Las playas de Elche, blindadas del fuego y el botellón con perros y drones

Una de las veladas más especiales del año en la que cada ayuntamiento deja tres postales diferentes: del no rotundo a las hogueras a acotarlas o incluso animar para que las llamas se aviven. La celebración de la Noche de San Juan se vive este 23 de junio con mucha intensidad en la costa sur alicantina, y por lo general, se registra más afluencia en la parte del litoral que sí permite el fuego, lo que de alguna manera evidencia que la tradición, ciertamente romántica, sigue pesando pese al blindaje cada vez más imperante de las administraciones para proteger el entorno natural. 

En Elche, al igual que en Guardamar, Pilar de la Horadada y Orihuela, la postura fue clara: ningún fuego, ninguna excepción. El Ayuntamiento ilicitano ha cerrado todas sus playas —Arenales del Sol, El Altet, Carabassí, La Marina y El Pinet— desde las 19 horas con un amplio operativo de 60 agentes de la Policía Local, vigilancia aérea, unidad canina y controles en los accesos.

Troncos

Aunque estaba previsto que el operativo arrancase a las 16 horas, fue sobre las 20 horas cuando se cortó el camino del Cabo desde el Clot y los controles se acentuaron conforme fue cayendo la tarde para impedir que nadie entrase a la arena con troncos y otros objetos susceptibles de formar una fogata, con lo que se prestó mucha atención a los maleteros de los vehículos ya que quienes contraviniesen las normas en este sentido se enfrentaron a sanciones de hasta 750 euros, así como los que iban con la idea de hacer botellón, con lo que hubo blindaje total a introducir vidrio en el litoral. 

La decisión municipal, amparada en la necesidad de proteger el ecosistema dunar y evitar restos peligrosos en la arena, se ha consolidado ya como una política firme en los últimos años que se aplicó por primera vez en los pasados mandatos de PSOE y Compromís y ha continuado PP y Vox. Esta prohibición provocó que hubiera muchos ilicitanos y visitantes que extendieran la jornada playera desde las horas centrales de sol hasta la noche, ya que no tenían que volver a casa para equiparse con leña. 

En la pasada edición ya ocurrió que el hecho de que el litoral se viese más apagado repelió grandes concentraciones de personas hasta altas horas de la madrugada, salvo escasos grupos que seguían bajo el reflejo de la luna y apoyados de luces con pilas, un contexto que podría volver a repetirse.  

Limpieza

Para que las playas vuelvan a la normalidad, se espera que una veintena de operarios se afanen antes de que salga el sol para limpiar los accesos y paseos.

Santa Pola ha vuelto a apostar por la fórmula mixta con dos espacios acotados en Playa de Levante y Gran Playa para permitir hogueras bajo condiciones estrictas. Las zonas habilitadas para este uso están más masificadas que las libres de fuego. Para que no se produzcan incumplimientos, la Policía Local y la Guardia Civil vigilan que nadie cocine en el fuego, consuma alcohol y clave objetos metálicos o vidrios en la arena. Quedan también vetados los petardos y farolillos voladores. 

Torrevieja

 Torrevieja, sin embargo, vuelve a optar por facilitar la tradición: no solo se permiten las hogueras en sus playas, sino que el propio Ayuntamiento distribuyó 15 toneladas de madera para alimentar el fuego en los arenales de La Mata, El Cura, Los Locos y Los Náufragos, que se han acondicionado con puntos vigilados y normas de seguridad básicas, pero con el espíritu de mantener la celebración intacta.

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