Levante, en enero.

Una vista de la zona por donde discurre la Primera Elevación de Riegos de Levante, en enero. / Sergio Arroyo / AHSA

Desde los años noventa

En concreto, en el escrito de la Generalitat, se explica que, desde los años noventa, se han venido detectando una serie de síntomas o fisiopatía que afecta a los pinos carrascos de la zona litoral y prelitoral de la Comunidad Valenciana, a la que se le ha denominado fisiopatía del pino carrasco

En el informe, se admite que no se ha conseguido encontrar el agente que causa los daños. No obstante, sí se ofrecen dos datos relevantes. Por un lado, se apunta que en trabajos realizados con la Universidad Politécnica de Valencia se inició una línea de investigación en la que se detectó el fitoplasma Candidatus Phytoplasma pini en muchos de los árboles estudiados. «Los síntomas de esta fisiopatía, que son muy llamativos, consisten en una seca localizada de las acículas en diferentes partes de la copa de los pinos, que toman un color marrón o atabacado, a modo de fogonazo, pudiendo manifestarse y extenderse por la copa en pocos días», indica la técnica que firma el informe. Ahora bien, deja claro que, a pesar de todo, «la fisiopatía del pino carrasco parece afectar únicamente a las acículas, no a las yemas, por lo que la mayoría de los pinos afectados se recuperan».

Inviernos con altas temperaturas

Por otra parte, en el documento se señala que estos síntomas en los ejemplares se han dado en la provincia con mayor frecuencia en la última década, precisamente coincidiendo con inviernos con altas temperaturas, como ha ocurrido en el último año, y en situaciones de humedad en el suelo. Es en estos casos cuando desde Medio Ambiente manifiestan que «se observan más pinos afectados en los jardines, junto a acequias o canales de riego, en las hondonadas de los montes, etc.».

Una situación que, además, según el servicio territorial, en la última campaña, la 2023-2024, ha quedado especialmente en evidencia en los términos municipales de Elche y Santa Pola, que se han convertido en las zonas más afectadas de la provincia de Alicante.

El estado en el que se encontraban los pinos que bordean la Primera Elevación de Riegos de Levante en enero.

El estado en el que se encontraban los pinos que bordean la Primera Elevación de Riegos de Levante en enero. / Sergio Arroyo / AHSA

Sin tratamiento

Tras el diagnóstico, el documento señala un aspecto negativo y otro que, al menos por ahora, invita al optimismo. Así las cosas, lo malo es que, como la técnica alerta, hasta la fecha no se conoce ningún tratamiento contra la fisiopatía del pino carrasco. Sin embargo, lo bueno es que, añade, «la observación de la evolución de los anteriores episodios en nuestro territorio muestra que los árboles difícilmente llegan a morir, ya que se trata de una afección únicamente foliar que no siempre afecta a las yemas, por lo que es previsible que se produzca el rebrote de las acículas algunas semanas después de la aparición de los síntomas al llegar el final del invierno o la primavera, recuperando el pino poco a poco su aspecto anterior». Una recuperación que, por fortuna, el propio presidente de AHSA confirma.

La importancia de las podas

En cualquier caso, el informe sí deja claro que, al margen de que los ejemplares no corran el peligro de morir por los síntomas que presentan, «en las zonas semiáridas es de suma importancia realizar correctamente las podas, ya que el debilitamiento posterior de los pies puede provocar la aparición de focos del escolítido perforador Tomicus destruens», una plaga que sí es devastadora y que está acabando con ejemplares en Elche sin ir más lejos. 

Sin capacidad

Ahora bien, desde la Generalitat subrayan que «la Administración Forestal únicamente realiza tratamientos en los montes de utilidad pública o sujetos a convenio o consorcio, y en las vías pecuarias. Los terrenos a los que se refiere en su escrito, el canal de riego y sus proximidades, no tiene la condición de terreno gestionado por la Administración Forestal», por lo que esa labor de poda y saneamiento de las copas correspondería a los propietarios de los terrenos en los que se sitúan los árboles afectados, en este caso, Riegos de Levante.

Aspecto que presentan los pinos afectados

Aspecto que presentan los pinos afectados. / Sergio Arroyo / AHSA

Un siglo

Sergio Arroyo, de hecho, explica que estos ejemplares en cuestión se emplazan en un tramo de en torno a dos kilómetros del canal que comunica la desembocadura del Segura en Guardamar con los embalses de Riegos de Levante en El Hondo. Fue hace ahora un siglo, coincidiendo con la construcción del canal, cuando se plantaron esos pinos, junto a otras especies como eucaliptos o palmeras datileras. «Tras más de 100 años desde su plantación, los ejemplares que han sobrevivido han conformado un interesante corredor arbóreo, de diferente densidad, a lo largo del canal al pie de la Sierra del Molar, por donde transcurre hasta internarse en Los Carrizales de Elche en forma de acueducto», puntualiza Arroyo, desde AHSA, que admite que habrá que estar atentos a ver qué ocurre con esos pinos monumentales cuando la tendencia apunta a inviernos cada vez más cálidos en esta zona.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents