La producción de palma blanca se adelanta a los daños de las plagas

Los artesanos encaperuzan hasta un 20% más de palmeras para contrarrestar los efectos de la cochinilla, que sigue afectando por falta de fitosanitarios eficaces

Más del 70% de la artesanía va fuera de Elche

Así preparan los talleres de Elche la palma blanca de cara a Semana Santa

Matías Segarra

J. R. Esquinas

J. R. Esquinas

La amenaza de la cochinilla llegó para quedarse como ocurrió hace años con el picudo y los productores de palma blanca se están rearmando por sus medios para asegurar que la tradición del Domingo de Ramos brille en Elche y en toda España. Los artesanos han adelantado este año el encaperuzado de palmeras y además están atando más palmas de las que verdaderamente necesitan para poder cubrir un stock necesario para abastecer a la clientela que desde hace meses ya viene haciendo encargos.

Evitar la merma

Con esta estrategia se aseguran que en caso de merma, como ocurrió en 2024 que se llegó a ir al traste hasta un 20% del género por afecciones ocasionadas por parásitos, puedan tener una producción estable y aseguren las ventas

Ahora bien, cada productor tiene una situación dependiendo de la zona en la que tenga los huertos y los recursos de los que disponga para blindar de las amenazas la materia prima con la que después se hacen estas obras de arte.

Estela familiar

Moisés Esclapez lleva cuatro décadas afanándose en el campo para preservar la tradición siguiendo la estela de su padre, con lo que ha visto de todo, desde rachas muy buenas a otras más delicadas. Este gran productor de palma blanca sostiene que la campaña tendrá una línea continuista a la del pasado ejercicio pero esta vez han sido más precavidos frente a la plaga de cochinilla, que les pilló por sorpresa en 2024 y están teniendo dificultades para combatirla. Resalta que aunque están en contacto continuo con técnicos de la Conselleria de Medio Ambiente para encontrar el producto fitosanitario idóneo que ponga freno a esta amenaza, todavía no lo han encontrado, teniendo en cuenta que por políticas europeas van variando los productos químicos para que sean lo menos agresivos posible y el agricultor tiene que ir modificando el tratamiento continuamente. 

Un 8% menos de palma

El productor detecta que como el verano y el invierno han sido más secos, salvo las últimas precipitaciones de las últimas semanas,  se ha generado entre un 8 y un 10% menos de palma blanca, llegando a una media de una decena de palmas por ejemplar, mucho menos que hace unas décadas cuando el riego a través de las acequias estaba más asegurado, indica el productor. Si bien, en su caso ha optado por encaperuzar un 20% más de palmeras para compensar los posibles efectos adversos que tuvieran las plagas o condiciones meteorológicas poco atractivas, con lo que esperan tener una producción que entra en el umbral habitual. En su huerto dispone de unas cinco hectáreas de cultivo, y prepara un tercio de sus 4.000 palmeras para esta artesanía. 

Antonio Ferrández, popularmente conocido como «Galguet», espera mantener los números habituales de unas 1.500 palmas rizadas y medio millar de lisas aunque ha tenido quebraderos de cabeza con el picudo, detectando más casos de lo habitual porque refiere que el tratamiento que empleaba ya no está autorizado y tiene que estar continuamente probando. De igual forma, ha procurado amarrar todas las palmeras que estuvieran sanas para evitar fumigar en exceso.

Buena calidad

Por su parte Paqui Serrano, artesana de la familia Serrano Valero, y además presidenta de la asociación de productores de palma blanca, reseña que en esta campaña están viendo, de momento, «que sale buena la palma y de buena calidad», con lo que el pronóstico es positivo. Aunque no hay una cifra clara sobre el cómputo total de palmas que van a adquirir particulares y entidades religiosas, que exclusivamente se abastecen del trabajo ilicitano porque Elche es la única productora de este artículo, se superaría la barrera de las 20.000 teniendo en cuenta que una sola familia con cultivos numerosos (que se cuentan con los dedos de una mano) puede preparar incluso más de 10.000 unidades. 

El 70% se va fuera

Pese a que la procesión del Domingo de Ramos ilicitana, declarada como Fiesta de Interés Turístico Internacional, es el mayor reclamo, en Elche apenas se queda un 30% del total de palmas que se elaboran. Y hay una explicación clara. Con el paso de las décadas esta tradición de portar la palma se ha ido arraigando en distintas zonas del territorio nacional e incluso, de forma más residual, a países europeos como Francia e Italia que hacen reservas a los talleres ilicitanos, teniendo en cuenta que no hay otras ciudades que compitan con Elche en este sector. 

Serrano narra que esperan una producción de entre 5.000 y 6.000 palmas que en el 70% de los casos se exportan. Detecta que está aumentando la demanda de las variedades grandes, «que son más rentables pero hay que hacer una preselección y también supone más responsabilidad». La artesana manifiesta que ya no se trata sólo de atender el trabajo manual si no que la idea que el cliente tiene concuerde con el resultado, ya que muchos hacen el pedido por teléfono y les envían fotos de inspiración de cómo quieren que quede la obra. 

¿Relevo generacional?

La ilicitana percibe que pese a que el mayor peligro para el sector en un futuro es que no haya relevo generacional, porque los jóvenes, incluso los que han mamado de esta costumbre, optan por otros ámbitos, la palma blanca sigue siendo la elegida cada Semana Santa. Manifiesta que el tesón de las familias hace de resistencia a la regresión, que se va detectando porque quedan menos profesionales con conocimientos del trato con las palmeras que se dediquen por entero a preservar este símbolo cultural, ya que en la mayoría de casos lo combinan con otros trabajos como la poda. 

De Andalucía a Cataluña o Ibiza

Frente a ese desapego, la profesional ve a internet como un aliado para llegar a zonas donde no estaba vista la palma blanca. Han notado, por ejemplo, que en pequeños pueblos de Andalucía donde resalta el olivo se interesan por incorporar la materia prima ilicitana, con lo que la cartera de clientes va aumentando, ya que en este taller, por ejemplo, han conseguido con el paso del tiempo afianzar que instituciones religiosas como las catedrales de Barcelona, Lugo, València o Ibiza apuesten por el producto. Un punto a favor de estos artesanos es que los clientes suelen ser fieles porque prefieren no arriesgarse a cambiar de proveedores, señala por su parte Moisés Esclapez, que se muestra orgulloso de suministrar desde hace dos décadas a cofradías como la Sagrada Familia de Sevilla. 

Si bien, cuesta mantener el acervo familiar, y aunque es habitual ver a los abuelos comprándoles a los nietos los ramos, cada vez está menos viva la venta directa a particulares, con lo que las muestras de palma blanca en floristerías o incluso en los mercados de palma que habilita el Ayuntamiento cada vez es más reducida porque quienes más tiran de esta tradición son cofradías y hermandades que desde enero ya vienen haciendo encargos.

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