Test al refugio de la guerra civil de Paseo de Germanías en Elche: fin de semana y colegios tras el verano si hay interés

El espacio se puede visitar en estos momentos de lunes a viernes en horario de mañana, aunque hay que reservar previamente a través de la web municipal y para mayo ya no hay citas disponibles

18 metros bajo tierra: así es el refugio antiaéreo de Elche que ya se puede visitar

18 metros bajo tierra: así es el refugio antiaéreo de Elche que ya se puede visitar / Áxel Álvarez

María Pomares

María Pomares

A 18 metros de profundidad, que se salvan a través de 87 escalones, y a lo largo de un trayecto de 117 metros, es posible sumergirse un poco más en la historia y el patrimonio de Elche. Son las doce de la mañana de un miércoles y, frente a la construcción que se ha levantado para que sirva de acceso al espacio, espera una veintena de personas de diferentes edades y perfiles. Por haber hasta hay algún pequeño que, a lo largo del recorrido, va tratando de saciar su curiosidad a través de las preguntas que plantea. Son un puñado de privilegiados y privilegiadas que han podido visitar el refugio antiaéreo del Paseo de Germanías, el único abierto de los trece que se construyeron durante la guerra civil en Elche. 

Los escalones del tramo final del refugio del Paseo de Germanías, que tiene la salida en la parte que da al Asilo.

Los escalones del tramo final del refugio del Paseo de Germanías, que tiene la salida en la parte que da al Asilo. / Áxel Álvarez

Desde el 11 de abril han pasado por el espacio 340 personas, pese a que hay que apuntarse previamente, y, cuando además, ya no hay fechas para lo que queda de mayo

Solo por las mañanas

Privilegiados y privilegiadas porque, en este primer mes en el que ha permanecido abierto, sólo se puede acceder de lunes a viernes, 10 a 13.30 horas, previa reserva a través de la web municipal https://www.elche.es/refugio-no1-del-paseo-de-germanias/. Eso ha llevado a que, a lo largo de estas últimas semanas, haya personas que han cuestionado que sea accesible -desde el punto de vista de los horarios- al público en general, y que haya habido peticiones en el sentido de que se abra por las tardes y los fines de semana, e incluso que se puedan concertar visitas con los centros educativos. Una reivindicación que también ha llegado al Ayuntamiento, hasta el extremo de que la propia concejal de Cultura, Irene Ruiz, admite que ya están tanteando las posibilidades que tienen para que estas peticiones puedan ser una realidad en pasar en verano. De lo que se trata es de aprovechar estos meses para evaluar cuál es la respuesta ciudadana y, a partir de ahí, ver cómo encaja la ampliación de días y horas, así como las excursiones de los centros educativos. Una respuesta que, de momento, a juzgar por los datos, no parece en absoluto mala. Tanto que desde el 11 de abril han pasado por el espacio 340 personas, pese a que hay que apuntarse previamente, y, cuando además, ya no hay fechas para lo que queda de mayo. Habría que irse a junio para encontrar hueco.

¿Cómo es el interior?

Ahora bien, ¿cómo es el interior de refugio? El itinerario dura aproximadamente unos 30 minutos y los visitantes van acompañados de dos técnicos municipales que, al final, para hacer más ameno el recorrido van comentando algunos aspectos relacionados con la construcción y respondiendo a las cuestiones que plantean los visitantes. Eso sí, como se deja claro en la cartelería y ellos mismos comentan, pese a que los refugios estuvieron destinados a la protección de la población civil ante posibles ataques aéreos, nunca llegaron a ser utilizados. En Elche, al contrario que en Alicante o en Torrevieja, no llegó a haber bombardeos.

La maqueta que reproduce el Paseo de Germanías, con una de las galerías cerradas al paso al fondo.

La maqueta que reproduce el Paseo de Germanías, con una de las galerías cerradas al paso al fondo. / Áxel Álvarez

La tragedia de El Raval en 1955

Hay maquetas, carteles informativos e incluso fotografías a tamaño real de los operarios que trabajaron en el proyecto de consolidación y revestimiento de las galerías del refugio número 3 en los años cincuenta del siglo pasado, tras el hundimiento del de El Raval que acabó costándole la vida a cuatro jóvenes, en un accidente del que esta misma semana, el pasado 14 de mayo, se han cumplido 70 años.

Doble H

La infraestructura del Paseo de Germanías está conformada por unos pasillos largos paralelos que forman una doble H y, originariamente, se plantearon tres accesos, aunque sólo se terminaron dos, que son los que se han recuperado para las visitas al público. De hecho, fue en 1938 cuando el Comité Local de Defensa Pasiva de Elche avaló la construcción de estos refugios, la mayoría cerca de las fábricas que en ese momento se habían reconvertido y estaban enfocadas a la industria bélica por las necesidades del momento, aunque también hubo otros en los barrios. Sin embargo, en todos los casos -hay trece refugios antiaéreos- se construyeron manualmente, con una mano de obra poco especializada -la guerra seguía y la prioridad estaba en el frente- y con unos recursos muy limitados, lo que explica el hundimiento de la plaza de El Raval en 1955.

Una de las imágenes que se reproducen a tamaño natural, con el suelo tal y como estaba antes de la intervención.

Una de las imágenes que se reproducen a tamaño natural, con el suelo tal y como estaba antes de la intervención. / Áxel Álvarez

El suelo original era de tierra apisonada y paredes de mampuesto, que serían revestidas de hormigón en los años cincuenta

El más complejo

Ahora bien, en el folleto que se entrega al inicio de la visita se deja claro que, «de todos los refugios antiaéreos urbanos de Elche, el refugio número 1 del Paseo de Germanías es el más complejo arquitectónicamente», en alusión a los dos largos pasillos paralelos unidos por cuatro pasillos transversales, a los que se llega tras descender esos 18 metros. En cuanto al suelo original, era de tierra apisonada y paredes de mampuesto, que serían revestidas de hormigón en los años cincuenta. Por su parte, las entradas se resolvieron con grandes bóvedas de ladrillo que cubrían las escaleras, con ladrillo de tejar colocado a sardinel.

Con iluminación

Ahora, para su apertura, se ha enlucido el suelo y se ha incorporado iluminación, junto a las maquetas, y la cartelería y las fotos, que no sólo dan cuenta de algunos detalles de este refugio, también hacen un recorrido por Elche desde la década de los años treinta del siglo pasado hasta los setenta, coincidiendo con la llegada de la democracia, a través de 26 postales. Entre las imágenes, las de la iglesia de El Salvador o La Merced -esta en ruinas- tras el incendio del 20 de febrero de 1936; la nevada de Elche en 1954; o el masivo entierro de los cuatro jóvenes de El Raval en 1955.

Los paneles con fotografías que se han puesto.

Los paneles con fotografías que se han puesto. / Áxel Álvarez

Alguna de las personas echa a faltar una explicación más detallada al margen de los carteles y las fotos

Más explicaciones

Entre los visitantes, Jaime Antón, que vive fuera de Elche pero que aprovechó el viaje para ver a su familia y, de paso, el refugio, destaca la importancia de este tipo de actuaciones para poner en valor el patrimonio, aunque, en el debe, subraya que sería necesaria una explicación más detallada a lo largo de todo el recorrido, más allá de los carteles y las fotos. Una cuestión junto a la de los horarios de las que, asegura la concejal de Cultura, Irene Ruiz, toman nota. Sobre todo porque, como explica, «el objetivo del alcalde, Pablo Ruz, y de este equipo de gobierno es la conservación, puesta en valor y difusión del patrimonio, y eso es lo que se ha querido hacer en el Paseo de Germanías, pero también en el Hort de Pontos, la Casa de la Virgen o el Hort del Gat, para que puedan acceder todos los ilicitanos, y para que sirva de reclamo turístico».

Diferentes nombres y sin eje visual entre el Asilo y el Corazón de Jesús

En la cartelería que hay en el refugio también se habla de la historia del Paseo de Germanías. Situado en El Raval de Santa Teresa, frente al Cuartel de Caballería, esta zona rural conocida como «Las Eras» se urbanizaba por primera vez en 1878. Sin embargo, a lo largo de este tiempo, ha tenido diferentes nombres: Paseo de Cortés, Paseo de la Princesa de Asturias, Paseo de Germanías o Paseo de los Caídos. No se alude al Jardín de la Concordia, que es como ha rebautizado una parte de este espacio el bipartito. Asimismo, se dice que fue escenario de tertulias políticas y acogió las Escuelas Graduadas. El arquitecto y escritor Gaspar Jaén, por su parte, en un artículo publicado en enero en este periódico y titulado «Agermanats, caiguts, neofeixistes», relataba que «el projecte d’eixample de l’enginyer Canales (1924) situà en el plànol d’Elx aquest passeig, ja que el relacionà amb les altres tres places que ordenaven la trama viària (Espanya, Bisbe Siuri i Crevillent, totes de planta circular) i que, unides per bulevars arbrats (carrers de Josep Maria Buck, Capità Antoni Mena i Antonio Machado), conformaven un trapezi que, malgrat la pobresa conceptual del disseny, ha resultat capital com a referència visual en el quadriculat bastant homogeni del nou barri». Añade que «uns anys abans, en dibuixar el plànol del barri de l’Asil (1916), l’arquitecte Coquillat ja havia traçat un eix visual d’unió travessant el Passeig des de l’Asil fins la plaça d’Espanya, on, molt posteriorment, l’arquitecte Serrano Peral construí l’església del Cor de Jesús (1947-1952), amb la qual cosa s’establí una relació visual entre aquests edificis, església i asil». Una relación visual que con la construcción del colegio actual, en los años ochenta, se rompió, desapareciendo una de las dos filas de palmeras, como recuerda Jaén.

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