Una bronca vecinal por la piscina que acaba en un juzgado de Elche

El incidente degeneró en una pelea a puñetazos porque la vecina se negaba a salir del agua pese a las indicaciones del socorrista porque el recinto iba a cerrar

Imagen de la piscina que originó el incidente que ha terminado en un juzgado de Elche tras las denuncias cruzadas ante la Guardia Civil de los implicados.

Imagen de la piscina que originó el incidente que ha terminado en un juzgado de Elche tras las denuncias cruzadas ante la Guardia Civil de los implicados. / Hector Fuentes

J. A. Martínez

J. A. Martínez

Tormenta en el paraíso. Una discusión sobre el incumplimiento de las normas sobre el uso de la piscina en una urbanización de Gran Alacant ha terminado en el juzgado, después de degenerar en una pelea a puñetazos de la supuesta infractora y su hija con el socorrista, la presidenta de la comunidad y un policía local residente de la urbanización de viviendas. El conflicto ha terminado con denuncias cruzadas y ha agitado el ambiente en lo que se supone debía ser una tranquila zona residencial para disfrutar de los días de verano. 

Los vecinos relataron que no es el primer incidente que tienen con esta mujer, ya que los conflictos se remontan a hace varios años. En el caso de la piscina, ya había tenido varios altercados por los incumplimientos de los horarios. Al parecer ya había tenido otro incidente por motivos similares con otra de las trabajadoras del recinto.

La Guardia Civil de Santa Pola está ultimando el atestado, aunque en los últimos días siempre han tenido que incorporar nuevas incidencias cuando alguno de los implicados coincidía en las zonas comunes de la urbanización. Fuentes vecinales señalaron que las residentes denunciadas se marcharon el martes por la noche, parece que, de momento, aún habrá días de paz. Se prevé que el atestado podría entregarse este jueves en el juzgado de Instrucción cuatro de Elche

Caso omiso

Los últimos incidentes arrancaron durante el pasado fin de semana, cuando el socorrista de la urbanización requirió a una vecina del complejo para que saliera de la piscina. Se estaba bañando fuera del horario (eran las 15.30 horas) y era la hora en la que el trabajador tenía que irse a comer, por lo que el recinto debía quedarse cerrado hasta que tuviera de nuevo vigilancia. 

La mujer continuó nadando haciendo caso omiso de las indicaciones del socorrista, prosiguiendo con sus largos mientras le pedía que abandonara la piscina. Daba brazadas que detenía para decirle al trabajador que se largara de allí y que la dejara en paz. En un momento dado y al ver que el socorrista seguía pidiéndole que saliera del agua y abandonara el recinto, la mujer llegó a advertirle de que la estaba acosando y que como no la dejara en paz iba a ser ella quien le denunciara a él. El tono fue subiendo cuando se incorporó la presidenta de la comunidad en defensa del trabajador y recriminándole a la vecina que le estuviera faltando el respeto y tratándole a patadas. Desde el agua, la mujer siguió nadando y solo dejaba de bracear para replicar a lo que le dicen la presidenta y el socorrista. La discusión fue subiendo de tono llamándose «verdulera», «arrabalera». El incidente de la discusión previa fue grabado con un teléfono móvil que los denunciantes van a aportar al juzgado del caso como prueba.

A puñetazos

El conflicto pronto llegó a mayores y acabó a golpes después de incorporarse la hija de la mujer. Un policía local de Elche vecino de la urbanización se personó para mediar y defender al socorrista y a la presidenta al ver el tono que estaba tomando el incidente sacó su placa y se identificó como agente de la autoridad. Sin embargo, según ha denunciado, acabó recibiendo un puñetazo que le rompió las gafas.

El socorrista, la presidenta de la comunidad y el policía fueron a presentar denuncia ante la Guardia Civil de Santa Pola. En este caso, la agresión a un agente de la autoridad que se identifica como tal sería constitutivo de un delito de atentado contra la autoridad, y no un delito leve por las lesiones a los otros implicados en la pelea. Madre e hija, ambas españolas y de 58 y de 23 años, fueron a declarar como investigadas al cuartel de la Benemérita.

La denuncia ha estado lejos de zanjar el conflicto, sino que ha encrespado mucho más los ánimos. Madre e hija han denunciado a su vez a los otros asegurando que las agredidas han sido ellas y recalcando que el agente en ningún momento se identificó como tal a lo largo de la discusión. El atestado de la Benemérita ha tenido que ir ampliándose, a raíz de que se hayan generado nuevos incidentes cada vez que los involucrados se han cruzado por la urbanización. Los denunciantes sostienen que la actitud de la madre y la hija ha generado numerosos problemas de convivencia en el complejo residencial y que ya han tenido otros problemas con más residentes. El martes por la noche, las dos mujeres hicieron las maletas se fueron a Madrid, ciudad desde la que vienen a su casa en Gran Alacant a pasar temporadas de vacaciones.

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