Patrimonio
El derribo de la Banca Peral en Elche salvará los balcones y debe estar listo antes de un mes
La complejidad y fragilidad del edificio obligan a reforzar las medidas de seguridad y a trabajar fines de semana

El derribo de la Banca Peral en Elche / Matías Segarra
Los trabajos para demoler el edificio de la Banca Peral, en la calle Desamparados, comenzaron a última hora de este viernes con los preparativos por parte de la empresa, que tiene previsto trabajar sábados y domingos porque el plazo máximo para echar abajo el inmueble es de un mes, aunque los responsables municipales esperan que se concluya mucho antes tras el decreto de ruina inminente. Entre otros motivos, porque a los vecinos del bloque colindante, que suman a ocho familias y a unas 20 personas, que fueron desalojados mediante una carta certificada que tuvieron que firmar entre el jueves y el viernes al mediodía, se les ha informado que a priori podrán regresar en el plazo de una semana.
Una pareja de la Policía Local custodia el inmueble desde que el miércoles al mediodía los vecinos del bloque colindante oyeran un derrumbe interior, supuestamente desde el tejado, pues una parte se vino abajo. Los agentes tendrán que redoblar la vigilancia más si cabe porque solo los vecinos del inmueble número 3, frente a la Banca Peral, tienen acceso a la vía; el resto de ciudadanos debe bordear la calle, que está cerrada, por las colindantes. Aunque la mayoría de vecinos decidió el mismo jueves marcharse porque tenían familiares o amigos que los podían acoger, algunos fueron autorizados a regresar este viernes a sus casas para recoger objetos de valor y ropa para, a priori, una semana fuera de casa.

Aspecto de la terraza del edificio con un enorme agujero / INFORMACIÓN
La lluvia impidió que entre las tres y las cinco de la tarde, como se informó por el equipo de gobierno, comenzaran los trabajos. Durante la tarde estaba previsto retirar el cableado que pasa por toda la fachada y poco más, pero un paso necesario para que pueda comenzar a trabajar los obreros y las máquinas. Este sábado se quiere desmontar los balcones de la fachada, el único elemento que se salvará y aunque no estén protegidos. Sí lo está la propia fachada en sí, de sillares de piedra, y la escalera interior que, como explicó el jueves el concejal de Urbanismo, Francisco Soler, había desaparecido hace años.

Una máquina apoyará los trabajos de retirada de los balcones a partir de este sábado / Matías Segarra / Mat
Fachada
Perder por tanto la fachada, que es fácilmente reproducible según fuentes municipales consultadas por este diario, es lo menos importante en estos momentos. Lo urgente es proceder al derribo cuanto antes; de hecho, se ha ido acortando los plazos entre la jornada del jueves y la de este viernes. El hecho de que hace seis años ya se instara a colocar puntales en el interior, después de que así lo determinaran los servicios técnicos, demuestra lo avanzado que estaba el deterioro del edificio que se ha declarado «ruina inminente», expediente que ha servido no solo para agilizar los plazos sino para proceder al desalojo de los vecinos. Poco se sabe cómo se llevarán a cabo los trabajos por parte de los propietarios, que lo han asumido de buen grado porque hace ya seis años plantearon la rehabilitación del señorial y centenario inmueble. Proyecto que estaba paralizado sin que se conozcan los motivos. Lo cierto y verdad es que los trabajos irán desde arriba hacia abajo y que se harán con todas las medidas de seguridad posibles, desescombrando a mano, al menos durante los primeros días, porque no existen garantías de que se puedan producir nuevos derrumbes.

Policías Locales frente al edificio de la Banca Peral y los balcones que está previsto salvar del derribo / Matías Segarra
Vecinos
Todo ello es lo que puede retrasar la demolición, pero no cabe otra vista la situación. De ahí que se vaya a trabajar incluso fines de semana para no superar los plazos dados por el departamento municipal de Urbanismo. Y en medio de todo ello están los vecinos que, consultados por INFORMACIÓN, se extrañaron de que la autorización de derribo pueda ser por un mes. «Cuando nos dijo el Ayuntamiento de Elche que teníamos que marcharnos nos dijo que podríamos volver en un plazo máximo de una semana», explicó uno de ellos. Es probable que, cuando las tareas más peligrosas concluyan y no exista riesgo, puedan volver a sus casas mientras continúa adelante la demolición.

Un vecino de un edificio colindante al de la Banca Peral, cargando su vehículo con enseres este viernes por la mañana tras el desalojo acordado / Matías Segarra
Seguridad
Los ilicitanos y visitantes tendrán que acostumbrarse a ver durante las próximas jornadas un trasiego de obreros y maquinaria a poco más de 50 metros de la céntrica Plaça de Baix, polvo y ruido de mañana y tarde hasta que se ponga fin al histórico edificio de la Banca Peral. Durante el mes de junio está prevista la demolición de otro edificio en ruinas, en este caso en la calle Salvador, que lleva más de un mes con redes por seguridad. El edil de Urbanismo exigió el jueves a los propietarios que asuman su responsabilidad en el mantenimiento y recordaron que no es una competencia municipal ni existen fondos para el control exhaustivo del estado de conservación.
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