Servicios Sociales dará pisos a 31 familias desalojadas y ayudas al alquiler a otras 28

El Ayuntamiento de Elche puso ayer una cifra certera a cuántas personas fueron desalojadas la semana pasada del barrio de San Antón tras la aparición de grietas el miércoles 9 en dos de las escaleras del bloque 8, lo que recomendó el viernes 11 ampliar la medida a otras dos más. Finalmente, han sido 59 familias y 159 personas, de las cuales 102 han estado alojadas en hoteles desde entonces. Lo hizo público la concejala de Servicios sociales, Celia Lastra, después de tomar una decisión sobre la solución habitacional que podía ofrecer a cada una de ellas y comunicárselo, lo que no ha sido un trago fácil porque algunas no estaban contentas, pues consideraba su situación merecedora de un mejor trato. Así, de las 31 familias que eran propietarias, a 28 se les ha adjudicado de forma urgente una vivienda en los bloques nuevos, que eran las que quedaban pendientes de dar; y, a las otras tres otros pisos cedidos por la ONG Conciénciate. A estos últimos con la promesa de que, cuando se construya el nuevo bloque, al que se han comprometido Generalitat y Ministerio de la Vivienda, tendrán la prioridad a la hora de ocupar alguna de las 45 viviendas.

Las otras 28 familias, que no eran propietarias, tendrán ayudas al alquiler, incluso las cinco que estaban en «situación irregular», dijo Lastra. Un total de seis no han aceptado la ayuda, y no porque no la necesiten, sino porque consideran que no se resuelve su problema frente a las que sí. Como el regidor viene repitiendo desde el lunes, los recursos habitacionales se han dado en función de cada caso, con un orden de prelación, que, a partir de unos ítems ofreció unos resultados y donde los propietarios siempre han ido por delante de los alquilados y los más vulnerables frente a los que menos.

Viviendas

El Ayuntamiento va a destinar los 360.000 euros que anunció el lunes la Generalitat a pagar los hoteles, a las ayudas al alquiler y al mobiliario que se tiene que poner en las viviendas de los pisos nuevos porque los desalojados no pueden acceder a sus viviendas. El alcalde, Pablo Ruz, destacó varias veces el esfuerzo que se ha tenido que hacer solo para dar luz y agua a los vecinos, lo que comparó con lo ocurrido con el incendio del edificio del Campanar, en Valencia, que dejó en la calle a 450 personas de 138 viviendas. La ONG Conciénciate comenzó ayer por la tarde a hacer los traslados de camas y otros enseres para los pisos nuevos que van a ser ocupados. De aquí al martes o miércoles próximo está previsto que las 102 personas alojadas en hoteles (ayer de hecho eran ya 89) se marchen a lo que serán sus hogares a partir de ahora. Nadie sabe qué harán esas seis familias que también tendrán que marcharse sin rumbo ni destino y que no aceptan el ofrecimiento municipal. En cualquier caso, sí tendrán la oportunidad de beneficiarse de las ayudas, como el resto, destinadas al alquiler.

Conciénciate

Ruz no solo dio las gracias a Conciénciate -con 50 voluntarios y 8 psicólogos- o a los funcionarios municipales, más de 30, que han participado en buscar una solución, lo que ha supuesto entrevistas individuales, asistencia de profesionales, asignación de recursos o reubicación en hoteles; sino también a una serie de colectivos a los que a comienzos de semana hizo un llamamiento y que han facilitado recursos. Son los caso de la EVHA (la entidad Valenciana de Vivienda y Suelo), y Abrazo de Luz. Pimesa, por su parte, ha tenido que desatascar una solución urgente para poder pre-adjudicar viviendas a familias de una forma tan urgente, pero necesaria porque no se ha llevado a cabo un proceso de compra-venta, ni tampoco notarial, ni de registro. Para salvar buena parte de las estrecheces burocráticas se ha partido de una acreditación de ruina inminente.

Gorka Chazarra, de Conciénciate, dijo que la mayor satisfacción era escuchar a los vecinos decir que «nunca se han sentido solos, que habían conocido a gente maravillosa». Aurora Rodil (VOX), destacó que se ha atendido un «desafío sobrevenido, que se ha abordado con celeridad. Una semana después, se ha dado una solución digna y justa para todos». Y el alcalde lo confirmó.