Tras el fallo judicial

Los cotos de El Hondo y Las Salinas amagan con abandonar sus charcas

Propietarios aseguran que la sentencia que prohíbe cazar con el crepúsculo hace «insostenible» la actividad y que sus embalses, un 30% de los parques, acabarán secos

Embalse privado dentro de un coto de caza de El Hondo

Embalse privado dentro de un coto de caza de El Hondo / INFORMACIÓN

Los cazadores y propietarios de los 14 cotos en los parques naturales de El Hondo de Crevillent y Elche (3) y de Las Salinas de Santa Pola (10) -falta uno más en el Fondet de Amorós- ya no pueden más. Son «muchísimos años sufriendo recortes y trabas», lamenta el presidente de la Asociación de Cotos de Caza del área, Manuel Sabuco. El responsable de la entidad asegura que los cotos están en «grave» peligro, porque «la situación tras la sentencia que anula los planes de caza hace absolutamente inviable que podamos seguir trabajando». Por ello, los propietarios amagan y advierten del abandono de sus charcas, un 30 % de la superficie de ambos humedales.

El citado fallo judicial se producía a mediados del pasado mes. Lo publicaba el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) ante una demanda de Amigos de los Humedales del Sur de Alicante (AHSA) contra la caza nocturna de aves acuáticas permitida por los planes técnicos de ordenación cinegética. Los ecologistas reclamaban que no se pudiera cazar de noche para no confundir con otras aves a la cerceta pardilla -en peligro de extinción y con un proyecto Life de conservación-.

El 80 % de la caza

En concreto, en El Hondo y Las Salinas se podía cazar una hora más tras la puesta del sol o antes de la salida. «En ese tiempo se concentra el 80 % de las capturas, sobre todo al atardecer, porque es cuando las aves acuáticas salen en busca de alimento», expone Borja Pérez, ambientólogo y propietario, junto a su padre, de una finca cinegética, El Bosquet.

El hecho de que ahora no se vaya a permitir cazar en esos 60 minutos de luz crepuscular «nos lleva a la desaparición. ¿Quién va a invertir en alimentación para los patos, electricidad para elevar agua, maquinaria y mano de obra para hacer limpiezas de azarbes, canales y charcas...? Nadie. Si todo lo que hemos tenido hasta la fecha han sido trabas a nuestra actividad, ahora ya es imposible que podamos seguir. Nuestro sustento va a la quiebra, pero también lo van a sufrir estos parques naturales por la consiguiente pérdida de biodiversidad que nosotros, los cotos, proporcionamos al ecosistema», destaca el ambientólogo.

Parque Natural de El Hondo de Crevillent y Elche

Parque Natural de El Hondo de Crevillent y Elche / ÁXEL ÁLVAREZ

En este sentido, Pérez resalta por un lado «las 650 toneladas de cereal con las que entre todos los cotos alimentamos a las aves o la calidad del agua de nuestros embalses, donde por supuesto no se produce el temido botulismo. Nosotros realizamos continuos desbroces, podas, vigilancia, bombeamos agua para mantener el nivel... Invertimos en mantenimiento para que en nuestras fincas se concentre el mayor número de aves, pero esa inversión no la podemos hacer si después nadie va a querer venir a cazar porque a las horas que se permite no hay caza».

Abandono de charcas

¿Cuál va a ser el resultado? «Sin duda, el abandono de los cotos», asegura José Pérez, propietario de una de las fincas, que añade un detalle: «el agravio comparativo con Valencia, donde por ejemplo se puede cazar hasta una hora y media después de la puesta de sol. Un agravio sobre todo con las cábilas de La Albufera, una semana en que pueden cazar durante toda la noche. Y allí también están en el proyecto Life de la cerceta. Y con las tiradas. Ellos 36, aquí sólo 14 al año». Y hay otras cosas gravosas, como que en los humedales del sur de la provincia la caza empieza el 1 de noviembre para dar más tiempo a emigrar a la cerceta, cuando en el resto se caza desde el 12 de octubre.

Los cotos de caza en El Hondo ocupan 261 hectáreas de las 2.387 que tiene el parque, algo más del 11 % de la superficie. En Las Salinas hay 2.470 hectáreas, de las que tienen coto 1.380, un 55 % aproximadamente. En total, los parques ocupan 4.857 hectáreas y para la caza se destinan 1.500, un 30 %. «Es decir, un tercio del parque se verá afectado por lo que ya ocurre en otros embalses que no gestionamos nosotros, llenos de vegetación y con una lámina mínima de agua, y putrefacta», apunta Pérez. Mientras, «en nuestras fincas proliferan las poblaciones de tarro blanco, flamenco, moritos, calamón, aguilucho...».

«La caza es el único recurso que proporciona economía para mantener agua de calidad, limitar el carrizo, limpiar azarbes, mantener caminos», concluye Sabuco, que en la noche de este lunes mantenía una reunión con los propietarios para ver qué medidas adoptan. Todavía pueden presentar recurso al fallo del TSJCV.

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