La hoja de ruta para El Progreso: con la vista puesta en 2025 y a cargo de Pimesa

La operación, con IVA incluido, supera los 770.000 euros, y la «indemnización» a la propiedad, con quien ya se ha firmado la compraventa, ronda los 141.000 euros

Una vista del estado en el que se encuentra el edificio Nuevos Riegos El Progreso en estos momentos.

Una vista del estado en el que se encuentra el edificio Nuevos Riegos El Progreso en estos momentos. / Áxel Álvarez

María Pomares

María Pomares

Fin de año... Y de ciclo. Ahora bien, un ciclo que, desgraciadamente, ha durado ni más ni menos que casi un lustro y medio, y cuyo resultado ha sido una fachada apuntalada en pleno centro de Elche, el interior totalmente devastado -las tejas también-, algún que otro pleito de por medio, y requerimientos varios, escribiendo una página negra más en la historia del patrimonio ilicitano, aunque, al final, se haya alcanzado un desenlace razonablemente satisfactorio teniendo en cuenta la situación de partida. Un epílogo que se acabó escribiendo este mismo viernes a mediodía, cuando se firmó la compraventa del edificio Nuevos Riegos El Progreso, de manera que la edificación ya es de propiedad municipal. Ahora los planes del Ayuntamiento pasan por activar ya todos los trámites para que la ejecución pueda comenzar en el año entrante, e incluso apunta a la empresa municipal Pimesa para que se pueda hacer cargo del proyecto, aunque este extremo aún está por cerrar.

Los restos de la cúpula que quedan en la actualidad.

Los restos de la cúpula que quedan en la actualidad. / Áxel Álvarez

Buena nueva

El propio vicealcalde y edil de Estrategia Urbana, Francisco Soler, fue el encargo de dar la buena nueva. Lo hacía en el impás que fue entre la junta de gobierno extraordinaria que dio luz verde a la operación y la firma ante el notario, en el marco de una comparecencia, además, en la que no fue capaz de ocultar la satisfacción tras desencallar una cuestión que se había convertido en una gran china en los zapatos para los últimos ejecutivos locales. Más aún cuando, desde el principio, el alcalde, Pablo Ruz, siempre dejó claro que el «padre» de esta operación desde el principio había sido Soler.

Posiciones encontradas

En ese contexto, el responsable municipal de Urbanismo dio cuenta de las conversaciones que se iniciaron nada más llegar al equipo de gobierno. Por una parte, con los propietarios de la construcción. Por otra, con la Conselleria de Cultura, que es la que acabó frenando el derribo completo del edificio en su día. «Las posiciones estaban bastante encontradas, porque la solución que había sobre la mesa no era satisfactoria para nadie», describió el concejal de Estrategia Urbana. 

El interior, con los ventanales de dentro del edificio al fondo.

El interior, con los ventanales de dentro del edificio al fondo. / Áxel Álvarez

Compensación

Todo para acabar todo como lo ha hecho: con el plácet de los dueños a vender el inmueble por 642.270 euros, a lo que hay que sumar el IVA, de en torno a 134.000 euros, pero también otros 141.668 euros por el acuerdo alcanzado con la propiedad tras los procesos judiciales durante el anterior mandato y con una sentencia de por medio que era la que establecía que había que proteger la fachada. Se trata así de compensar la responsabilidad patrimonial.

La intención del equipo de gobierno ahora es desmontar la fachada para volver a levantarla, aunque retranqueada, de manera que la calle quede alineada, y volver a construir el edificio por dentro, para instalar dependencias municipales en su interior. Para ello, el primer paso es volver a promover una modificación del Plan General de Ordenación Urbana, un expediente en el que ya se está trabajando y, mientras tanto, se quiere empezar también ya con la redacción del proyecto que marcará el futuro de lo que en su día fue la Sala de Venta de Agua.

Celeridad

La intención, admitió Francisco Soler, es que la ejecución pueda comenzar a lo largo del próximo año. «Va a ser en 2025», sentenció en este sentido. De ahí, la celeridad que se le quiere dar al plan. No obstante, señaló que, hasta que se redacte, es complicado calcular los costes que tendrá el derribo y la construcción del nuevo edificio que saldrán a licitación. 

No en vano, respecto al hecho de que en los presupuestos municipales no hay ni rastro de partidas asignadas a El Progreso, Soler afirmó que sería «imprudente» haber hecho otra cosa, y fue ahí cuando reveló, curándose en salud con un «probablemente», que Pimesa tenía muchas papeletas para hacerse cargo también de este proyecto, como ha ocurrido, sin ir más lejos, con el Mercado Central.

Más buenas noticias

Sin embargo, no fue la única noticia buena que trajo la junta de gobierno extraordinaria de este viernes, haciendo bueno eso de que la Navidad es tiempo de ilusión. Hasta el extremo de que, si Soler estaba feliz, la edil de Educación, María Bonmatí, no lo estaba menos. En su caso, por el plácet de la junta de gobierno local al inicio del expediente de licitación del contrato de obras del CEIP Rodolfo Tomas Samper de El Altet, que permitirá la construcción de seis nuevas aulas de Infantil y un gimnasio.

Plan Edificant

La actuación, incluida en el Plan Edificant, tiene un presupuesto base de licitación de más de 3 millones de euros y el plazo de ejecución de las obras es de 14 meses. En este sentido, Bonmatí aseguró que está previsto que las obras comiencen en el segundo trimestre de 2025. «Es un día de buenas noticias», terció, recordando que esta es una reivindicación histórica en esta poblada pedanía de Elche.

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