ANÁLISIS ELCHE: Las incoherencias de Pablo Ruz y su equipo

El alcalde anunciaba hace 15 meses un inventario de inmuebles con valor patrimonial, pero, tras el desmoronamiento del techo de la Banca Peral, el edil de Estrategia Urbana asegura que "no hay recursos para poder para hacer revisiones de propiedades privadas"

La Policía desaloja un edificio del centro de Elche tras alertar los vecinos de un fuerte estruendo

La Policía desaloja un edificio del centro de Elche tras alertar los vecinos de un fuerte estruendo / Áxel Álvarez

María Pomares

María Pomares

El alcalde de Elche, Pablo Ruz, anunciaba hace ahora justo 15 meses la puesta en marcha de un inventario de inmuebles con valor histórico y patrimonial para garantizar su protección. Todo con una máxima clara: más rehabilitaciones y menos derribos. Incluso llegado el caso, para lograr las cero demoliciones. Se pretendía, o eso se dijo, dar un mínimo de salvaguarda a esos edificios a expensas de que se aprobara el catálogo de protecciones de Elche

El origen

Una idea que nacía -o se vendía- después de que entrara en el Ayuntamiento el proyecto para derruir el edificio situado en el número 10 del Carrer Ample y, de este modo, construir once viviendas, trastero, local comercial y hasta un aparcamiento en una zona totalmente peatonalizada. Todo eso, a la sazón, llevó aparejado que, días más tarde, el alcalde, secundado por el vicealcalde y concejal de Estrategia Urbana, Francisco Soler, y el arquitecto municipal Julio Sagasta se hicieran la foto en algunas de las calles donde había construcciones que, a su juicio, eran merecedoras de esa protección.

El edificio situado en el Carrer Ample donde se construirá un nuevo inmueble.

El edificio situado en el Carrer Ample donde se quería construir un nuevo inmueble. / Áxel Álvarez

De las 77 edificaciones incluidas en el inventario a la Banca Peral

El Ejecutivo local, a finales del año pasado, situaba en 77 las edificaciones incorporadas en esa primera fase al inventario de fachadas históricas de Elche, aunque la idea era seguir sumando más, no sólo del centro histórico, también de otros barrios y del Camp d'Elx.

Sin embargo, viendo lo ocurrido esta misma semana con el edificio de la antigua Banca Peral, de propiedad privada, aunque con la fachada y la escalera protegidas, las incógnitas que se abren son muchas y preocupantes. Más cuando el propio Francisco Soler dijo este mismo jueves que la Administración local no tiene capacidad para velar por la integridad de esos inmuebles protegidos, que "no tiene recursos para poder para empezar a hacer revisiones de propiedades privadas", según señaló literalmente. Vamos, que no hay dinero para esto y los propietarios tienen carta blanca, o eso es lo que se puede interpretar de sus palabras.

Sirve de algo

¿De qué vale proteger edificios si luego no se hace nada? Ilustrativo es el caso de la Banca Peral, que cierto es que viene de lejos. Hasta el extremo de que en 2019 -con el PSOE y Compromís en el Ejecutivo local- se decretó que debía apuntalarse con vigas de arriba abajo y bloques de hormigón. No se hizo nada, no hubo control, ni con el anterior equipo de gobierno ni con el actual, y ahora la desaparición del inmueble es un hecho tras el desmoronamiento de una parte del techo.

¿Se están anunciando, prometiendo y decretando, pues, cosas desde el más profundo desconocimiento de la Administración por parte de los que son nuestros actuales gestores municipales -y también de los anteriores-?

En 2019 -con el PSOE y Compromís en el Ejecutivo local- se decretó que debía apuntalarse el edificio, pero no se hizo nada

"Injerencias"

Peor aún: ¿Todo vale por una foto, un corte de voz o un reel y se habla de determinadas cuestiones aún a sabiendas de que no se van a cumplir?

¿Se pone poco celo en ciertas protecciones patrimoniales porque directamente se considera que no tienen valor?

En un momento en el que se están cuestionando las "injerencias" de Cultura por ser un freno al desarrollo de Elche y cuando el propio regidor ilicitano, en una entrevista en este mismo periódico, dijo el pasado mes de marzo que "estamos ultimando un proyecto de modificación de la ley, porque Elche no necesita que Cultura nos tutele", en alusión a la Ley de Palmeral, ¿podemos estar tranquilos en manos de una administración que no tiene medios suficientes para velar por nuestro patrimonio? ¿No acabaremos dejando también caer las palmeras para que no sean un impedimento si tenemos que depender solo del Ayuntamiento?

¿Recursos?

¿Es un problema de recursos? Cuesta entonces entender por qué se renuevan farolas prácticamente recién puestas, se sustituyen los bancos de madera del Salón de Plenos por sillas doradas, o semana sí y semana también se cambian las flores de los parterres del centro -y aquí es importante lo del centro, porque los de los parques de algunos barrios hacen mucho que son un secarral-, sin que nadie haya hecho un estudio sobre la idoneidad de qué especies es mejor plantar en una ciudad que cada vez sufre más días al año temperaturas de 40 grados a la sobra.

¿De qué nos valdrán las flores y las luces como reclamo turístico si acabamos perdiendo nuestra historia y nuestra memoria, y Elche se convierte en un copia y pega de tantas otras ciudades españolas?

¿Es desidia y dejadez, o hay otros intereses? Sobre todo cuando hace algún que otro lustro ya el Ayuntamiento intentó comprar la Banca Peral sin éxito, y las cosas han acabado como ha acabado.

Imagen de la Banca Peral que aparece en la "Guia Provisional d'Arquitectura d'Elx", de Gaspar Jaén editada por el Colegio de Arquitectos de Alicante en 1978.

Imagen de la Banca Peral que aparece en la "Guia Provisional d'Arquitectura d'Elx", de Gaspar Jaén editada por el Colegio de Arquitectos de Alicante en 1978. / Gaspar Jaén i Urban

En mayo de 2024 se convocó un pleno extraordinario por los desprendimientos de Santa María y no ha habido movimientos públicos desde entonces

Pleno extraordinario sin recorrido

Más allá de la respuesta que cada cual encuentre a esas preguntas, el denominador común probablemente es que todas ponen en evidencia las incoherencias de Pablo Ruz y su equipo. También la de muchos de los que precedieron en la Plaça de Baix, es verdad, pero eso no es excusa para que de una vez por todas no se puedan hacer las cosas bien sin pensar solo en clave de votos, y sin refugiarse en todo lo mal que hicieron otros antes. Y el de la Banca Peral no es el único caso en este mandato. Basta recordar la premura con la que se convocó un pleno extraordinario cuando en mayo de 2024 el desprendimiento de elementos ornamentales obligó a vallar primero la Puerta Mayor de la basílica de Santa María y, posteriormente, a instalar una malla de protección para evitar la caída de más cascotes, sin que hasta la fecha se haya producido avance alguno en este sentido. Todo lo contrario: ha habido pronunciamientos en la línea de que el templo en el que se representa el Misteri d’Elx, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y que se encuentra invadido por redes, “no se va a caer mañana”. Pleno extraordinario que, por otra parte, aunque sólo se indemnice a los concejales sin dedicación exclusiva, se acaba pagando del bolsillo de todos los ilicitanos e ilicitanas, por lo que es más grave que se celebre una sesión urgente sin una traducción práctica un año más tarde. Visto lo visto, se podría haber abordado en un pleno ordinario sin tanto boato.

Situación que viene de años atrás

El problema es que la situación no es nueva. La historia siempre se repite en Elche, da igual el color, da igual si es la derecha o la izquierda. Ahí están la Casa de Gómez; Villa Carmen, en el Camí del Gat; la Torre Estaña, en Atzavares, con protección BIC y totalmente derruida al desentenderse los propietarios; la fachada de Riegos El Progreso, donde tuvo que entrar Cultura -sí, Cultura, la de las injerencias- y más tarde los tribunales; Almacenes Parreño, en la calle Salvador, que acabaron derribados, o la Banca Peral ahora, muchas de ellas ya incluidas en el primer estudio que hizo el arquitecto Gaspar Jaén en 1978 y que acabaría materializándose en el Catálogo de 1982. Solo son unos pocos ejemplos de los muchos que hay en una ciudad en la que con una mano se pide la Dama de Elche -aunque ahora sea de forma temporal- y con la otra se tiran edificios con valor histórico, patrimonial o sentimental, o directamente se dejan que caigan por sí solos. Importante es recordar que tanto la fachada como la escalera de la Banca Peral estaban protegidas, pero parece que de la escalera ya no quedaba ni rastro.

En la imagen se observa que se trata de dos edificios unidos

Una imagen de la Banca Peral, donde se observa que se trata de dos edificios unidos. / Áxel Álvarez

Tanto la fachada como la escalera de la Banca Peral estaban protegidas, pero parece que de la escalera ya no quedaba ni rastro

¿Patrimonio en serio?

¿Conseguiremos que, por fin, alguno de nuestros gobernantes se tome en serio el patrimonio? Es incomprensible que algunos se den golpecitos en el pecho por lo mucho que quieren a Elche y sigan acabando -por acción o por omisión- con nuestra historia y nuestra memoria. La destrucción del patrimonio viene de largo, cierto. De los polvos de otras corporaciones vienen los lodos en esta. Sería injusto hacer recaer toda la responsabilidad solo en este ejecutivo, pero ahora quien gobierna son Ruz y los suyos, y es a ellos a los que hay que pedirles cuentas en estos momentos. Decir que se defiende el patrimonio mientras hay que decretar el estado de ruina de la Banca Peral es una incoherencia, por no haber hecho hasta ahora. Tampoco se puede vivir el resto del mandato de la renta desde el punto de vista del patrimonio de haber comprado el edificio de Nuevos Riegos El Progreso, porque las farolas y las flores lucen más que un puñado de piedras a la hora de invertir. Gaspar Jaén cita mucho esos versos de Antonio Gamoneda de "Arden las pérdidas". Estaría bien que algún día en la Plaça de Baix tomaran nota de eso y asumieran que "arden las pérdidas".

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