Las obras de restauración de la Acequia Mayor del Pantano de Elche están al 90% y a expensas de las catas
La comunidad espera completar en marzo la primera fase para poner en valor el Canal del Desvío cuando se renueven los partidores históricos
El siguiente paso será musealizar la ruta de 4 kilómetros

Así van las obras de rehabilitación de la acequia mayor del pantano de Elche / Jose Navarro
Una colosal obra de ingeniería centenaria que se está poniendo en valor para recuperar 4,2 kilómetros de conducciones del sistema de riego tradicional con el que incluso se potenciará el turismo que genera el patrimonio hidráulico. Esos son los grandes propósitos que se persiguen con los trabajos de la primera fase de restauración que está ejecutando desde julio de 2024 la Acequia Mayor del Pantano en el Canal del Desvío, entre el Molino de Pavía, en Aspe, y el azud de la Casa de las Taules, bajo la presa del Pantano de Elche, y que ya se encuentran prácticamente al 90% de ejecución.
Entre marzo o abril de este 2025 se prevé el fin de esta actuación de envergadura para devolver la esencia de un conjunto de conducciones que diseñó en 1910 Próspero Lafarga y que ha financiado la Diputación provincial con 1,6 millones, de los cuáles ya se han certificado más de 1,1.
Acabar con la degradación
Hace siete meses empezó a operar la maquinaria en el terreno para acabar con la degradación del patrimonio que abriría la puerta a que el Canal del Desvío pueda recuperar su capacidad total para transportar el agua buena que no se saliniza del Pantano sin depender demasiado de la toma de tablas. A pesar de los esfuerzos, la eficacia de estos trabajos de ingeniería están condicionados a que haya una correcta limpieza del cauce del río Vinalopó que asegure una conducción óptima y que garantice, por tanto, un riego estable que nutra los huertos históricos del Palmeral, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
En cuanto a las obras, por ahora sólo queda pendiente del proyecto la renovación de los seis partidores que en la actualidad están prácticamente inutilizados lo que impide que se puedan controlar adecuadamente los caudales a los diferentes ramales a los que sirve. Se trata de los brazales fijos de Albinella y Marchena, ambos realizados en el siglo XIII, y los móviles de Carrell, Asnell, Anoi y Candalix. Este último es el que mejor estado presenta porque se ha sometido a más restauraciones.

Una parte del Canal del Desvío de la Acequia Mayor del Pantano de Elche ya restaurada / José Navarro
Catas arqueológicas
Si bien, los trabajos en este último trazado están a expensas de las catas arqueológicas y la comunidad está a la espera de que se autorice el inicio de las prospecciones, que se espera en días, y que podría determinar la existencia de restos de época árabe o incluso romana, y en caso de hallarse piezas de valor se podrían retrasar los plazos de ejecución.
Francisco Picó, presidente de la Acequia Mayor, se muestra orgulloso de todo lo que se ha llegado a conseguir después de un largo periplo de tramitación. Eso sí, reseña que durante la restauración surgieron complicaciones debido a que el pantano está anegado, lo que provoca que grandes movimientos de tierras han afectado con el paso de los años a los cuatro acueductos, que tienen entre tres y 16 arcos de medio punto que en su día se levantaron para salvar el desnivel de los barrancos. «Puede que de ellos veamos tres metros pero quedan dos metros que no se ven pero no podíamos destaparlos porque se anegarían otra vez y la limpieza del pantano es inviable», indica el representante de la comunidad. Para estas actuaciones se ha actuado sobre su estructura recuperando sillares y la argamasa.
Algunas intervenciones
Aún y así, se han podido adecentar estas obras arquitectónicas sustituyendo ciertos materiales como maderas que sujetaban piedras con las que se levantaron las construcciones hace más de un siglo, como el caso de un canal de 60 metros que se había desmoronado y se volvió a levantar numerando incluso las piedras para que la recuperación fuera lo más fiel posible, de la misma forma que se han recuperado los morteros interiores de los acueductos.
De igual modo, se ha actuado sobre las boquillas, las entradas a los diez túneles, pero quedó fuera del proyecto la actuación en el interior de estas conducciones por sus grandes extensiones, ya que suponen el 54% del trazado y algunos de estos canales internos tienen cerca de 200 metros de largo y resultan poco accesibles. Picó reseña que se está buscando una solución intermedia para parar el deterioro que arrastran aunque el arreglo definitivo se tendría que acometer con más financiación. En este sentido Sebastián Polo, ingeniero encargado del proyecto y autor en 2008 de una tesis doctoral sobre estas conducciones, sostiene que sería necesaria una segunda fase para ahondar en estas galerías que atraviesan la sierra con el fin de frenar su deterioro y el riesgo de que terminen condenándose o incluso desprendiéndose «porque están formados de bóvedas de piedra con suelos calcáreos y el agua va haciendo agujero».

Uno de los acueductos y la boquilla de uno de los túneles restaurados en el trazado / José Navarro
Reforestación y musealización
Por otro lado, desde la comunidad indican que ya se han producido actos vandálicos sobre estas construcciones con pintadas y que incluso se han robado piedras y otros materiales. Paralelamente a la puesta a punto de esta red hidráulica también se ha presentado un proyecto de reforestación para cubrir con especies autóctonas las zonas anexas a las obras que se han quedado desérticas. Una vez ya completado el trabajo más duro de conservación los técnicos están, además, programando la musealización de toda la ruta y se están empezando a instalar paneles informativos junto a cada elemento singular para que los senderistas puedan tener información detallada escaneando un código QR. Picó apuesta porque la ruta se convierta en un fuerte atractivo turístico y deportivo, aunque ya deja claro que tendrán que tener apoyo de las administraciones para promoverlo. Confía en que habrá un retorno de la inversión con el impacto que tendrá esta puesta a punto de aquellas construcciones.
Restauración integral
El siguiente reto de los propietarios es buscar una restauración total de toda la Acequia sería la restauración del molino de Pavía, que coge las aguas del último afluente por la margen derecha del río Tarafa. Aunque sería una de las actuaciones más relevantes, apuntan, todo dependerá de que haya financiación, en primer lugar, y consenso con la Confederación hidrográfica del Júcar y el Ayuntamiento de Aspe. La problemática en el entorno es que se ha creado «un tapón importantísimo» por la falta de limpieza del río, que ha provocado un ingente volumen de sedimentos, restos de marmoleras y carrizo que no se ha retirado hasta el punto de ocultar por completo el azud y percibirse el edificio del molino como mucho más bajo que la altura original que tenía.
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