Una colmena de abejas ha abandonado el apacible campo para mudarse a la bulliciosa ciudad buscando acomodo en el balcón de un cuarto piso con unas bonitas vistas al casco urbano de Sax. La "mudanza" se realizó lentamente y con mucha discreción. Fue en la pasada primavera cuando los propietarios del piso más alto del edificio Fleming, que precisamente domina la calle Doctor Fleming, comenzaron a percatarse de la presencia de los laboriosos insectos merodeando por el balcón. Entraban y salían sin molestar por un minúsculo agujero situado entre la escayola y la bovedilla del techo.

Ni Justo Pérez ni Antonia Pérez podían imaginarse en esos momentos que un enjambre de más de 6.000 abejas terminarían construyendo allí una enorme fábrica de miel, su colmena, siguiendo las caprichosas órdenes de su reina.

Pero llegado el verano la situación dejó de ser anecdótica para convertirse en peligrosa. Ni la puerta del balcón ni las ventanas de la casa podían permanecer abiertas porque las abejas más intrépidas se colaban en el interior y amenazaban con usar su temido aguijón.

Los propietarios del piso esperaron a que bajaran las temperaturas con la esperanza de que se trasladaran a un "apartamento" más cálido pero, viendo que los peligrosos inquilinos no se marchaban, decidieron pedir finalmente ayuda al Ayuntamiento de Sax. Al día siguiente dos agentes de la Policía Local comprobaban el alcance del problema y dieron parte al Parque Comarcal de Bomberos de Elda. En menos de 24 horas, osea ayer, dos bomberos se dirigieron a la vivienda para "ayudar" a las abejas a mudarse de casa. Rompieron para ello la escayola del balcón y extrajeron las larvas y la reina barriéndolas cuidadosamente con un cepillo. Una vez metidas en el cajón de apicultor y depositado éste en la azotea del edificio las obreras fueron trasladando la miel del panal hasta su nueva casa "prefabricada". La operación Abeja acabó a las tres de la tarde y a las once de la noche los bomberos regresaron a Sax para llevarse la caja donde ya se había metido la mayoría con el triple objetivo de rendir pleitesía a la reina, alimentar a sus larvas y resguardarse del frío.

Tras el desalojo forzoso la colmena urbana vuelve hoy al campo.