La presentación esta semana del Plan de Acción Comercial (PAC) de Elda ha generado ya las más diversas opiniones entre los vecinos y comerciantes de las cuatro calles afectadas por su próxima remodelación, siendo el tráfico y el aparcamiento el punto que prácticamente todos convergen en señalar como elemento conflictivo, principalmente durante obras que comenzarán presumiblemente la próxima semana.

La primera calle que comenzará a transformarse será Poeta Zorrilla, una vía que ha visto incrementada su actividad en el último año con la apertura de varios establecimientos nuevos. La primera reacción de una de las comerciantes de la zona es de rechazo. La retirada de la Zona Azul ya costó, en palabras de la empresaria, un descenso en el número de clientes que vienen de fuera del municipio. "Si tienen confianza, llaman y dicen que les saquemos el pedido a la calle porque llevan más de quince minutos buscando aparcamiento, pero así no es como queremos atenderles". No obstante, pese a la permanente eliminación de las plazas libres que supone el PAC, otros comerciantes están dispuestos a "sufrir" las obras a cambio del prometido resultado final, unas vías totalmente cambiadas, con más iluminación y espacio para pasear. En opinión de un comerciante de la calle Juan Carlos I, las obras "son un engorro, pero si nos dejan las calles bonitas la gente cogerá menos el coche y vendrá al centro". La asociación Comercio Eldense Asociado, que aglutina a más locales del centro, no se ha pronunciado oficialmente sobre el Plan.

Pese a la cercanía de cinco aparcamientos subterráneos cercanos, Mercado Central, Gran Avenida, Plaza del Zapatero y Plaza Mayor, la opinión generalizada entre los vecinos es que la "cultura del coche" que se da en la localidad únicamente conseguirá saturar aún más las calles adyacentes que todavía conserven sus plazas de aparcamiento. Las dificultades ya existentes en calles como Hilarión Eslava o José María Pemán inquietan a muchos de los habitantes. "Yo puedo dejar el coche en mi plaza privada sin problemas, pero si me vienen a visitar, lo vamos a sufrir", comentaba Jaime, un vecino de la Hilarión Eslava a finales de esta semana. Algunos hosteleros de la zona, por su parte, se muestran más reticentes a la remodelación final. Aunque están previstas varias zonas de carga y descarga en el nuevo modelo de calle, algunos, como un hostelero de Antonino Vera, temen que se formen graves atascos si se juntan dos camiones de proveedores en la misma zona a la misma hora. "Si se juntan mi proveedor con el del bar de ahí cerca, casi seguro que habrá lio".