Madre e hija del clan de La Rubia fueron detenidas al mediodía de ayer por la Guardia Civil de Villena en el marginal barrio de San Francisco de Asís, al que se conoce popularmente en la localidad como "El Poblao". Las dos arrestadas, de 68 y 24 años, serán trasladadas esta misma mañana al Juzgado de Villena. Tendrán que responder ante la juez por un delito de tráfico de drogas y otro de receptación de objetos robados.

En la operación participaron 40 agentes del cuartel de la Guardia Civil de Villena, de la Unidad de Seguridad Ciudadana (Usecic) y del grupo Cinológico de Alicante. Mientras varios de ellos, con los rostros ocultos en pasamontañas para no ser reconocidos, realizaban un minucioso registro en dos viviendas unifamiliares del Bloque H, perros adiestrados en la detección de drogas marcaban los puntos exactos donde el examen se hacía más minucioso. Previamente el resto del contingente, en el que había guardias provistos de material antidisturbio y chalecos antibala, había cortado varias calles de "El Poblao" impidiendo la salida o entrada de vehículos o personas en la zona de intervención. El operativo se prolongó por espacio de tres horas, entre las 11 y las 14 horas, y al finalizar los guardias civiles extrajeron de las dos casas abundante material que trasladaron al cuartel de Villena para analizarlo y seguir con las investigaciones. La última operación antidroga realizada en esta barriada se remonta cinco años atrás. En aquella ocasión la Guardia Civil asestó un golpe al clan de La Loles. Ahora le ha tocado el turno al clan de La Rubia.

Familiar de las arrestadas: "Si cojo a un periodista lo estampo"

Un centenar de personas, casi todas de etnia gitana, se concentró en los alrededores de las viviendas intervenidas dirigiendo insultos y gritos amenazantes de forma anónima a los agentes. En ese momento una mujer que llevaba en brazos un bebé se dirigió al redactor de esta crónica y le espetó: "si cojo a un periodista lo estampo...". La tensión llegó a su momento álgido cuando las detenidas fueron introducidas en los coches patrulla, pero minutos antes el agente que grababa a la multitud pudo captar una variada gama de gestos obscenos y "peinetas".