Así es un laboratorio de nivel 2 de contención biológica, el segundo de la provincia y está en Elche

La Universidad Miguel Hernández suma su segunda instalación de estas características que permitirá avanzar para luchar contra virus e infecciones bacterianas

Una de las dos salas que forman parte del laboratorio de bioseguridad recién habilitado en el IDiBE, en el campus de Elche.

Una de las dos salas que forman parte del laboratorio de bioseguridad recién habilitado en el IDiBE, en el campus de Elche. / Áxel Álvarez

En toda la provincia de Alicante solo hay dos laboratorios de nivel 2 de contención biológica (NCB2), ambos en suelo de la Universidad Miguel Hernández. Uno está en el Instituto de Neurociencias, en el campus de Sant Joan, y el segundo se acaba de poner en marcha en el campus de Elche, en concreto en las instalaciones del Instituto de Investigación, Desarrollo e Innovación en Biotecnología Sanitaria de Elche (IDiBE). ¿Para qué sirven este tipo de laboratorios? Pues, resumiéndolo mucho, para aumentar el arsenal de vacunas frente a virus e infecciones bacterianas, y todo ello pensando tanto en la salud humana como animal.

En concreto es una instalación destinada al cultivo seguro de bacterias y virus patógenos. Los patógenos destinados a ser utilizados en este nuevo laboratorio son agentes de «peligro potencial moderado» para el personal y el medio ambiente. El director del IDiBE, Antonio Ferrer Montiel, concreta que aquí no se trabaja con virus letales como pueda ser el sida o el ébola, sino con los causantes de la gripe, el erpes o el virus sincicial, el microbio más común que causa infecciones en los pulmones y en las vías respiratorias en los bebés y en los niños pequeños. No son agentes mortales, pero pueden dar pie a pandemias masivas tanto en la salud humana como en los animales.

Sala dedicada a trabajar con bacterias en busca de nuevas vacunas para humanos y animales

Sala dedicada a trabajar con bacterias en busca de nuevas vacunas para humanos y animales / Áxel Álvarez

Un reto y un problema social

«No todas las vacunas dan respuesta a todos los humanos», recuerda el catedrático de Bioquímica y Biología Molecular, quien ahonda en que es muy importante saber qué paciente no responde al tratamiento. Por tanto, «aunque hay muchas vacunas» para estos virus no letales, «es necesario incrementar el arsenal de vacunas. Sigue siendo un reto y un problema social».  

Y también lo es garantizar la salud de los animales, por eso aquí también se va a trabajar en vacunas o antivirales para, por ejemplo, peces de acuicultura, en concreto salmones, que en última instancia consumimos los humanos.

Agentes biológicos

Este laboratorio de bioseguridad, ubicado en el edificio Torregaitán del campus ilicitano, sede del IDiBE, cuenta con una serie de medidas certificadas por el Instituto de Salud Carlos III en cuanto a instalaciones, equipamiento y organización del personal para aislar agentes biológicos peligrosos de los operarios del laboratorio y del exterior al laboratorio, incluyendo el medio ambiente. Aquí se trabaja por tanto con aquellos agentes biológicos que puede causar una enfermedad en el hombre y puede suponer un peligro para los trabajadores, pero que es poco probable que se propague a la colectividad, además de que generalmente existe profilaxis o tratamiento eficaz.

Entre las medidas de contención se incluye un sistema de ventilación exclusivo que permite presurizar las salas de trabajo para evitar la posible fuga de contaminantes hacia el exterior, así como una unidad de tratamiento de aire con filtros HEPA encargada de filtrar el aire extraído antes de su liberación a la atmósfera.

En concreto, este laboratorio, con temperaturas distintas y controladas, está formado por una antesala y dos salas de trabajo destinadas al trabajo con virus y bacterias, respectivamente. Cada una de estas salas de trabajo está equipada con «incubadores específicos» para el cultivo de bacterias o líneas celulares y con cabinas de seguridad biológica, diseñadas para proteger tanto al usuario como a las muestras y al medio ambiente.

Antesala antes de entrar a los dos laboratorios de contención biológica existentes

Antesala antes de entrar a los dos laboratorios de contención biológica existentes / Áxel Álvarez

Nueve años luchando por esta instalación

Aquí no puede entrar cualquiera. Ni siquiera el director del IDiBE, quien en 2016 lanzó la primera propuesta para dotarse de esta instalación (aunque el covid lo paralizó todo), podría hacerlo. Solo personal formado. La investigadora principal responsable de estas instalaciones es María del Mar Ortega-Villaizán y la técnico responsable, María Lourdes Renart.

Los grupos de investigación de Pablo García Valtanen (sanidad humana), Milagros Collados, Nuria Martí, Manuel Valero, Vicente Micol o Enrique Barrajón serán algunos de los que hagan uso de esta nueva instalación que dota al centro de la «capacidad de emprender nuevas líneas de investigación y proyectos más ambiciosos y competitivos que requieren este nivel de bioseguridad. A modo de ejemplo, uno de los proyectos incluirá el testeo de nuevas vacunas contra el virus respiratorio sincitial, en colaboración con el Hospital General Universitario de Elche», indican desde este complejo investigador.

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