El 7 y 8 de septiembre están marcados en los calendarios de todos los eldenses, pues celebran los días de sus Santos Patronos: la Virgen de la Salud y el Cristo del Buen Suceso. Unos acontecimientos que este año cobran más vida que nunca.

Ayer 5 de septiembre, se celebró la llegada de las nuevas imágenes de los Santos Patronos a la ciudad de Elda. Tal y como explica Ramón González, presidente de la cofradía, la Guerra Civil arrasó con el templo eldense y con lo que había en él. De esta manera, el 6 de septiembre de 1940, llegan desde el taller valenciano del escultor Pío Mollar Franch, las nuevas imágenes de los patronos de Elda.

Una hora y media de música tradicional y danzas, de poesía a cargo de los cinco últimos alcaldes de Elda, y de manifiestos y suelta de globos por la paz. Y como colofón, un gran globo aeroestático. Estas actividades, iban a ser la antesala de la multitudinaria romería que acompañó a los Santos Patronos, pero la misma fue suspendida por la lluvia.

Este acto, celebrado cada 25 años, es el preludio de las Fiestas Patronales de Elda, que empiezan hoy, con la bajada de la Virgen, la colocación de su manto y la subida al trono junto al Cristo.

Patronos con historia

La Virgen de la Salud y el Cristo del Buen Suceso llegaron a Elda en el año 1604 desde Cerdeña. Según cuenta la leyenda, dos peregrinos se presentaron en el puerto de Cerdeña con dos grandes cajas, que debían llegar a Alicante en perfectas condiciones. De alguna manera, éstos consiguieron que los enseres embarcaran en el navío, aunque los comerciantes desaparecieron antes de iniciar el viaje. Una vez en el puerto de destino, y tras desempolvar las cajas, comprueban que éstas todavía no han llegado donde debían, pues su lugar estaba en Elda. Una vez en la pequeña localidad, se comprueba que el contenido de las cajas eran una pequeña Virgen y un pequeño Cristo.

Las advocaciones llegaron años más tarde. En 1648, tras una epidemia de peste que mostró indicios leves en Elda, los ciudadanos decidieron llamar a su «Madonna», Virgen de la Salud. El nombre del Cristo llegó más tarde, en 1714. El 27 de mayo de ese año, se reunía toda la comunidad para elegir advocación. Francisco Carrión, niño de cuatro años, sacó de un bote con cien nombres, tres papeles, entre los que estaba el elegido: Cristo del Buen Suceso.