En la barra del Café Época

Cuando un año se va, algo se muere en el alma

Calendura, el reloj que tradicionalmente despide el año en Elche y da la entrada al nuevo en la Plaça Baix. | ÁXEL ÁLVAREZ

Calendura, el reloj que tradicionalmente despide el año en Elche y da la entrada al nuevo en la Plaça Baix. | ÁXEL ÁLVAREZ / Áxel Álvarez

José Pérez Ruiz

José Pérez Ruiz

Se acabó (it`s over, è finita, c´est fini, acabou, es ist vorbei, jieshú le, oshimai desu, teleiose) el año 2024, ya está, en cuestión de un segundo, de una campanada y de ingerir el duodécimo grano de uva, pasó de ser una realidad y un tiempo presente a formar parte de la historia y a convertirse en un tiempo pasado, y con él, se llevó al mundo del Dios Jano los propósitos del año y todos y cada uno de los 365 días de su calendario: los días felices, los tristes, los aburridos, los que ni fu ni fa, los reencuentros, los encuentros y las despedidas; las ilusiones y las desilusiones; las victorias y los fracasos, las sonrisas y las lágrimas, vamos, se llevó todo lo sentido y lo vivido para archivarlo en los anaqueles del recuerdo, de la memoria y de la nostalgia.

Atrás quedó el haber ganado España la Eurocopa, el no haber conseguido el Elche el ascenso a primera división, el final de Sálvame, el ascenso del Hércules, el haber conseguido España un puñado de medallas olímpicas, El Clan de Carmen Mola, la retirada de Rafa Nadal, la Ley de Amnistía, las guerras que no terminan, la dana de Valencia y las 224 víctimas y 3 desaparecidos, la lesión de Carolina Marín en París, el caso Koldo, la película La habitación de al lado de Pedro Almodóvar, el caso Errejón, el triunfo de los Mozos de Arousa en el concurso Reacción en cadena, el caso Begoña Gómez, la boda de Almeida y lo bien que baila el tango, los arroces de Barbara Rey, el juramento de la Constitución de la Princesa Leonor, el turrón con sabor a torrezno, el helado de foie gras, la potra salvaje, los conciertos de Taylor Swift en Madrid, la irrupción en la Televisión Pública de La Revuelta de Broncano, el premio Príncipe de Asturias a Joan Manuel Serrat, la mascletà que se tiró por primera vez en Madrid, el premio Nobel de Medicina para los científicos estadounidenses Victor Ambros y Gary Ruykun, por sus investigaciones sobre el microARN, la comida de Mazón en el Ventorro, la última canción de Sabina, el mensaje de Navidad del Rey y la iluminación de la ciudad de Vigo, la financiación singular de Cataluña, el libro Los escorpiones de Sara Barquinero, la Cabalgata de Reyes de Sevilla adelantada al día 4 de Enero, la película la memoria del caracol de Adam Elliot, el reconocimiento al Chef español José Andrés con la más alta distinción civil de Estados Unidos y los descubrimientos de los océanos ocultos en el sistema solar exterior y que los humanos envejecemos por etapas.

A nivel local, se han difuminado en el recuerdo los actos conmemorativos del primer corte del melón de carrizales, el debate de política local, la recogida del primer dátil, la inauguración del centro social de los Arenales del Sol, la elección de los presidentes de Distrito, la elección de la reina y damas de las fiestas, las reuniones para diseñar un plan estratégico local, la nit de l’albà, el déficit presupuestario, la refundación del paseo de la concordia, el cambio de farolas, la estación de bicielx en Torrellano, la tasa de basuras, la iluminación navideña, la dimisión de concejales del equipo de gobierno, el cambio del uniforme de Cantó, la tala de palmeras, las plataformas únicas, el aumento de las alergias por el incremento de macetas en la vía pública, la estabilización de la plantilla de interinos y la inauguración del año jubilar.

Pero no se preocupen, no se sientan tristes ni pesarosos por todo lo que se ha ido, el año nuevo traerá sin duda alguna momentos y eventos memorables, dignos de recordar, iguales o mejores que los que se han marchado así es de esperar una nueva versión ahora en Klingon sobre la comida del Ventorro de Mazón, las nuevas declaraciones de Maite Galdeano, la financiación singular de Murcia, la reducción de la jornada laboral, el precio del alquiler de las viviendas, la subida de precios motivada por la alineación de venus, lo del TRAM de Elche, un tranvía como el de Alicante o un autobús majo, la vuelta de Sálvame, los goles del Elche, la inauguración de nuevas estaciones de bicielx, el corte de la primera sandía, que digo yo, que derecho tiene igual que el melón de carrizales, la visita del Alcalde a cualquier comercio de la ciudad como si fuera el reportero dicharachero de Barrio Sésamo, el estreno de una nueva temporada del Juego del Calamar, el nuevo mercado, ahora sin parking, el lanzamiento del libro de Abalos (¿pero que me están contando?), las fideuas de Barbara Rey, las conversaciones entre Puigdemont y Sánchez o si no con Feijóo, el retorno de King Africa con la canción del verano «la Bommmmmmba 2», una cabalgata de Reyes con un poco de glamour y muchísimas cosas más, y como no, al finalizar el año, todos habremos tenido la oportunidad de habernos ganado el jubileo.

«¿A quién va usted a creer, a mí o a sus propios ojos?»: Frase dicha por Chico Marx disfrazado de Groucho en Sopa de ganso.

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