El acueducto centenario de Elche se desmorona entre grietas, basura y abandono

La histórica obra hidráulica, que data de 1923, sigue sin protección ni mantenimiento, pese al interés por declararlo BIC hace siete años

Grietas, basura y pintadas: este es el estado que presenta el acueducto centenario de Elche

Grietas, basura y pintadas: este es el estado que presenta el acueducto de Riegos de Levante de Elche / Áxel Álvarez

El histórico acueducto de Riegos de Levante, una de las infraestructuras hidráulicas más emblemáticas de Elche, se encuentra hoy en su peor estado de conservación. Lo que antaño fue símbolo del desarrollo agrícola del Camp d’Elx, sobrevive entre escombros, grietas abiertas y montones de basura, a pesar de que en 2018 el pleno municipal aprobó impulsar su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC), a propuesta de Compromís. A día de hoy, el deterioro avanza sin freno en este acueducto que data de 1923 y que está situado bajo el puente de la Generalitat.

Se desploma cascote a cascote, piedra a piedra. Y no se toman medidas. El paso del tiempo no ha hecho sino agravar el abandono de esta construcción, propiedad de Riegos de Levante, de la que este periódico, en 2022, ya alertaba del riesgo de ruina que tenía. Tres años después, la situación es aún más alarmante. La estructura presenta grietas tan profundas que en algunas cabe un puño. Los arcos, antaño robustos y elegantes, acusan la erosión, y la maleza ha comenzado a trepar por la piedra como un síntoma más del olvido. A su vez, en los ojos más cerrados del puente, en uno y otro extremo, los asentamientos temporales se suceden con relativa frecuencia. Hay "escondites" llenos de enseres, botellas y numerosos plásticos y otros residuos.

Escudos destrozados y basura acumulada

Uno de los elementos más significativos del acueducto eran sus cuatro escudos ornamentales, vestigios de una época en la que estas obras públicas se cuidaban y lucían con orgullo. Hoy, casi no queda rastro reconocible de ellos: están fracturados, desdibujados, algunos literalmente deshechos por la intemperie, el efecto del sol, pero también por el vandalismo.

El entorno, lejos de ofrecer una imagen digna de un bien patrimonial, se ha convertido en un auténtico vertedero. A los restos habituales de botellones y fiestas nocturnas, se suman ahora muebles abandonados, colchones, electrodomésticos viejos, sillas y otros enseres. La basura se amontona sin control, mientras el acueducto permanece en segundo plano, invisible para quienes deberían protegerlo.

Sin plan de actuación ni calendario municipal

El acueducto fue construido hace más de cien años para canalizar el agua de riego hacia el campo ilicitano, y representa un capítulo clave del pasado agrícola de la ciudad. Sin embargo, a pesar de su valor histórico, el Ayuntamiento no ha puesto en marcha ningún plan de conservación, restauración ni vigilancia. En su momento fue vallado para evitar peligro. Hoy en día no hay ni vallas.

En 2018, con el apoyo del pleno municipal, se acordó impulsar la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC). Siete años después, esa propuesta duerme en un cajón. No existe expediente abierto, ni trámites avanzados, ni comunicación alguna al respecto desde el Consell, según reconocen fuentes municipales.

La indignación vecinal crece

Vecinos de la zona, así como asociaciones patrimoniales locales, han reiterado sus demandas a lo largo de estos años. Piden no solo que se recupere y consolide la estructura, sino que se limpie la zona y se le dé visibilidad como espacio histórico. Sin embargo, las quejas no obtienen respuesta.

Es un símbolo de lo que fuimos y lo estamos dejando morir”, lamenta una vecina que recuerda cómo de niña jugaba cerca del acueducto. El abandono evidente y el incivismo están condenando este monumento centenario a una desaparición lenta e indigna.

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