La producción de aleluyas cae un 60% por las reservas de 2024

Las imprentas bajan la tirada en vista de que la lluvia impidió lanzar estampas de colores en la pasada procesión del Domingo de Resurrección

Elche despide la Semana Santa con un mar de aleluyas en Santa María

Matías Segarra / J. R. Esquinas

J. R. Esquinas

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Si el tiempo acompaña a la procesión del Domingo de Resurrección en Elche el pronóstico será bueno en la producción de aleluyas al año siguiente. Es el indicador al que se aferran las imprentas cuando se acerca la Semana Santa para tantear cuánta cantidad de estampas de colores tendrán que confeccionar para agasajar a la patrona.

Este año la tirada de aleluyas ha bajado un 60% respecto a 2024 porque la mayoría de devotos recurrirán este domingo(si las condiciones meteorológicas lo permiten) a las que guardaron del año pasado porque no pudieron hacer uso de ellas al llover durante la procesión, lo que impidió que las calles se llenasen de colores. 

La procesión fue en el interior de la basílica

La última vez, y pese a la suspensión del recorrido procesional, una marea colorida inundó la basílica de Santa María porque entonces, como alternativa, se decidió oficiar el encuentro litúrgico en el interior del templo sagrado. Si bien, la gran infinidad de estampas que se lanzaron eran encargos de la propia basílica y del Ayuntamiento, que han vuelto a repetir los pedidos, con lo que por ese lado los talleres han salvado el trabajo para hacer estas reproducciones de papel típicas, como apunta Pascual Segarra, tercera generación de la imprenta que lleva su apellido y que desde que el negocio se fundó hace ahora 107 años elabora las características estampitas con imágenes de la patrona y de pasos procesionales. 

La venta de aleluyas se intensificó este sábado después de que las estampitas llevaban ofreciéndose más de un mes

La venta de aleluyas se intensificó este sábado después de que las estampitas llevaban ofreciéndose más de un mes / Matías Segarra

Los precios se mantienen

El profesional matiza que esta bajada de la demanda no ha repercutido en el precio en la venta a establecimientos o particulares, que prácticamente permanece invariable desde hace años, pese a que los costes del papel han subido, y tampoco les supone grandes secuelas económicas ya que esta producción no es la línea fundamental de la empresa, si no que se trata de un artículo que mantienen para que no se pierda la tradición, teniendo en cuenta que se cuentan con los dedos de una mano los establecimientos que se dedican a confeccionar este sello ilicitano, con medios mejorados, y que con el paso de los años se ha expandido a otras ciudades, ya que los talleres como este han llegado a tener encargos de municipios próximos, Sevilla o Ibiza. 

Procesión de las aleluyas este Domingo de Resurrección

La procesión de las aleluyas se iniciará este Domingo de Resurrección a partir de las 10 horas en la basílica de Santa María. A esta hora partirá la imagen de Cristo Resucitado por puntos como Major de la Vila, Alfonso XII y Reina Victoria. La patrona iniciará el recorrido a partir de las 10.15 horas por la Plaça del Palau, Puente de Altamira y Vicente Blasco Ibáñez hacia el Corazón de Jesús para volver a la basílica. A las 11.30 horas está previsto el encuentro de ambas imágenes en el cruce de Jorge Juan.

Una campaña compensa con otra

 Al igual, Segarra expone que compensa este bajón que el pasado año tuvieran una de las campañas más buenas que recuerdan, ya que la fabricación subió un 40% en comparación a 2023, y el gancho con esta tradición se va ampliando en la ciudad, poniendo como ejemplo que la Venida de la Virgen apostó también por las aleluyas en la procesión tras la romería. 

Ahora bien, la venta en los quioscos no se animó hasta hoy. La mayoría de establecimientos anunciaron hace un mes con carteles que disponían de las estampitas pero fue este Sábado de Gloria cuando se notó más movimiento de familias interesadas en adquirir para lanzar y, como anécdota, hay quienes han vuelto a hacerse con paquetes porque no recuerdan donde guardaron las últimas, apuntaba María Eulalia Soler, de Toalpa. 

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