La contradicción de una madre política
La portavoz de Compromís participa activamente en el pleno de abril en Elche mientras tiene a su bebé en brazos o le da de mamar

La portavoz de Compromís emite su voto en el pleno municipal de Elche mientras su bebé mama / ÁXEL ÁLVAREZ
Casi seis horas de sesión plenaria dan para muchos llantos. También para chupetes, cuna y más de una y de dos tomas de mama para un bebé que tan solo tiene mes y medio. «Al anterior pleno no pude asistir. La maternidad estaba demasiado reciente. Y en esta ocasión advertí a la presidenta de que igual me tenía que ausentar en cualquier momento, pero no ha sido necesario», resumía la concejala de Compromís en Elche, Esther Díez. Es, la concejala. La única de su grupo. Su ausencia conllevaría que su partido se quedara sin representación. Por eso, «no lo puedo permitir. Y sé que es una perversión de la baja por maternidad a la que tengo derecho, pero también es la responsabilidad que tengo como política», añade la regidora.
Las bajas maternales «están pensadas precisamente para dedicarse exclusivamente al bebé. Sin embargo yo he tenido que compatibilizarlo con mi trabajo porque soy la única concejala de Compromís y si no estoy yo no está nadie». Así que, la sesión, además del habitual debate político, ha tenido para Díez un trabajo más, el de mamá que, «principalmente he tenido que darle mama cada vez que lo demandaba o en alguna ocasión en la que estaba llorando, para calmarlo».
Una posibilidad reciente gracias a la pandemia
El reglamento, a raíz de la pandemia, ya permite la asistencia telemática en bajas de larga duración. De hecho, cuando Esther Díez dio a luz a su primer hijo, en 2017, aún no se había modificado la Ley Reguladora de las Bases de Régimen Local y no se permitían las sesiones desde casa.
La jornada comenzaba a las 8.30 de la mañana y finalizaba pasadas las dos. Casi seis horas de debate en el que Díez no dejaba pasar ni un turno de intervención. «Al principio me ha costado un poco. Estaba menos entrenada también, al haber faltado al último. Pero bueno, al final he intervenido prácticamente en todas las cuestiones. Es que me caliento... Había temas como la liquidación del presupuesto y quería intervenir, claro», explicaba la mamá política.

En el salón de plenos los ediles veían por un televisor a la portavoz de Compromís en sus intervenciones / ÁXEL ÁLVAREZ
Trabajo político y crianza, minuto a minuto
La mañana ha sido especialmente dura para ella. «Mi pareja no podía estar conmigo. Al final ha venido mi madre a echarme una mano. Cuando Marc se pone a llorar me lo pongo normalmente al pecho así que han sido varias veces a lo largo de la mañana y en alguna ocasión creo que se han escuchado sus llantos. Y es que cuando me escuchaba hablar alto se ponía más nervioso. Bueno, al final he tenido suerte y he podido compatibilizarlo», señalaba, aunque seguía con un pero muy concreto: «Es una situación particular porque en realidad no deja de ser una perversión de la baja. Y hay que tener en cuenta que no es solo el pleno. Yo esta noche prácticamente no he dormido entre atender a mi hijo y preparar los discursos de hoy. Las contracciones de compatibilizar el trabajo y la maternidad..., aunque seguro que hay muchas mujeres a las que les pasa lo mismo».

El bebé, ajeno a la sesión plenaria, saciaba su hambre mientras el alcalde tomaba la palabra / ÁXEL ÁLVAREZ
Un entorno hostil para la conciliación
Díez entiende que el suyo «es un trabajo que exige mucha dedicación y ya no solo por plenos. Después, cuando tienes actos a todas horas y y tienes un niño pequeño que cuidar, pues se hace difícil. Intentas llevártelos a lo que puedes, pero claro, hay momentos en que no es viable. Así es la política, un mundo muy masculinizado, porque tradicionalmente se nota que es un ámbito en el que ha habido hombres que no tenían que ocuparse de sus hijos. Y ahora pues se flexibiliza por la pandemia, no por la maternidad. Por eso me puedo estar conectando, pero que en todo caso está claro que la política pues sigue siendo un sitio hostil para conciliar».
Esther Díez es la primera portavoz ilicitana en tratar de conciliar. La socialista Gema Fos también está de baja por maternidad, pero su intervención en los plenos -también vía telemática- es mínima. A la de Compromís le queda hasta julio para regresar a la normalidad laboral. Un largo camino compaginando pecho y moción, chupete e intervención.
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