El peligroso badén de la autovía Sax-Castalla (CV-80) del paraje La Cueva se caracteriza por un espíritu indomable que ha forjado una historia interminable. La Conselleria de Infraestructuras y Transportes lo ha reparado en numerosas ocasiones pero, al poco tiempo, reaparece y ya ha dado más de un susto a más de un conductor.

Los operarios de Carreteras de la Generalitat Valenciana han intentado en varias ocasiones en más de cuatro que se sepa desde el año 2005 eliminar el expuesto desnivel de la calzada. Pero el bache surge de nuevo porque las corrientes de agua subterránea que atraviesan la zona hacen que el terreno se hunda. La Conselleria llegó a aplicar hace tres años un pequeño «invento» para solucionar un gran mal. Instaló unos metros antes del badén dos señales verticales de peligro con luces intermitentes que alertaban a los conductores del riesgo. Dos grandes discos limitadores de la velocidad de 120 a 60 kilómetros por hora completaban la «solución» que se le dio al problema.

Ahora esas señales están tapadas con bolsas y las luces apagadas porque, hace unos días, los operarios de Carreteras volvían a eliminar el badén reasfaltando toda la «zona cero».

El estratégico ramal de la CV-80 que une la autovía Alicante-Madrid con la de Alicante-Alcoy a través de un corredor de 14 kilómetros costó a las arcas autonómicas 53 millones de euros. Sin embargo, al eterno badén no parece importarle y aunque hoy ya no está, mañana podría volver de nuevo.