Veinte desalojados por el derrumbe interior de un edificio histórico en Elche
Los técnicos valoran la demolición "cuanto antes" del inmueble de la Banca Peral, con la fachada y la escalera protegidas, tras inspeccionar el interior

La Policía desaloja un edificio del centro de Elche tras alertar los vecinos de un fuerte estruendo / Áxel Álvarez
Eran las dos de la tarde de este martes en Elche cuando vecinos del número 4 de la calle Desamparados, compuesto por ocho pisos y unos 20 residentes, escucharon a pocos metros de ellos un fuerte estruendo seguido de una especie de caída de cascotes. "Salí al balcón y todo se llenó como de polvo que salía por las ventanas del inmueble de al lado", explicaba una afectada a las puertas de su casa, clausurada por la Policía Local hasta saber si su finca ha resultado afectada o es segura.

Aspecto de la terraza del edificio con un enorme agujero / INFORMACIÓN
El inmueble donde se produjo el derrumbe interior es conocido como el de la Banca Peral porque allí tuvo su origen uno de los primeros negocios bancarios de la ciudad, hace de ello un siglo y medio, de la mano de un joven emprendedor ilicitano, Manuel Peral López, quien ofrecía avales inmobiliarios para la construcción. A las cinco y media de la tarde, aproximadamente, los vecinos habían regresado a sus casas, aunque la zona seguía acotada. Un portavoz municipal dijo que los propietarios procederán al derribo en cuestión de días porque, visto el interior, se hace urgente.

Técnicos y policías, durante la inspección de un inmueble colindante / Áxel Álvarez
El inmueble, que en realidad son dos unidos, y tiene protegida tanto la fachada como la escalera en el Católogo Municipal, está situado en una de las céntricas calles de la ciudad y se sitúa a pocos metros del Ayuntamiento de Elche. Desde ella se ve el arco del edificio consistorial. El imponente edificio, en un privilegiado emplazamiento, fue decayendo con el paso de los años tras su cierre, pese a sus sólidos sillares en la planta baja de la fachada principal, típicos de su etapa de construcción, que le valieron formar parte del patrimonio local. De ahí que sus propietarios actuales intentaran rehabilitarlo porque la demolición era imposible.

En la imagen se observa que se trata de dos edificios unidos / Áxel Álvarez
De hecho, en 2019 obtuvieron la licencia para proceder a su apuntalamiento mientras se decidía cómo acometer su reforma por completo, para lo cual era preciso una costosa tarea en todo el interior que le diera de nuevo vida. Una tarea titánica. Hubo dos proyectos, bien para seis pisos de lujo o como inmueble de alquiler para estudiantes. El apuntalamiento era una medida de seguridad después del mal estado que presentaba y por las denuncias de vecinos y asociaciones proteccionistas del patrimonio. Los que eran sus propietarios desde hacía ya 15 años se pararon con el proyecto coincidiendo con la llegada del covid.

Vecinos desalojados junto al edificio de la Banca Peral / Áxel Álvarez
Técnicos del Ayuntamiento de Elche se desplazaron a la calle Desamparados minutos más tarde tras ser solicitada su presencia desde el área de Urbanismo, mientras agentes de la Policía Local procedían al desalojo ordenado de los vecinos del inmueble colidante, que avanzada la tarde seguían en la calle sin saber nada.

Un policía local frente a la fachada del edificio en Elche / Áxel Álvarez
"Me he dejado la mesa puesta y estamos sin comer", afirmaba un afectado, aún con el susto en el cuerpo, pero tranquilo de que todo haya quedado en nada. No hubo heridos, pero la calle se cerró al tráfico de peatones y solo se permitía acceder al inmueble número 3, frente al siniestrado, a través de un cordón y con autorización policial.

Una imagen de 2019 en la que se observa el estado de degradación que presentaba el inmueble / Antonio Amorós
Inspección
Los técnicos municipales aseguraron a los vecinos del inmueble colindante que el edificio histórico, tras una primera inspección, no era seguro y que se debía proceder a una demolición "cuanto antes". Estos, con cascos de protección, revisaron el inmueble de la propia Banca Peral y otros edificios colidantes para ver si habían sufrido algún tipo de daño. Se abrió incluso un antiguo local que llevaba años cerrado para constatar el alcance del derrumbe. Las dos fincas de la antigua Banca Peral contiguas se encuentran en un abandono desde hace años; de hecho, durante años la puerta llegó a estar abierta y se clausuró para evitar el acceso de okupas. Pasadas las cinco y media de la tarde, se permitió a los vecinos volver a sus casas, aunque con la advertencia de salir corriendo de nuevo si volvían a escuchar derrumbes. El Ayuntamiento tendrá que darle una solución urgente a este problema que recuerda lo vivido en abril en el barrio de San Antón.
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