La obra se realizó durante la Guerra Civil para proteger a la población de los temidos bombardeos. Durante la contienda se instalaron en Novelda varias fábricas de armamento para las tropas republicanas, lo que convertía a esta ciudad en un objetivo militar prioritario del ejército nacional.

El hallazgo, el primero de estas características del que se tiene constancia en el municipio, va a ser documentado por la arqueóloga municipal, Concha Navarro, pero será posteriormente tapado para que puedan continuar las obras en la Plaça Vella, calle Emilio Castelar y adyacentes.

Fueron los operarios quienes descubrieron la entrada al refugio de forma casual al abrir una zanja. Minutos después la arqueóloga realizaba los primeros estudios mientras una pala extraía la tierra. El túnel tenía unos 70 metros de longitud por 2 de ancho, rodeaba todo el Ayuntamiento y contaba con otras dos bocas de entrada.