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Dana Alice

La carretera de Santa Pola vuelve a inundarse en Elche: “El colector es insuficiente”

El “parche” financiado por el Ayuntamiento ante la inacción de la Confederación del Segura no logra solventar la acumulación de agua en el entorno de la Venta Durá

El eterno problema de las inundaciones en la carretera Elche-Santa Pola se repite

V. L. Deltell

V. L. Deltell

Las lluvias registradas este jueves y viernes en Elche han vuelto a poner en evidencia las carencias del sistema de drenaje en el entorno de la carretera de Santa Pola (CV-865), a la altura del restaurante Venta Durá. A pesar de las obras ejecutadas hace un año por el Ayuntamiento para mitigar las inundaciones históricas de esta zona, el propietario del establecimiento, Francisco Durá, asegura que el problema persiste y que el colector instalado como “solución provisional” es claramente insuficiente.

“El colector es insuficiente, seguimos encharcados cada vez que llueve un poco. En cuanto caen 20 o 25 litros, tenemos el agua en la puerta”, lamenta Durá, que regenta el conocido restaurante situado a la entrada del Camp d’Elx.

Una acción insuficiente

El Ayuntamiento de Elche invirtió en 2024 cerca de 120.000 euros en la instalación de una conducción para dirigir las aguas pluviales al canal de Riegos de Levante y levantar un murete de contención frente al barranco de San Antón. La actuación, concebida como un “parche temporal”, se planteó para aliviar los episodios de anegaciones hasta que el Ministerio para la Transición Ecológica y la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) ejecuten el prometido tanque de tormenta.

Sin embargo, el alivio ha sido limitado. “Sí, ha mejorado algo, pero muy poco. En cuanto llueve, el agua baja con barro y fuerza desde la zona del campo de fútbol, Porcelanosa o Kelme, y todo acaba aquí. El barranco está limpio ahora, pero no da abasto. Si cae más lluvia, esto es un peligro”, explica Durá.

“Si llueven 100 litros, será una catástrofe”

El empresario recuerda que la situación se ha agravado con el desarrollo urbanístico de las últimas dos décadas, especialmente en el entorno del campo de fútbol y la antigua Porcelanosa. “Hace 17 años esto no pasaba. Ahora, con cualquier chaparrón, tenemos un metro de agua. Esta vez me llegaba por la rodilla. Si un día caen 100 litros, será una catástrofe”, advierte.

Según detalla, alrededor de 150 familias del entorno de Atzavares se ven afectadas directa o indirectamente por las acumulaciones de agua. “Hay gente mayor que, cuando empieza a llover, coge el coche y se sube a Elche por miedo a quedarse atrapada. No podemos vivir así”, denuncia.

Falta de coordinación

Durá también señala la falta de coordinación entre administraciones. “El Ayuntamiento hace lo que puede, pero dice que no es su competencia. La Confederación no actúa, y mientras tanto nosotros seguimos igual. Si no nos escuchan a los que vivimos aquí, seguirán tirando el dinero sin solucionar el problema”, critica.

El propietario recuerda que ya en su día se presupuestaron varios tanques de tormenta para esta zona, con un coste estimado de entre seis y siete millones de euros, pero el proyecto sigue sin materializarse. “Llevamos oyendo hablar de eso desde hace años. Si se hiciera, acabarían las avenidas de agua. Pero aquí siempre se queda en promesas”, apunta.

Las previsiones de lluvia mantienen siempre en alerta a los residentes del entorno de la CV-865, que temen que las precipitaciones puedan convertir en un río la carretera de Santa Pola.

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